Matrimonio concertado del CEO: La Arpía y el CEO.

Capítulo XII. La reunión de las diosas.

Mariam.

Cuando llegué a la casa de mis abuelos ya estaban allí las chicas, nos abrazamos llorosas. Yo aun no me había hecho mi test de embarazo, y en cierta forma tenia miedo de hacerlo, por su lado Aramis, ósea Elena, no lo podría hacer hasta dentro de dos días, ya que era cuando supuestamente tenia que venirle la regla.

En cambio mi querida Ariana estaba mas que embarazada, los hermanos de Ariana se habían quedado en casa de Emily, tras discutir ellos mucho, ya que no querían faltar a clase, su guardaespaldas se comprometieron a llevarlos a clase y protegerlo, y Emily se comprometió en mimarlos hasta la saciedad.

Marcus, según nos dijo Ariana no estaba muy contento, no sabía lo que tenía su hermana, sólo sabía que algo le habían hecho a su hermana, no había parado de llorar. Miki por el contrario no paraba de preguntar que le pasaba , y por qué se tenían que ir, que le gustaba vivir en su casa, en su habitación. Todo fue un despropósito, así que la solución que le dio Emily, que conocía toda la historia, fue la mejor.

Así fue como una destrozada Ariana llegó a Canarias, nunca la había visto así, pero es que como dijo ella, el peor de sus miedos se confirmó. No sabia si el egoísmo y la ambición de Keanu, estaría por encima del amor por su hijo, y como dijo mi amada amiga, ella no quería que su hijo se usara en la maldita carrera por coger el sillón de CEO de Powell Holding.

Yo la entendía , no sabía si estaba embarazada, pero mi hijo o hija no era algo que usarla como arma, y mi suegra de seguro querría usarla, y no estaba seguro de la reacción de Kevin, lo había criado para competir con el primo, para quedarse con todo, y como tal, sus reacciones eran instintivas, había mejorado cuando me conoció, yo le supuse un reto, una pelirroja, de ojos verdes, con fuego en el alma y una lengua que te desarma, o te pone en guardia, pero eso no quieres decir que en el fondo no desee ser CEO.

Tras cenar decidimos irnos por lo inevitable, comprobar si en vez de una mosquetera, éramos dos las que estábamos embarazada. Me hice dos test de embarazo para estar seguro, uno con fecha del estado del embarazo, y otro, un test normal, y me hubiera hecho hasta cinco, con tal de esta segura.

Tras salir del baño con las pruebas en la mano, sólo quedaba esperar tres minutos a que salieran los resultados, mientas esperábamos y sin yo soltar las pruebas de mi mano, nos fuimos a la terraza. El calor y la brisa del mar de mi tierra, es lo mejor del mundo, te fortalece que te hace que te centres en lo que es verdaderamente importante. Estábamos tan concentradas en intentar que los nervios de la espera, no nos traicionasen, cuando a la terraza accedieron unos hombres encapuchados, casi no pudimos hacer nada para defendernos, Arianna estaba embarazada, le advertimos que no hiciera nada y eran demasiados para luchar uno a uno contra ellos. En momentos como estos, lamenté que tuviera la estúpida idea de esconderme de William mi escolta jefe.

-"¿Quién es Mariam Powell?"- dijeron así supimos que no eran unos simples ladrones, habían venido a por mí.

Iba a decirlo, cuando un coche llegó también haciendo que los asaltantes se pusieran nerviosos, y nos agarran a la tres poniéndonos una navaja en el cuello.

Del coche salieron nuestros maridos y de una coche que llegó después llegaron nuestros escoltas. Vi como los tres se quedaban paralizados, mientras observaban la situación, ellos nos podían hacer nada sin que nos hicieran daño o les hicieran daño a ellos.

- "¡Suéltala, malditos o moriréis a mis manos!"- gritaba Kevin mirando al hombre que me tenía sujeta. Sentí como su navaja se clavaba en mi cuello, con apenas un roce, y los ojos de Kevin brillaron de furia.

Todo me vino a la cabeza, no podía dejar que nadie saliera herido, habían venido por mí, así que debía sacrificarme para salvarlos a ellos, mire con tristeza a mi marido, por si era la ultima vez que lo volviera ver, y sin contenerme, le dije.