𝐗𝐈𝐈

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𝐂𝐎𝐋𝐃 𝐇𝐀𝐍𝐃𝐒

En cuanto Lionel pisó territorio de Los Ángeles, fue arrestado. Los cargos: asesinato.

El ambiente de la habitación estaba cargado de tensión, una tensión tan densa que casi podía palparse en el aire frío y húmedo que apenas lograba calmar el fuego interno que sentía Guillermo Ochoa. Sus ojos apenas podían acostumbrarse a la penumbra, pero sabía que alguien lo observaba desde las sombras, quizás evaluando cada uno de sus movimientos, cada pequeño gesto de nerviosismo que no lograba contener.

La puerta crujió levemente al abrirse, y la detective entró con pasos firmes, su presencia llenando el espacio pequeño y claustrofóbico. Se sentó frente a él, colocando un portapapeles sobre la mesa con un sonido seco que resonó en los oídos de Guillermo como un martillazo. Sus manos temblorosas no encontraban reposo, jugueteaban entre sí o se apretaban con fuerza, como si eso pudiera evitar que su ansiedad se desbordara.

La mujer, una detective de piel oscura con una expresión impenetrable, comenzó a revisar los papeles frente a ella, buscando algo en su bolsillo. Guillermo la observaba con ojos que no sabían si debían concentrarse en su rostro o en las sombras que parecían acercarse a él desde los rincones de la sala. El tiempo se estiraba, cada segundo convirtiéndose en una eternidad hasta que, finalmente, ella encontró lo que buscaba: un bolígrafo, que sacó de entre el cambio de repuesto y un pañuelo arrugado.

Are you nervous, mister Ochoa? ("¿Está nervioso, señor Ochoa?") —la voz de la detective, aunque tranquila, llevaba una carga de autoridad que le atravesó como un rayo. Se enderezó en su asiento, tirando de su cuello con desesperación, tratando de permitir que el aire frío y húmedo llegara a su piel sobrecalentada.

A-a little bit... ("U-Un poco...") —respondió con dificultad, las palabras arrastrándose fuera de su boca después de unos interminables segundos.

Ella esbozó una sonrisa apenas perceptible, una risa contenida en su garganta, mientras anotaba algo en su portapapeles. Guillermo intentó leer lo que escribía, pero la luz tenue y sus propios nervios se lo impidieron. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué sabía ella? Y, sobre todo, ¿cuánto tiempo más podría mantener la compostura antes de que todo se desmoronara?

La presión era insoportable, y Guillermo podía sentir que, en cualquier momento, la verdad, o al menos su versión de ella, sería arrancada de él, ya fuera por las preguntas directas de la detective o por su propio colapso bajo la creciente ansiedad.

Well, don't be anymore ("Pues, no lo esté más") —el contrario levantó una ceja—. Mister Álvarez's version agrees with yours, and until we have the autopsy there is nothing to incriminate either of them ("La versión del señor Álvarez concuerda con la suya, y hasta que no tengamos la autopsia no hay nada que los incrimine a ninguno de los dos") —explicó ella—. You can leave whenever you like ("Puede irse cuando guste").

Sintió cómo su espalda se relajaba al instante; por fin, pudo respirar correctamente de nuevo, y su vista se aclaró. Cuando llamaron a la policía, acordaron que dirían que su gato había escapado de casa y lo habían descubierto en aquella casa desolada, y que, por mera diversión, comenzaron a destruir el lugar abandonado. Obviamente, no dirían la verdad; serían los primeros sospechosos. Y aunque a Saúl le parecía un buen plan, Francisco aún tenía sus dudas.

Your stuff is at the reception, before you leave you must sign a couple of documents that my partner Sheryl will give you ("Sus cosas están en recepción. Antes de irse, debe firmar un par de documentos que mi compañera Sheryl le dará") —dijo ella, levantándose junto a sus pertenencias—. Without more to say, I say goodbye, it was a pleasure ("Sin más que decir, me despido; fue un placer").

━━ ❝ 𝐂𝐎𝐋𝐃  𝐇𝐀𝐍𝐃𝐒 ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora