2.05: SOUR.

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-Las noticias son ciertas- dijo Ellie en la mesa, Conrad y Theresa miraron a Ali. Habían enviado a Ellie a averiguar si era cierto que Milo tenía una nueva novia- sale con la tal Alyssa.

Ali suspiró, tomando su taco y dándole un mordisco, se encogió de hombros, sin saber muy bien que responder.

-Simplemente no lo entiendo- dijo ella, apretó sus labios- no le tomó ni dos semanas irse con ella, no entiendo. No entiendo cómo está tan bien. Cómo puede estar con alguien más tan fácilmente, no lo entiendo.

Mantuvo su mirada gacha, incapaz de afrontar las miradas tristes de sus amigos, Ellie se encogió de hombros, mirando nuevamente el perfil de Alyssa.

-No es tan linda sin el filtro.

Eso los hizo reír suavemente, Ellie se había amoldado fácilmente al grupo, como si perteneciera allí desde siempre y recién retoma su camino a casa, Aaliyah sentía un dolor indescriptible en su corazón, porque a pesar de todo, aún no asimilaba que no tenía a Milo en su vida.

-Lo siento, Ali- dijo Conrad- desearía que no fuera cierto.

Ali también deseaba aquello, después de cenar, la chica fue hasta su apartamento sola, comenzó a escribir y a escribir sin parar algunas canciones, necesitaba drenar cómo se sentía, cómo aquello le estaba matando lentamente y nadie parecía entenderlo por completo.

Halston le dijo que llevara las canciones que tenía, para verlas con la disquera y ver cuáles se podían grabar. Algunas eran demasiado personales, así que tomó solo tres que estaban listas, dejándolas en su bolso para que no se le olviden.

Esa noche, la chica fue a dormir sola, mirando por el ventanal de su habitación la ciudad, desde afuera, Nueva York seguía su curso, todos estaban metidos en su vida y todo seguía adelante, todo se movía menos ella, ella seguía ahí, estancada en el dolor que significaba aquel pelinegro de ojos almendrados, que había roto su corazón.

Odiaba ese sentimiento, lo odiaba muchísimo.

Al otro lado, en Los Angeles, Milo hacia su valija, mientras Alyssa lo miraba, sentada en la cama, doblando algunas prendas de ropa, ayudándolo.

-¿Estás bien?

-Si, ¿por?- preguntó Milo confundido, mientras dejaba la ropa en la cesta. Alyssa se encogió de hombros, aún extendida sobre la cama, lo miró.

-Estás un poco raro desde que llegaste de nueva york- respondió ella- te ves un poco, no sé, desanimado.

Si estaba desanimado, ver a Aaliyah había roto cada parte de su ser, cada palabra intercambiada en aquella conversación, había sido suficiente para lastimarlo, su corazón entero dolía al recordar su rostro y sus palabras.

-No es nada- se encogió de hombros, imitando el gesto de la rubia- solo estoy cansado.

Alyssa asintió, bajando la mirada al hoodie que tenía entre sus dedos, luego la levantó hacia el, sus ojos lo analizaban con cuidado, intentando encontrar algo, algo que esté fuera de lugar o algo así, pero no pudo encontrar nada más, que la respuesta simple.

-¿La viste?

Milo apretó sus labios, su labio tembló pero intentó ocultarlo, intentó ocultar la respuesta lo más que pudo pero realmente no se le hizo fácil. Milo suspiró.

-Si- se limitó a responder- pero no hablamos para nada, sabes que me odia.

-Si, lo sé.

Alyssa sabía que Milo no superó por completo a Aaliyah, pero no importaba, porque sabía que cada día de que pasaba, el estaba más cerca de quererla de verdad, a olvidar por completo a su ex.

[...]

Aaliyah terminó de cantar, había interpretado una canción que escribió los primeros días de su ruptura con Milo, y se trataba sobre como verlo con Alyssa le dolía muchísimo, incluso cuando sabía que ya todo lo de ellos había terminado.

-Es un poco triste- dijo el jefe de la disquera, al escuchar la toma final, Aaliyah lo miró expectante, a través del vidrio, en la cabina de grabación, mientras Halston y el estaban detrás de los controles.

-¿Y eso es bueno?

El hombre de traje frunció los labios, pensativo:-Tenemos que sacar algo fresco, Aaliyah. No podemos lanzarte al mercado con canciones tristes, ven acá.

Aaliyah salió de la cabina, siguiéndolo hasta la mesa en el centro, estiró algunas hojas de papel, escritas a máquina, hacia la chica, quien leyó con atención, frunció el ceño.

-¿Que son?

-Canciones, las compuso nuestro compositor estrella, ¿te gustan?

-Son lindas supongo, pero yo escribo mis canciones.

-Claro, y adoramos tus canciones pero échales un vistazo, piénsalo. Es buena idea para un single, algo que se haga viral. Ali tenemos muchas cantantes haciendo lo mismo, tienes que hacer algo más popular.

Aaliyah se sentía rota, escribir era algo muy personal para ella y que alguien tan importante dijera eso sobre sus canciones, dolía.

-¿Pero no le gustó ninguna otra mía?

-Cariño, me gustaron tus canciones, son excelentes- dijo serio- pero tenemos que ir por lo seguro al principio, no podemos dar pasos en falsos. Es un negocio delicado.

Aaliyah sentía su café de la mañana recorrer toda su garganta, quería vomitar, quería salir corriendo, quería huir lejos de ahí, pero no lo hizo, solo fingió una sonrisa y asintió.

Luego de la reunión con sus jefes, salió del edificio, hacia el auto de Chris, la llovizna comenzaba a golpetear las ventanas del auto y las personas afuera comenzaban a sacar sus paraguas.

-¿Está bien, señorita Westwood?- preguntó Chris, mirándola por el retrovisor, ella no desvió la mirada de la calle.

-No fue mi día, Chris. Pero mañana estaré mejor- respondió, esta vez mirándolo también, le sonrió triste y se apoyó de la ventanilla.

-Estoy seguro de que mañana todo será mejor, señorita- aseguró su chófer, ella intentó sonreír pero solo soltó una solitaria lágrima, mirando las frías calles de Nueva York y como la lluvia comenzaba a caer.

Una vez dentro del penthouse, mandó a Chris a su casa, porque ya no necesitaría ir a ningún lado y era mejor que fuera antes de que lloviera más fuerte, aaliyah se quedó en la oscuridad del lugar, sosteniendo su bolso.

El penthouse, ahora le resultaba demasiado grande y solitario, caminó al living, tirando sus cosas en el sofá blanco, y miró el gran ventanal, miró la ciudad y fue inevitable para ella comenzar a llorar de verdad, se sentó en el suelo, presionando sus ojos a las palmas de su mano, mientras lloraba, lloraba y lloraba, no sabía cómo detenerse pero todo dolía.

Todo en ella dolía.

Dolía mucho pensar en las palabras de la disquera.

Dolía pensar en su música.

Dolía pensar en Milo.

Trajo su teclado a la sala, dejándolo en el piso, se sacó sus grandes tacones y se sentó nuevamente, sacando melodías al azar, pensó en su conversación con sus amigos, sobre Alyssa y Milo, pensó en las fotos que había visto en el instagram de la rubia y pensó en las veces que Milo dijo que no existía nada entre ellos.

-Rompimos hace un mes, tus amigos son los míos, lo sabes, sé que has seguido adelante, encontraste a alguien nuevo, una chica que trae lo mejor de ti.

Aaliyah no sabía en qué momento había comenzado a sollozar y cantar entre su llanto, con la mirada nublada de lágrimas.

-Espero seas feliz, pero no como lo eras conmigo. Soy egoísta lo sé, no puedo dejarte ir, encuentra a alguien más pero no a alguien mejor, espero seas feliz pero no más feliz.

Pasó la noche escribiendo la canción y cuando estuvo lista, estuvo a punto de mandársela a Halston, pero la dejó reservada para otra ocasión, quizás luego la mostraría. Esa noche durmió en el sofá, hecha bolita entre los recuerdos, y los ojos cegados de lágrimas.

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<3

lavender haze (milo manheim) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora