Jason.
-” ¡Qué tenga que estar aguantado los lloros de estos tres, en vez de estar en la cama con mi deliciosa esposa!, en ciertos momentos, odio ser el mejor amigo de mi jefe.”- pensé mientras oía a Michael por quinta vez quejarse de que su mujer quería controlarle la vida.
-” Pero no, entiendes hermano es que no confía en mí, sino ¿Por qué tiene que estar ocultando que es mi esposa?, o peor ¿Por qué tiene que venir a las empresas en la que dirijo para conocerla?, ella ya tiene la suya, hay algo detrás de todo esto. Lo sé”- decía Michael mientras bebía ya su tercera copa.
Keanu, permanecía serio, no hablaba, se mostraba totalmente taciturno, muy frío e inexpresivo. Era el único que no había hablado de lo enfadado que estaba, porque estaba enfadado, y mucho. Lo sé por la forma de su mirada, por como apretaba la mandíbula cada vez que se nombraba la decisión que había tomado sus mujeres, o que mañana en la mañana lo comunicaría el abuelo en la junta de accionista.
Yo sabía que lo que más odiaba era la intromisión de su abuelo, y que su mujer no le consultara todo antes con él que, con el abuelo, y que encima le diera la explicación de hechos consumados, había rebasado su límite.
Por el contrario, Kevin J. se mostraba más que ofendido, pero sin hablar, de vez en cuando, le daba la razón a Michael, y le oía decir por lo bajo.
-” ¡Bruja Arpía!”- mientras miraba por el gran ventanal del salón hacia el infinito.
Me estaba hartando de esa actitud de machos heridos, pero que podía hacer sino aguantar. Las versiones de cada uno variaban según la actitud de ellos.
Mike, era el que más se quejaba, deseaba que su mujer creyera en él, y que dejara de pensar que seguía siendo un playboy, esa mujer lo había cambiado, no entendía por qué Elena no lo veía.
Keanu, deseaba que su mujer se quedara en casa, cuidando de sus hermanos, quería que tuviera una vida tranquila y feliz ya había luchado mucho en la vida tras la muerte de sus padres, tener que encargarse de sus hermanos, con un tío ludópata, además pronto sería madre, si no lo era ya, después del todo el sexo que habían practicado. Con lo que no contaba en su organizada y controlada vida, mi jefe, era que, al contrario que todos lo que estaban a su alrededor, Arianna Powell era la única persona que ponía al gran heredero en su lugar, y terminaba haciendo lo que ella creía que debía hacer, no aceptaba sus órdenes, y eso era algo totalmente nuevo para el gran dictador Keanu Powell, lo volvía loco.
Kevin por su lado, estaba entre dos mundos. Un primer mundo, donde estaba la educación que había recibido toda su vida, donde el hombre proveía y la mujer vivía bien, del trabajo de su marido. Y un segundo mundo que, había descubierto al lado de Mariam Powell, una mujer liberal, autosuficiente, que quería caminar al lado de su marido, no detrás de él, manipulando, como hacia la madre de Kevin J. Este choque lo tenía totalmente fuera de sí.
El problema es que todos, y cada uno de ellos, sabían que habían encontrado a la mujer que podía poner su vida del revés, al principio tras dejar de luchar porque el abuelo se las impuso, después de descubrir sus sentimientos por ellas, disfrutaban del amor y de la atracción mutua, pero a la hora de la vuelta a la vida diaria, llegó el choque con la realidad, donde su vida de solteros había transcurrido en su mundo programado y totalmente conocido para ellos, a su manera, con sus reglas, o también a la manera de cómo había sino educado, en el caso de Kevin J.
La otra realidad a la que, por varias razones, no se habían acostumbrado, ni ellas ni ellos, era la actual, la vida de casados, donde la mujer que amaba y estaba a su lado, era todo lo contrario de lo que ellos mismo esperaban dentro de su zona de confort.
En cierta forma los entendía, nunca esperé que una americana de origen español, y entrara en mi vida y lo volviera del revés, y quizás el llevar casado unos meses más, que los herederos Powell, me daba algo de práctica en saber que, en el matrimonio, la imposición de criterio predeterminados no funcionaba.
Emy me había enseñado, de la peor manara posible, que era preferible escucharla primero, dialogar tranquilo, y dejar a tu pareja ser ella misma, al enfrentamiento abierto, por que como sospechaba esas cuatro mujeres que cada uno de nosotros tenemos como esposa, son mujeres fuertes, con ideas, que te tratan con respeto, y exigen eso de ti.
Una sola vez olvidé eso, y el castigo que recibí de mi preciosa mujer, fue tan eficaz que pronto aprendí la lección, porque tras pasar una semana entera sin dormir, sin hablar, y sin sentir la mujer que amas cerca de ti, te ayuda a comprender muchas cosas. La principal es que, prefiero escuchar y hablar con ella, a que mi vida se llene de silencios incomodos y no poder sentirla cerca.
Ellas por su lado, aunque en un principio lo hicieron, y decidieron cosas sin contar con sus esposos, y sólo lo hablaron con el abuelo, que pensaban presentarlo en la junta de accionista de mañana. Supieron rectificar y finalmente, antes que todo el mundo lo supiera, enfrentaron a sus maridos y les contaron todo, Pero al parecer no salió tan bien, o yo no estaría aquí estoy de paño de lágrimas de tres llorones herederos Powell, que se sienten heridos en su orgullo masculino.
Mientras los miraba y aguantaba estoicamente, me sonó el teléfono, por el tono sabía que era un mensaje de mi esposa, pensé en no cogerlo de primeras y esperar a que la cosa estuviera más calmada, o que por lo menos que el alcohol acabara con la resistencia del resto de los tres machos lamentables, y por un segundo se quedaran dormidos de embriaguez.
Pero mi curiosidad pudo conmigo, desde luego cualquier cosa que me dijera mi mujer era más interesante que las dos horas que llevo escuchado las quejas o lo gestos de estos tres por culpa de su orgullo dañado.
-” Las locas herederas están en casa en la caseta de la piscina de nuestra casa, así que si no quieres ser quemado en una hoguera como los brujos, por ser hombre, mejor no te acerques a ese lugar, cuando llegues a casa. ¡Ah! y avisa a tus compañeros de copas, que preferiblemente ni se acerquen, o la tercera guerra mundial, al lado de la que puede formarse aquí, por sus enfadadas mujeres, será una batallita de nada.”- me puso mi mujer.
Pensé en no decir nada, porque sabía que, si esos tres sabían que sus mujeres no estaban tristes y deprimidas en su casa después de discutir con ellos, sino emborrachándose mientras despotricaban de sus hombres, lo único haría es alimentar su postura de animal herido por la injusticia de la vida. Desde luego que no se quedarían quietos.
Una idea me cruzó la mente, así que decidí enviar a mi mujer, como cómplice de mi gran obra para reconciliar a estos idiotas enamorados con sus mujeres.
-"Los Herederos reunidos en el piso de soltero de Keanu, están totalmente ofendidos. y yo con ganas de salir de aquí, y devorar a mi esposa, ¿Podemos hacer algo para reunir a estos, en plan juegos del hambre, y en la confusión y el fuego cruzado, nos escabullimos, dejándolos solos, para ver quién sobrevive? Así podemos continuar donde lo dejamos, preciosa."- espere la respuesta de mi deseable mujer.
- " Los encerramos en nuestra casa o en el piso de Keanu, o mejor llama al abuelo Powell y que deje la suite presidencial del hotel Arcona, libre. Tiene cuatro habitaciones y así los podemos encerrar en la gran habitación, hasta mañana la junta que se hace a las cuatro de la tarde. Espero que con eso tengan tiempo de sobra para arreglar sus diferencias, sino les hago un coctel afrodisiaco a mis amigas y una vez que sus mujeres se lancen sobre ellos muertas de deseo, dudo que los herederos recuerden como se llaman "- decididamente Emily Graham era la mujer más peligrosa que he conocido. Podía haber dado clases de estrategia militar al mismo Napoleón.
Asi tras enviar un mensaje a el presidente de Powell Holding, recibí un inmediato-
- “En diez minutos”-
Todo solucionado, avisé a mi mujer para que iniciara su estrategia y, yo me preparé para mi gran acto final.
-” Bueno yo no sé cómo decir esto, pero creo que vuestras esposas acaban de ir junto a mi mujer a la suite presidencial del Arcona, y por cómo me ha prohibido mi mujer acercarme allí, y ni deciros donde están y que está más que prohibido que aparezcáis por allí, creo que van a montarse una fiesta de mujeres casadas o solteras, ya ni sé, a lo grande. ¿Se puede saber por qué cuando os metéis en líos con vuestras esposas, yo pierdo a mi mujer toda la noche, malditos herederos Powell?”- mi discurso tuvo el efecto deseado, como si activaras un botón de una bomba.
-” ¡Maldita Arpía bruja, siempre hace lo que quiere!”- dijo Kevin levantándose y tras beberse lo que quedaba de whisky, se puso la chaqueta.
-” ¡Esta mujer acaba conmigo!, la voy a tener tan agotada, que no querrá salir de casa, ni de mi cama, en siglos. Suelta es muy peligrosa.”- sentenció Mike imitando a su primo.
-” ¡Maldita diosa altanera!, no hay manera de controlarla, me vuelve loco. Jason, ¡Estas despedido!”- rugió mi jefe, cogiendo las llaves del coche.
-” ¡A ver si es verdad!, y así dejas de molestarme cuando le voy a hacer el amor a mi mujer, ¡y déjame las llaves del coche!, que no estas para conducir y no quiero matarme, antes de sacar a mi mujer de esa habitación.”- le dije muy serio arrebatándole las llaves a Keanu de las manos, mientras salía por la puerta. Llamando a nuestros escoltas para que tuvieran listos, y con los coches preparados en la puerta.
De paso le envié un mensaje a mi mujer.
-” El huracán Powell de fuerza cinco ya va directo al hotel”- la respuesta no tardó en llegar.
-” Mosqueteras entregándose en el hotel ahora mismo, espero que no tarden en llegar los herederos por que como estas mujeres se beban todo lo que les prepararé, los van a desnudar desde que entren por la puerta y hay espectáculos pornográficos que yo no quiero ver.”-
-” ¡Mierda! mi mujer es muy peligrosa, ¿Cómo se le ocurre darles a sus amigas bebidas afrodisiacas?”- pensé, asi que desde que llegamos a los coches dije en alto al chofer.
-” ¡James acelera, hay que llegar pronto!”- los herederos me oyeron y me miraron con cara de expectación, la cara de Kevin y Mike, no me preocupaba tanto, pero la de Keanu tenía una seria advertencia. -” Mi mujer llevó bebidas un tanto peligrosas, como decirlos para que lo entendáis, ningún hombre puede entrar en esa habitación, que no seamos nosotros o habrá problemas, y algún muerto por tocar lo que no es suyo.”- no terminé de decirlo cuando los tres gritaron al unísono.
-” ¡Jason, estas despedido!”- yo sólo sonreí y cogí el teléfono para advertir que a la suite sólo entrara personal femenino.
Mientras que por órdenes de los herederos Powell el coche volaba en dirección al hotel. Si esa noche salía como lo habíamos planeado, esa suite estaría muy ocupada hoy, y yo secuestraria a mi mujer en una de las habitaciones sin móviles, sin teléfono y con mucha noche para nosotros.
Y que los herederos, se las arreglaran con las mosqueteras, y que sobrevivieran los mejores.
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Matrimonio concertado del CEO: La Arpía y el CEO.
RomanceEsta es la continuación de la novela Matrimonio Concertado con el CEO. En ella contamos la vida de casados de Kevin J. y Miriam. Donde desde una madre entrometida, una rival peligrosa y el miedo a perderlo le haram a la protagonista, hara que haga...