Miriam.
-" Creo que habéis tomado una magnifica decisión, aunque nos sé cómo se lo van a tomar vuestros esposos. Conociendo a mis nietos, seguro que contentos no van a estar. Pero ¿No sería mejor que lo hablaran con ello primero antes de tomar esta decisión?"- oí que nos decía el abuelo Kevin s.
-" No creo que sea necesario, ya consiguieron que dejáramos nuestro trabajo, pero no queremos ser las típicas esposas de los herederos, que se quedan en casa y van a las reuniones sociales, Elena tiene su negocio, que gracias a la promoción que hace Powell Holding de su empresa ha crecido de manera exponencial, y ahora es una de las empresas de eventos, más cotizadas del país. Nosotras tenemos también que hacer nuestro trabajo, abuelo, y si queremos, ser de utilidad como futuras herederas, que mejor manera que conocer la empresa desde abajo, por eso Miriam y yo hemos decido, trabajar como secretarias para todo los jefes de los departamentos de todas las empresas del grupo. Así conocer cómo funciona, trabajemos cada dos meses en un departamento y así en tres o cuatro años conoceremos cómo funciona la empresa que tenemos administrar con nuestros esposos. Elena también está de acuerdo, y se ha tomado una excedencia de su empresa para por lo menos en dos años hacer de secretaria del los diferentes departamentos que dirige su marido, y así conocer a los jefes de departamento de las empresa de entretenimiento marketing y publicada adheridas al grupo Powell"- dijo la elocuente Arianna.
-" Es entendible mis queridísimas nietas, pero el problema es que no sé cómo se lo van a tomar mis mimados y caprichosos nietos, no sólo vais a trabajar para la empresa, además, queréis que nadie sepa quienes sois, vais a usar vuestros apellidos de solteras, y no queréis que los escoltas estén, o por lo menos que aparezcan de incognito. Son muchas peticiones que debéis exponer a sus maridos. También ellos tienen derecho a saberlo, antes que yo lo haga público en la junta de mañana."- terminó por aclararnos el inteligente Kevin S. Powell.
Las tres nos miramos y supimos que el abuelo tenía razón no podamos actuar como cuando éramos solteras, a nosotras no nos gustaría que nuestros esposos hicieran cosas tan importantes como en que van a trabajar que afectaría a nuestro matrimonio, sí que nos consulten antes a nosotras.
Han pasado, tres semanas desde que regresamos de nuestra maravillosa luna de miel, no hay día que no recuerde esos días en que no me sonroje y me estallé el corazón de felicidad de los maravillosos días que pasamos juntos. Pero como todo sueño, también tiene su final, sobre todo, si el final es regresar a la realidad, cuesta bastante.
Por ejemplo, Elena después de mudarse a su nuevo hogar, pese a que no le gustaba dejar sólo a su padre, aunque este último le indicó que él estaría muy bien, que recientemente había conocido a una guapa viuda, deseaba tener más tiempo libre para conocerla, y yo pensé, que de paso una casa sólo, para hacer travesuras, pero eso no se lo dije a mi cerebral amiga, o como siempre me tacharía de descarada, aunque mucha razón tiene a veces mi lengua es más rápida que mi mente.
También tuvo que regresar a una empresa que tenía miles de ofertas de trabajo, con lo cual se ha pasado dos semanas contratando gente organizando eventos, y preparado a su asistente para que le ayudé a dirigir su empresa para cuando ella este de incognito en las empresas Powell como secretaria de los jefes de departamento de donde su esposo es el director y máximo representante ejecutivo.
Arianna por su parte se mudó a la casa que había comprado Keanu para ella y sus hermanos, aunque comenzaba a sentirse agobiada, ella siempre había sido la que, trabajado para sacar a sus hermanos a delante, la idea de su marido de que dejara de trabajar y se dedicara a criar a sus hermanos y los hijos que tendrían juntos, le sentó a mi amiga como si su marido, al que amaba, la quisiera encerrar en una jaula de oro, como si ella fuera un exótico pájaro del paraíso.
Fue de ella de quien salió la idea de comenzar a formarnos como las futuras herederas y así poder ayudar a nuestros maridos en el futuro, lo habló con Elena y conmigo, y yo la verdad lo vi como si me hubieran ofrecido un millón de dólares sólo por sonreír, era lo mejor que me podía pasar. O pronto acabaría con mi suegra y sus planes de romper mi matrimonio.
La verdad es que durante nuestra luna de miel mi marido me demostró como me amaba de todas las maneras o formas que un hombre te lo pude demostrar, pero la mejor de todas no lo hizo directamente él fue más bien su madre y su actitud.
Un día mientras Kevin había salido a comprarme un regalo para sorprenderme, después de una noche loca haciendo el amor. Al salir de la ducha descubrí que Kevin se había dejado el móvil y este estaba sonando, al acercarme descubrí que tenía sesenta y dos llamadas perdidas y doscientos veinticinco mensajes de WhatsApp, estaba desbloqueado, y no paraba de sonar, así que lo cogí y vi que la llamada era de su madre, en mi cara debió reflejarse el desagrado, pero decidí no contestar, no quería hablar con mi suegra ahora y menos del móvil de Kevin, así que lo deje sonar, pero al parecer era muy insistente la mujer, en ese momento llego un mensaje, y aunque yo sabía que no era correcto que lo mirara me pudo la curiosidad.
-" No sé por qué me ignoras hijo, sabes que lo hago por tu bien. Esa mujer no te conviene, no está a tu altura, seguro que después del sacrificio que has hecho estos días, en acostarte con ella, seguro que ya se ha quedado embarazada, ahora sólo tienes que esperar a que nazca, y cuando con ella te regrese lo que te pertenece, a cambio de una gran cantidad de dinero, que te seda la custodia del niño, yo lo criaré para eliminar los genes de esa pobretona sin clase, y tu dirigirás el negocio como presidente, bajo mi supervisión. "- mientras más leía, más se me revolvía el estómago.
Busqué el último mensaje que le respondió Kevin a su madre, con nerviosismo. No quería creer que el hombre que me había demostrado tanto, y me había hecho sentir aún más, me estuviera engañando, decidí no crearme conjeturas, primero leería y luego lo enfrentaría según lo que descubriera.
Cuando leí la última respuesta de Kevin no pude evitar reírme. Ese hombre estaba aprendiendo muchas cosas a mi lado, hasta como ser sarcástico y ofensivo.
-" Madre como te dije la última vez, ella fue, es y será mi mujer siempre, si quieres apropiarte de la dirección de las empresas, pon tu punto de mira en Mariam, porque si esa mujer se va de mi vida, yo dejo todo para ir detrás de ella, así que deja de alentar a Eliana para que me envié mensajes de su estilo, ya que la he bloqueado, ¿cómo pretendes compararlas a las dos? Es como comparar a mi mujer, un Ferrari nuevo, rojo y con un motor potente, con un utilitario de enésima mano, blanco pálido, frío como un iceberg. No le haces un gran favor a "tu amiga", me voy a hacerle el amor a mi mujer que es lo único que me apetece hacer ahora y siempre, esta es la última vez que hablamos descansa madre, hasta que volvamos, y deja de meterte en mi vida por favor"-
-" ¿Quién esa tal Eliana?, y ¿Por qué se está metiendo con mi hombre?"- pensé mientras me ardía el alma de rabia.
La busqué entre los mensajes, y no fue difícil localizarla era la que había mandado una foto, medio enseñándole la tetas. Reconocí el número enseguida era la que me había enviado el mensaje anterior, exigiéndome que dejara a Kevin, me renvié a mí misma la foto, y la borre del móvil de Kevin. Luego con mi teléfono le se lo devolví junto con lo que, a mi parecer, era una adecuada respuesta. La que merecía la ilustre zorra.
Busqué el mensaje que me envió la última vez y le respondí, reenviándole la foto con una advertencia, a mi estilo.
-" Si me entéro de que vuelves a mandarle a marido una foto así, vas a tener que ir a que te pongan pelo en esa cabeza de chorlito que tienes, porque te lo voy a arrancar, zorra"- le escribí.
La respuesta no tardó en llegar.
-" ¿Tienes miedo que le guste más lo mío que lo tuyo?, te puedo decir que ha disfrutado mucho de mi cuerpo, seguro que con una jovencita sin experiencia como tú se sentirá decepcionado."- en un principio ardí de rabia al recibir su mensaje, pero en ese momento pensé en como reaccionaria la elocuente Elena, y la madura Arianna en este caso, y de golpe me llegó la solución como cuando se enciende una bombilla.
Así que decidí devolver el golpe a mi manera, pero con el maravilloso estilo que aprendí de mis amigas.
-" Seguro que sí, sobre todo, porque las mías son naturales, y como Kevin se prende a ellas como si su vida dependiera de ello, debe de gustarle bastante. Ah y prefiero ser original, y que él sea mi profesor y me enseñe como puedo satisfacerlo, que ser usada como un coche utilitario, nena yo soy su Ferrari, según Kevin."- le conteste y apagué el móvil.
Cuando Kevin volvió con un gran ramo de flores y champan, no dude en contarle lo que hice, no quería que hubiera secretos entre nosotros, al principio me miró serió, y no me dijo nada, lo noté enfadado y ofendido, así que me imaginé que comenzaríamos nuestra primera pelea de casados, donde tengo que ser sincera, yo tenía toda la culpa, no debí haber cogido su móvil. Como dice mi madre, en una relación la confianza lo es todo, si luego te traicionan, eso queda en la conciencia del traidor, pero uno debe venir a una relación con el corazón y el alma limpio, la esperanza y las ilusiones intactas, así es como todo funciona, si hay amor de verdad.
Pero cuando Kevin, revisó su móvil, para ver lo que había leído, su cara comenzó a cambiar de enfado a preocupación, los menajes de su madre eran cada vez más insultantes hacia mí y más favorecedores para la morena zorra de nueve colas. No le dije que sólo leí el último mensaje que envió mi "encantadora" suegra, sea dicho el sarcasmo.
-" ¿No creerás lo que se dice aquí?, te prometo que yo sólo lo que piensa mi madre en ningún momento..."- yo iba responderle cuando fui interrumpido por varios sonidos de entrad continua de mensajes, Todos de la misma persona, Eliana.
Al parecer para leer su mensaje sin querer como me explicó después Kevin desactivé, sin querer, el bloqueo que mi atractivo esposo, había puesto a ese número, así que de golpe comenzaron a entrar todos lo mensaje que la zorra de nueve colas había estado mandando a mi marido, en ese tiempo.
Con más de un contenido explícito, pero que manía tenía esta mujer en hacerse fotos en cueros, se desnudaba por nada.
El último fue de hace unos minutos y reenvió lo que yo le había enviado, intente quitarle a Kevin el teléfono para que no lo leyera, pero os recuerdo que yo mido un metro setenta, y mi marido un metro noventa y dos. Era como intentar alcanzar una hoja de un árbol.
Mientras el alzaba las manos y giraba para evitar que yo saltara y le quitara el móvil, alzó las manos y comenzó a leer lo que ponía el mensaje. En un momento salté, cuando él tenía el móvil más alejado y me cogió en el aire con un sólo brazo, me encontré alzada por uno de sus brazos sin poder bajar al suelo, totalmente pegada su cuerpo.
Lo miré y vi que mientras el leía estaba sonriendo, esa sonrisa que yo conocía también, esa que usa el lobo cunado va a comerse a la oveja, mientras se relame de placer.
-" Ósea que según dice aquí señora Powell, ¿usted lo tiene todo natural?"- me pregunta, mientras yo no puedo moverme porque me tiene sujeta y alzada, pegada a su cuerpo.
-" ¡Cómo si no lo supieras, gracioso! Tengo más huellas dactilares tuyas adheridas a mi cuerpo, que el ordenador que usas todas las mañanas. ¡Y dame ese teléfono!"- le dije mirándole seria. Hace rato que mi modo arpía había sido activado, y parece ser que a mi marido le gusta mucho ese modo, porque no hace más que provocarme.
-" Bueno me considero un empresario exhaustivo, nunca dejo un proyecto concluido si no lo reviso por lo menos cien veces,"- lo miré con los ojos abiertos, mientras mi ritmo cardiaco se comenzaba a alterar.
Después de noches enteras sin dormir, mientras mi marido hacía que mi cuerpo dejara de pertenecerme, para que sólo le obedeciera a él, sacando melodías y sensaciones como sólo puede hacer un buen director de orquesta.
Conocía a hasta el mínimo detalle que le pasaba a la voz, a la vista y hasta el tacto, del niño de mamá, cuando se excitaba, y por el tono de voz, el movimiento que hacían sus manos en mis caderas, mientras me mantenía alzada, y lo ronca que se había vuelto su voz, mi marido ya había pasado de la clase de tentación al deseo, para entrar directamente en la clase, hoy no vas a dormir mucho.
-" Bueno tendré que empezar las clases con mi mejor y única alumna, estoy deseoso por probar el Ferrari."- lo mire mientras el deseo que despertaba ese hombre en mí, me encendía las mejillas.
-" Eres incorregible, niño de mamá, ¿No se supone que estamos discutein...?"- no me dejo terminar. Adoraba y odiaba esa técnica que tenía Kevin Junior Powell, para hacerme callar, pero como comprenderéis cuando ese hombre me besa, lo menos que tengo ganas es de discutir, se llama capitulación beneficiosa, yo capitulo, y desde luego que salgo muy beneficiada, tanto que, casi al día siguiente no puedo caminar.
Regresé al presente, pensar en sexo cuando en unos minutos venía Kevin, era peligroso hasta para mí sobre todo, porque teníamos que hablar de la decisión que había tomado, junto con mis amigas. Debía estar centrada, conocía lo protector y celoso que es de lo nuestro, el hombre que amo, pero necesitaba dejar clara mi posición, el trabajo me daría una manera de vivir de manera liberal, el ser mi propia dueña, en no pedir, ni dar explicaciones sino a mi esposo.
Por eso, mis anteriores relaciones se rompieron prácticamente antes de empezar, me prometí a mí misma después de William, y al verme encerrada, en un principio, en esta trampa que nos puso el abuelo, pese a la decisión de casarme con Kevin. Aunque esto último término siendo más un premio que un castigo. Eso no quiere decir que no desee contribuir que este matrimonio, funcione pero a mi manera. Prefiero ser como la suegra de mis amigas que, como mi suegra, una mujer ociosa, que se dedican a vivir del dinero que generan las acciones de su fallecido esposo y del trabajo generado por su hijo, mi marido. No ha trabajado un solo día de su vida, viviendo del que dirán y de las apariencias, totalmente opuesto a lo que soy yo.
Me fui a duchar, para estar preparada para cuando viniera Kevin. Había hecho una cena especial había dado el día libre al mayordomo y a la cocinera., aun no me acostumbrado a tener tanto personal de servicio, y mis guardaespaldas personales y el grupo de seguridad estaba fuera de la casa en sus puestos.
Esta había sido una de nuestras pequeña victorias, de mis amigas y mía, para poder delimitar la seguridad fuera de nuestro hogar y estar menos agobiada dentro, aunque creo los tres herederos cedieron por que así le daba mas libertad para hacer travesuras.
La casa que Kevin me regaló cuando nos casamos, que provocó el consiguiente disgusto de su madre, era una pequeña gran mansión, más bien una enorme mansión, en las afueras. Tenía piscina, hermosos jardines, una zona de barbacoa, bar de piscina, con sus sillones y mesitas estilo chill out, ocho habitaciones, enormes y con sus baños correspondientes, un enorme salón dos despachos una sala de audiovisuales, que era mi refugio, ya que mi marido sabía que adoraba el cine de los ochenta y los noventa, una enorme cocina, y otras habitaciones.
En realidad no protesté, mucho cuando mi hombre quiso poner servicio doméstico en la casa y un mayordomo para que la administrara, lo que no sabía que como dueña y señora de esa casa todo se me consultaría a mi antes, no me veía preparada para administrarla yo sola, o con su ayuda de esa enorme casa.
Me encantaba mi hogar, pero su mayor atractivo, era que, a diferencia del piso de soltero de Kevin en la ciudad y casa familiar de los Powell, así como la casa de su madre, su madre no tenía accesos sin permiso era nuestro hogar. Hasta los de seguridad sabían que si la señora Emily Powell venia sin nuestra autorización no podía entrar en la casa.
Mientras me duchaba, sentí que alguien se metían la ducha, y supe sin necesidad de abrir los ojos, ni girarme, quién era el intruso.
Sentí como me abrazaba desde atrás y sus manos atrevidas se posaban en los lugares indicados.
-" Termina rápido que mi marido está por venir"- le dije con voz burlona sin mirarlo. Noté que por un segundo se paralizaba.
Kevin no tenía un buen sentido del humor, muchas de mis bromas, solía procesarlas de forma lenta o enfadarse, antes de captarlas. Así que esperé a que me preguntara algo, con esa voz ronca y sexi afectada por la ira, pero por primera vez me sorprendió, sin decir nada, sólo bajo una de sus manos a la zona sensible de mi entrepierna mientras con la letra, cogía el telefonillo de la ducha y ajustándole la presión, lo colocó en el punto más sensible que sus manos había descubierto, para exponerlo.
-" Entonces no hay mucho tiempo, Arpía pelirroja espero que no grites mucho o nos van a oír"- mal, y tarde, ya que para cuando terminó de decir esas provocativas palabras, mis gemidos se oían ya por todo el baño, y llegaban hasta el pasillo de la primera planta y sólo había comenzado.
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Matrimonio concertado del CEO: La Arpía y el CEO.
RomanceEsta es la continuación de la novela Matrimonio Concertado con el CEO. En ella contamos la vida de casados de Kevin J. y Miriam. Donde desde una madre entrometida, una rival peligrosa y el miedo a perderlo le haram a la protagonista, hara que haga...