Mariam.
-"Dímelo ya que estoy muy nerviosa, llevamos esperando aquí fuera en la sala de maternidad más de una hora, y todo porque estas histéricas por que tu playboy no se entere de los resultados. Se va a entrar, no tardaras ni un minuto en verlo entrar por la puerta y se lo vas a contar estúpida."- le dije a Aramis, mientras llorosa salía de la consulta del ginecólogo.
Mi amiga sin apenas hablar sólo asintió, Emily, Arianna y yo, estallamos de alegría.
- "Pero ¿qué le pasa a estos Powell?, tres de tres, ¡Qué máquinas! ¿no?"- dijo Emily bromeando.
- "¡Oh cállate Dartacan!, que son tres de cuatro, lo mío son gemelos"- dijo Aramis llorosa.
No pudimos evitar partirnos de la risa.
- "¡No me fastidies! al final lo de playboy, lo tiene por algo, de una vez te deja preñada dos veces. ¡Ese sí que es una máquina!"- dijo una embarazadísima Emily.
- "¡Emily!, cada día te pareces más la deslenguada de Miriam, el embarazo, te ha soltado la lengua, desvergonzada."- le dijo la imperturbable Elena.
-" Mira guapa, cuando estes como yo de gorda, con la hormonas alborotadas, que parezco una adolescente salida, el pobre de Jason va a terminar pidiendo el traslado a otro país, porque lo tengo seco. Encima, o estoy cansada, o estoy excitada, o estoy llorando como una madalena, y aun me falta un mes y medio. Te puedo jurar que la lengua es la menor de tus preocupaciones, pero eso lo vais a vivir vosotras, eso sí, dependiendo si después recuperáis vuestro cuerpo, que me siento como Willy, la orca varada en una playa."- las quejas de Emily sólo nos confirmo los miedos que todas teníamos, y lo peor que según nos había dicho nuestros ginecólogos, no todos los embarazos serian iguales, cada uno tenía su cuerpo y cada futura madre reaccionaba diferente.
Yo por mi parte tenía un embarazo genial, si no contaba las nauseas matutinas, las ganas de comer cosas, que antes me parecían asquerosas. Para tener tres meses de embarazo lo llevaba muy bien excepto por una cosa, mi marido.
Como un ser tan estricto, prepotente, orgulloso, manipulador, y egocéntrico, como era Kevin Junior Powell, el hombre del que yo me enamoré, se había convertido en ese ser tan agobiante, y absorbente.
Si lo dejaba ni me dejaba tocar el suelo, me llevaría por el mundo en una nube esponjosa.
Lo único que había conseguido con su actitud es que me volviera aún más arpía que antes. Aunque en el fondo lo entiendo, estuvo a punto de perdernos a las dos, y eso lo tiene nervioso. En tres días tenemos la primera ecografía para conocer el sexo de nuestra del bebe del que yo sé que será una hija.
Además, hay otra cosa que quiero arreglar para que mi vida junto a mi marido vaya todo lo bien que se merece, y dejemos todos nuestros problemas atrás.
Pero para contar todo lo que os voy a contar, quizás deba empezar por el principio, y todo lo que ha pasado en estos dos meses y medio.
Tras recuperarme en el hospital y pasar por todas la pruebas ginecológicas y médicas, que el idiota de Kevin hizo repetir a los médicos, como dos veces, hasta que yo lo a amenacé de no traer a su hija al mundo, si no me dejaba salir del hospital, nos pasamos seis semanas en Canarias, en la casa de mis abuelos, con las chicas y sus maridos, los tres habían renunciado a su puestos en Powell Holding, como modo de protesta por como nos había tratado el abuelo, al engañarnos con lo del anticonceptivo.
Fueron las seis semanas más maravillosas y felices que había pasado, una segunda luna de miel. Paseábamos, comíamos, íbamos a visitar distintos sitos de la isla, nos aparecieron los primeros síntomas del embarazo a mí y Dogos, ósea Ariana, aunque la pobre la verdad lo llevaba un poco peor que yo. Sus náuseas y vómitos ya no eran matutinos, eran tras cada comida que comía, y por primera vez vi aun Kevin totalmente descontrolado y nervioso, sin saber que hacer.
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Matrimonio concertado del CEO: La Arpía y el CEO.
RomanceEsta es la continuación de la novela Matrimonio Concertado con el CEO. En ella contamos la vida de casados de Kevin J. y Miriam. Donde desde una madre entrometida, una rival peligrosa y el miedo a perderlo le haram a la protagonista, hara que haga...