028. hrs and hrs.

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ya saben lo que viene ;)

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Aaliyah le sacó la camiseta a Milo, para luego unir sus labios nuevamente, el movía sus caderas contra ella, haciendo de la fricción algo imposible de soportar, ella no podía más de juego previo, sentía que iba explotar y apenas comenzaba.

En un giro, la dejó debajo de su cuerpo, los besos comenzaron a bajar hasta sus piernas, cuando Milo besó la parte interna de sus muslos, entonces ella apretó las piernas, insegura, el la miró sin entender.

Entonces vió los moretones que ya comenzaban a borrarse de su piel morena, y lo entendió.

-Yo nunca te haría daño, Ali- dijo el en voz baja, ante el inmenso silencio de la habitación de la chica, ella se encogió en las almohadas, mirándolo- no tenemos que hacer nada que no quieras.

-¿Me lo prometes?- preguntó temblorosa, el tomó su mano, dándole una leve sonrisa, que la hizo sentir más segura.

-Lo prometo.

Abrió las piernas lentamente, aguantando la respiración sin razón alguna, quizás por los nervios que comenzaban a nacer en ella y en su estómago, el chico bajó la ropa interior, y entonces, hundió su boca en ella.

Ali gimió sin poder evitarlo, porque nunca le habían practicado sexo oral, Harry siempre se negaba, era ella quien lo hacía, por lo que era algo muy nuevo y extraño para su cuerpo, apretó las sábanas, cerrando sus ojos.

Arqueó su espalda, apretando sus ojos, realmente nada se comparaba a lo que estaba sintiendo, la adrenalina, la emoción, no podía describirlo. El pelinegro sabía que lo estaba haciendo bien, porque cuando ella tomó entre sus dedos los mechones de cabello y tiró de ellos, le dió una señal positiva.

El paró, haciéndola fruncir el ceño, entonces comenzó a besar su cuerpo, tocandola con delicadeza, Aaliyah realmente no tenía demasiada experiencia, pero sabía que así debía sentirse la intimidad.

-Si sigo esperando, posiblemente muera- murmuró él contra su piel, afectado al tenerla desnuda en la cama.

Ella estiró su mano, señalando uno de los cajones, el sacó un condón y se lo colocó, se acomodó entre sus piernas, mirándola, Aaliyah temblaba, no sabía si de nervios o miedo de que fuera igual de doloroso que siempre.

-Eres hermosa, Ali- susurró el, admirandola, miró cada centímetro de su rostro, casi sorprendido, creyendo que todo aquello era irreal- ¿estás lista?

-Si- murmuró ella, sus dedos se entrelezaron y el empujó poco a poco, apretó sus ojos, soltando un jadeo, ella en cambio, se mantuvo tranquila, sintiendo esa presión en su entrepierna.

-Estás un poco...- apoyó su frente de la de Ali- no quiero ser brusco.

Ella movió sus caderas contra el, buscando que siguiera entrando lentamente, entonces entró, ella cerró sus ojos con una sonrisa pequeña de satisfacción, el chico besó sus labios, bajando sus manos hasta sus caderas y comenzando a subir el ritmo.

Aaliyah era un desastre, la experiencia del chico ayudaba bastante, los besos, las pequeñas mordidas, todo aquello la llevaba a un cielo personal, era la primera vez que realmente disfrutaba de aquello, y no se había dado cuenta de ello.

El pelinegro no podía creer que estaba sucediendo.

Parecía un sueño.

Ella intentaba no gemir, como si lo tuviera prohibido, entonces el chico le pidió que lo hiciera, Aaliyah lo besó intensamente, para luego cambiar de posición.

Aaliyah no podía siquiera respirar. 

No podía creer que había pasado tanto tiempo sin saber que se podía sentir así, el la hacía sentir tan querida, tan bien, la tocaba de la forma correcta y no la lastimaba.

lavender haze (milo manheim) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora