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Después de que SeHun se marchara, Yoona lo asedio con preguntas. JunMyeon hizo uso de todos sus recursos verbales para esquivar el interrogatorio y las sospechas. Las hipótesis que barajaban incluían toda clase de ideas peregrinas y su madre, a juzgar por la expresión de sus ojos sospechaba que SeHun era el padre biológico de Dongmin.

JunMyeon mantuvo la compostura hasta que se encontró solo en su habitación, preparándose para irse a la cama. SeHun había amenazado con castigarlo porque se había atrevido a desafiarlo, pero lo más seguro era que SeHun solo quería hacerlo sufrir un poco. Al final terminaría desapareciendo de su vida de nuevo en cuanto consiguiera lo que quería. Hecho un manojo de nervios, se dejó caer sobre las almohadas y el sueño no tardó en apoderarse de él.

A la mañana siguiente JunMyeon se despertó como si hubiera pasado toda la noche a la deriva en mitad de una tormenta. Y en realidad había sido así. Sus sueños habían sido un torbellino lleno de imágenes de SeHun, del pasado y del presente. SeHun siempre había causado estragos en JunMyeon, en el sueño y en la vigilia. Nunca había encontrado la forma de escapar de SeHun.

De camino a la oficina, se preguntó si debía decirles la verdad a Winter y a JaeYoon. Lo había intentado después de dejar a SeHun el día anterior, para arrebatarle esa baza, pero no había tenido oportunidad de sacar el tema. Winter y JaeYoon tenían una agenda muy apretada, así que había quedado en reunirse con Winter a primera hora de la mañana. Esa era la única forma de asegurarse un poco de tiempo con Winter.

Pero si SeHun desaparecía de nuevo... ¿Debía contarles toda la verdad sobre su pasado a Winter y JaeYoon ¿Y si eso les hacía temer por su propia seguridad? ¿Y si dejaban de sentirse seguros con él?

De repente JunMyeon se vio acorralado contra la puerta que acababa de cerrar.

—Llegas tarde.

Regaño SeHun y estrelló los labios contra los de con JunMyeon brusquedad, invadiéndolo con su sabor. SeHun extendió las manos alrededor de sus nalgas y lo levantó en el aire hasta hacerlo rozarse contra su erección. Su lengua llenaba una y otra vez a JunMyeon, sofocando todos sus gemidos.

—Mghh SeHun... —jadeo JunMyeon sintiéndose mareado.

—Sí conejito. —gruño SeHun—. Déjame oír tus quejidos. Compénsame por la noche agónica que he pasado. Te necesitaba debajo de mí, a mi lado.

Un escalofrío recorrió a JunMyeon al sentir sus manos por debajo de la blusa desabrochándolo. SeHun se inclinó sobre JunMyeon y le cubrió uno de los pezones con los labios.

JunMyeon le empujó y se zafó como pudo.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le preguntó SeHun de repente.

Al oír su pregunta JunMyeon se volvió con un gesto de incredulidad en el rostro.

—Voy a hacer como que no he oído eso. —comento JunMyeon con mala cara.

—Te dije que zanjaras la sociedad con los Shim, JunMyeon. —recordó SeHun—. ¿Y qué has hecho tú? Viniste a trabajar ayer y has vuelto hoy. Creo haberte dejado claro que esta es la única cosa en la que no voy a ceder.

JunMyeon le dedicó una mirada llena de desdén.

—No tienes que ceder. Solo tienes que largarte de aquí. —ofreció JunMyeo con rapidez.

De repente SeHun sacó el teléfono móvil de su bolsillo y llamo. Alguien atendió la llamada en cuestión de segundos y entonces se oyó una voz profunda al otro lado de la línea.

—¿SeHun?

Sin quitarle la vista de encima, SeHun fue al grano.

—Chanyeol, necesito una orden judicial para cerrar la clínica de los Shim en cuarenta y ocho horas. —ordeno SeHun con seriedad y terminó la llamada sin dejar de observar a JunMyeon.

BAJO EL CIELO DE LA TRAICIÓN- SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora