025. white flowers.

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-Gracias a Dios- dijo Owen una vez que bajó del Tesla, Ali tomó su mochila y subió los escalones a la casa de Camryn, hasta llegar a la puerta corrediza que conectaba el jardín, la mujer estaba en la mesa, leyendo unos papeles.

-¡Hola! ¿cómo les fue en la playa?- preguntó la mujer, poniéndose de pie para abrazar a su hijo, quién le dió una media sonrisa.

-Genial- contestó Milo- los demás vendrán cuando se cambien y eso, están emocionados por la noche de juegos.

-Será genial- aseguró Camryn, miró a Aaliyah, que parecía un poco molesta, pero la mujer no quiso mencionar- pasen, pasen. La comida llegará pronto.

Aaliyah pensó en que debía ir con Emily en lo que pisara Nueva York.

- Camryn, mi tía Theresa viene para acá, espero no te moleste.

-¡No es molestia!- exclamó- entre más mejor.

-¿Mi mejor amigo también puede venir?

-Seguro, cariño. Tus amigos y familia, es bienvenida aquí- ella sonrió- ven, ayúdame a traer los juegos.

Aaliyah dejó su mochila en el sillón, acompañando a Camryn dónde tenía los juegos de mesas. Owen y Milo subieron hacia la habitación del último, llevándose la mochila de Ali también.

-¿Crees que es buena idea mentirle a Aaliyah?

-No le estoy mintiendo- dijo Milo seguro, dejando el bolso en la cama, suspiró- simplemente no le dije toda la verdad.

-No le dijiste nada, que fuera verdad- se quejó Owen- tu eres realmente un idiota cuando te lo propones y eso me enoja mucho.

-Si estudiamos juntos en secundaria, eso fue verdad- señaló Milo.

Owen rodó los ojos, Alyssa y Milo solo se veían ocasionalmente, tenían una relación informal, si es que podía llamarse relación, cómo ninguno de los dos tenía pareja, se veían de vez en cuando para tener sexo, si, pero no era nada formal, eso lo tenía claro.

Al menos Milo.

-Deberías decirle la verdad, de todos modos, ella no debería enojarse, ella tiene novio y tú eres libre de hacer lo que quieras, además, creo que no ves a Alyssa desde que conociste a Ali.

-Se va a enojar, no conoces a Aaliyah- negó con la cabeza- es que es complicado, porque se va a enojar, no tiene razones pero lo hará.

Mientras tanto abajo, Camryn y Aaliyah dejaron los juegos en la mesa del comedor, la chica miró el piano, con una foto del abuelo de Milo arriba, ella se acercó, tocando algunas teclas.

-¿Tocas?- preguntó Camryn, ella asintió- a ver, toca algo.

-No, me da vergüenza- explicó- no he tocado en años, quizás desde que tengo... unos diez años.

-¿Aprendiste muy pequeña?

-Mi mamá daba clases de piano, y aprendí casi por inercia- sonrió con cierta melancolía- daba clases en casa, en una sala especial para eso, con un gran piano en el centro... era muy especial.

Camryn sonrió, sentandose cerca del piano, la codeó:-Anda, toca algo, solo unos segundos, mientras Milo no está.

-Está bien, está bien.

La chica se sentó en el piano, sus dedos temblaron al estar frente del instrumento pero comenzó a tocar una melodía, que Camryn no reconocía.

Entonces comenzó a tararear.

-Flores blancas, cartas románticas. dices que soy tuya siempre y no se siente romántico- murmuró, desvió la mirada a una parte de la casa- no sé quién sería, sino fuera tu bebé. Hice mi vida alrededor de tu atención, para ser merecedora de tu afecto... el amor no se siente dulce- Camryn sonrió de lado.

lavender haze (milo manheim) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora