𝐗

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𝐂𝐎𝐋𝐃 𝐇𝐀𝐍𝐃𝐒

"Mátala", resonaba el ominoso eco en la habitación, una y otra vez, como un mantra macabro.

Tik tak.

Memo se deslizó entre las sábanas con movimientos agonizantemente lentos, sus ojos parpadeaban frenéticamente, luchando por enfocar su entorno.

—Quiero que hablemos —dijo Liliana, su voz resonando con calma mientras sus ojos brillaban con una intensidad inquietante. A pesar de su tono sereno, Memo podía percibir las siniestras intenciones detrás de esas palabras—. No hay necesidad de recurrir a la fuerza.

Tik tak.

El sonido del reloj, con sus ominosas manecillas, lo torturaba. Ansiaba apagarlo de una vez por todas, pero era imposible; él no poseía un reloj.

—Permíteme contarte una pequeña historia, Guille —susurró, infundiendo aún más temor en el corazón de Memo, cuyo cabello castaño se erizaba de pavor—. Hace aproximadamente quince años, una pareja emigró desde Portugal a Los Ángeles, con la esperanza de brindarle a su prole una vida mejor.

Cátia se sentó al borde de la cama, mientras Memo permanecía paralizado, contemplando la brillante hoja de metal de la navaja que ella sostenía entre sus manos.

Tik tak.

—La pareja tenía cuatro hijos, dos varones hermosos y dos niñas encantadoras. Anhelaban ofrecerles un futuro más próspero que el que conocieron en su tierra natal. Y lo consiguieron; durante al menos once años, lograron proporcionar comida y sustento a su familia.

Se detuvo de golpe. Cuando Ochoa la miró, notó que ella estaba mirando fijamente el techo, con los labios tensos. Era un gesto que él conocía bien; era como un intento de contener las lágrimas que amenazaban con brotar, pero que se resistían a hacerlo.

—Pero —continuó, con la voz entrecortada—, un día, de repente, el bebé de la familia, el niño por el que todos habían trabajado tanto, por quien habían sacrificado los mejores años de sus vidas...

Tik tak.

Un relámpago iluminó la habitación, arrancándolo de su ensimismamiento.

—Desapareció... ocho días antes de su boda. Y con eso, los sueños de toda la familia se desmoronaron. Esa misma tarde, la pareja fue a denunciarlo, pero no los tomaron en serio. Tuvieron que rogar, junto con prácticamente toda la familia y los amigos, para que iniciaran la búsqueda. Pero al año...

Sus puños se cerraron con fuerza, emanando una oleada de ira que Memo juró que lo dejaría inconsciente.

Tik tak.

—Dijeron que se había escapado, a pesar de todas las pruebas en contra de su novio. Lo dejaron ir. Y todo lo que habían construido durante años desapareció. No había tal "sueño americano" —añadió, haciendo un gesto con las manos—. Solo... —la portuguesa dejó escapar un suspiro pesado. Se secó las lágrimas y se volvió hacia el omega.

Guillermo estaba genuinamente aterrado. Su mente luchaba por procesar la información a un ritmo tortuosamente lento, lo que solo aumentaba su angustia.

—Por eso necesito que me digas dónde está Cris, para poder llevarlo de vuelta a casa.

Tik tak.

Él reflexionó un momento, pero no respondió. En cambio, escudriñó su habitación en busca de algo que pudiera serle útil.

—¿Puedes? —preguntó Liliana, acercándose lentamente a gatas—. Por favor...

Sus labios temblaban como si estuviera a punto de sucumbir al frío más intenso.

━━ ❝ 𝐂𝐎𝐋𝐃  𝐇𝐀𝐍𝐃𝐒 ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora