012. are you that somebody?

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-Y...- dijo Theresa mientras ambas caminaban por el museo metropolitano de arte en nueva york, Aaliyah alzó las cejas- ¿ese Milo qué?

-Nada- se encogió de hombros, mientras miraba uno de los cuadros, fingia estar concentrada pero la mirada de Theresa sobre ella, la hizo girarse:-Di lo que vas a decir.

-Siento que cogen.

Las mejillas de Aaliyah enrojecieron hasta el punto de sentirse calientes, la castaña negó con la cabeza repetidamente, mientras miraba a una escultura, de nuevo intentaba fingir concentración y no pensar en las palabras de su joven tía.

-Dios no, ¿se te olvida que tengo una relación?

-Por desgracia no.

Theresa Westwood no estaba de acuerdo con la relación de su sobrina, era gracioso llamarla así, pues no se llevaban ni cinco años de diferencia, pero la protegía cómo si lo fuese. ¿Cómo pensaba que era buena idea salir con un señor de treinta y dos años? Aaliyah apenas tenía veinte y se esforzaba por ser más grande y madura de lo que podía ser.

-Sé que a nadie le gusta, pero al menos deberían fingir en mi cara- soltó Aaliyah, cruzándose de brazos, Theresa negó haciendo un mohin con sus labios pintados de rojo.

-Nah, no voy a fingir un carajo- dijo simplemente- no es una relación buena para ti, punto.

Aaliyah suspiró.

-Me siento confundida- confesó de pronto, ambas se detuvieron, Ali intentó hablar pero su voz se cortó- no entiendo, el me pone tan nerviosa, siento que las paredes se cierran cuando estamos cerca y no me gusta, pero está toda esa atmósfera rara entre nosotros y yo no sé que hacer.

Theresa asintió, torciendo su nariz mientras pensaba, aquel estado de análisis, quedó resumido en las palabras más iconicas de la joven Westwood.

-Cogetelo.

Ali rodó los ojos y siguió caminando:-No sé porque pensé que me darías un buen consejo, eres idéntica a Conrad.

Theresa la detuvo, tomándola por el brazo riéndose.

-Ya, lo siento- se disculpó, mientras Aaliyah bajaba la mirada- pero te lo digo en serio, si estás confundida, sacia tu curiosidad. Listo.

-Estás loca, tengo una pareja.

Theresa rodó los ojos, mientras continuaban hacia la salida, pues ya era hora de ir a almorzar con la mamá de Theresa, Aaliyah le siguió el paso, sosteniendo su bolso en forma de corazón.

-Bueno, no te lo cojas pero no sé, dale un besito, tómale la mano, o haz lo de hoy, súbete encima- se encogió de hombros- hermana, estoy segura de que pensaste muchas cosas y ninguna de ellas fue precisamente pura.

Ali apretó la mandíbula, incapaz de admitir lo que se encontró pensando, mientras estaba encima del pelinegro, todavía podía recordar el pequeño jadeo que el soltó y como un vacío en su estómago se hizo presente.

-No es buena idea, jamás sería infiel.

-Ali simplemente dale un piquito- se encogió de hombros, luego fingió darle un piquito a la nada- es lo mejor, así dejas de estar confundida y sigues con tu sugar daddy.

Aaliyah se detuvo, haciendo que Theresa gire a verla sin entender.

-¿Y si sigo confundida?- preguntó, siguió bajando las escaleras- puedo besarlo, digo sería muy fácil, pero ¿y si luego sigo más confundida?

-Esa es una respuesta- se encogió de hombros- escucha, el sábado estaremos en Los Ángeles con esos pubertos.

-Tienen casi tu misma edad.

lavender haze (milo manheim) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora