Matrimonio concertado del CEO: La Arpía y el CEO.

Capítulo XV. La Barbie conoce a la señora Powell

Mariam.

Tras arreglar la documentación y obtener la acreditación de secretaria de presidencia, me dirigía a mi puesto de trabajo, nada mas llegar a mi despacho que se encontraba en el ultimo piso, junto al gran despacho del Presidente, donde se encontraba ahora mismo mi jefe junto a su asistente, y una visita, tras encender el ordenador, tomé, mi libreta y me dirigí a presentarme a mi jefe, toqué en la puerta con toda mi profesionalidad, un seco y muy serio, "Adelante" me hizo que yo abriera la puerta, para encontrarme todo un espectáculo ante mí, como si fuera una película de esas antiguas, al estilo hermanos Marx, había más gente en el despacho de mi jefe, de la que yo esperaba. Mi suegra estaba sentada en el gran sillón del despacho, con una sonrisa hipócrita en sus labios. Junto a ella, de pie, se encontraba el jefe de seguridad encargado de la protección de la viuda Powell, junto a la mesa de del gran despacho estaba con la misma cara de siempre sin expresar ninguna emoción el asistente de mi marido Brandon.

Pero lo que verdaderamente me llamó la atención, fue ver a la Barbie Malibú prácticamente tirada sobre mi marido que estaba sentado en su silla ejecutiva en detrás de la mesa de su despacho. Él estaba completamente rígido mirando a su madre con cierto rencor, mientras trataba de evitar que esa furci..., digo esa individua, se alejara de él.

Fue en ese momento cuando mi mente nublada por los celos y rabia decidió, que era la hora que la diosa arpía saliera a jugar. Mi marido debió de notar algo en mi expresión, sin yo saberlo, ya que mientras me miraba esbozó una irritante la sonrisa. Esa expresión, yo ya la conocía muy bien, solía coincidir segundos antes de que mi famosa lengua se desatara.

- "Muy bien señor Powell, sé que vas a disfrutar, cuando arranque en la versión bruja arpía 2.0, pero que le vamos a hacer, todo sea por su entretenimiento, y porque yo le parta la cara."- le dije con la mirada cuando, lo miré a los ojos.

Se que él me entendió a la perfección, ya que amplió su sonrisa, y cruzando sus brazos mientras se apoyaba en el respaldo de su silla ejecutiva mientras, la histérica Barbie rodeándolo, me miraba con desdén por haber interrumpido en ese momento.

Era tan estúpida la rubia teñida que hasta mi suegra se dio cuenta de mi cambio y borro automáticamente la sonrisa, quiso advertirle con señas a su adorada exnuera postiza, que no era el momento de tanta exhibición de cariño por su hijo, en estos momentos. Yo de nuevo miré a mi esposo a los ojos esperando una respuesta, un movimiento, un gesto, algo que evitara que matara a la rata rubia. Un brillo de reto en sus ojos alteró a la guerrera furiosa que llevaba dentro.

- "Venga Arpía, hazlo si te atreves"- parecía que me decía su mirada, y no sólo yo leí la expresión del manipulador CEO, el inexpresivo de Brandon, tras mirar a su jefe, elevó sus ojos al cielo, y sin más antes de que yo sacara a la diosa vengativa de lengua cortante como estiletes, que llevo dentro, por culpa de una provocadora rubia oxigenada, Brandon se inclino hacia su jefe y luego hacia a mí, como era su costumbre cuando se despedía de nosotros, diciendo:

- "Iré a llamar a los sanitarios, si me necesitan, señor, señora, estaré en mi despacho."- sin más salió del despacho de presidencia, dejando a la idiota mirándome como una estúpida, sin entender que es lo que sucedía. Aunque si iba a decir algo, yo no la dejé.

- "¿No te piensas alejar, Barbie?"- le dije mirando a la rubia muy seria y ardiendo de rabia, aunque no alcé la voz en ningún momento, lo que si hice fue quitarme los zapatos de tacón, quería estar cómoda, para asesinar a la oxigenada.

- "Pero ¿tú quién te crees que eres para hablarme así?, empleaducha."- me dijo mirándome con desdén, la risa que me provoco su respuesta me asustó hasta mí.

- "¿Se lo dices tú, o lo hago yo, querida y amadísima suegra?"- le dije mirando a mi suegra que no pudo evitar ponerse colorada y bajar la cabeza evitando mirarme.