Siento que la cabeza me va a estallar por el dichoso despertador. Alargo el brazo para sacarlo fuera de mis sábanas y consigo coger el móvil a la primera para nuevamente meter mi brazo dentro.
Al mirar mi pantalla brillante me doy cuenta de que no es ninguna alarma, cosa que tiene sentido porque es domingo por la madrugada.
En cambio hay un número desconocido. Decido cogerlo y me sorprendo al escuchar la voz que suena tras el:
—¿Alaska?
—¿Kaden? — me acomodo en la cabecera de mi cama — ¿Cómo es que tienes mi número?
—Eso es lo de menos. Tu amiga Aria esta... — hace una pequeña pausa — Está totalmente cao en el sofá de mi casa. Se ve que ha venido más de la cuenta.
—Joder Aria... — me froto desesperadamente la cara — Bien, estaré allí dentro de una hora. Cuidarla hasta que llegue.
—Ni se te ocurra moverte de tu casa. No puedes caminar a estas horas de la noche tu sola — se hace el silencio. Me sorprende con que seriedad me a respondido Kaden
—¿Y qué quieres que haga?
—Pásame tu dirección. Yo iré a dejarla con el coche.
Me planteo la idea de pasarle a Kaden la ubicación de mi casa. Pero no hay otro remedio, su casa está demasiado lejos y a estas horas no hay transporte. Sería de locos. Además, volver con Aria a rastras no es que me apetezca mucho.
—Está bien — sin más remedio me veo obligada a enviarle un mensaje, o más bien, mi ubicación a Kaden Reyes.
Al pasar media hora escucho un coche llegar. Suponiendo que es el de Kaden.
Además, ¿Quién diablos conduce un Ferrari rojo brillante a estas horas de la noche? Sólo sé que me viene un nombre a la cabeza.
Abro la puerta de la entrada encontrándome a Kaden apoyado contra la barandilla.
—Hola.
—Hola — me mira de arriba a abajo y me doy cuenta de que llevo mi pijama de gatito — Estas muy sexi.
Sonríe sabiendo lo mucho que me molesta. Como me gustaría arrancarle esa perfecta sonrisa de la cara.
—Vamos. Ayúdame a subirla a mi habitación — bajo las escaleras de mi porche y escucho los pasos de Kaden tras de mí.
Al llegar al coche, Kaden abre la puerta trasera y tras ella me encuentro a una Aria bella durmiente. La sacudo un poco para que reaccione.
—Aria idiota. Me prometiste que no volverías a pasarte con la bebida.
—Alaskkkaa... hola amiga — la pobre Aria está que no puede ni mantenerse por sí misma. Se lanza sobre mis brazos y causa que pierda el equilibrio y me vaya hacia atrás.
Por suerte Kaden consigue agarrarnos a las dos antes de caer al suelo. Noto sus brazos fuertes y tensos a cada lado de mis caderas. Y a comparación con él me siento diminuta.
—La llevo yo si quieres — se inclina hacia mi amiga agarrándola por las caderas y pasando un brazo por sus piernas para conseguir llevarla en brazos — Te sigo jefa.
Entro a mi casa guiándolo por las escaleras hasta que finalmente llegamos a la puerta de mi habitación.
—Déjala encima de mi cama. Yo ya me encargo de lo demás.
Me hace caso y como le he dicho la deja encima quitándole los zapatos y poniéndolos en un costado de mi cama.
—¿Estás sola en casa?
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Kaden Reyes
RomanceSi me dijeran que describa con una sola palabra a Kaden Reyes te diría que es un engreído. Un engreído, pesado, odioso, estúpido, presumido, vanidoso, sobrado... pero también es atento, divertido, valiente, educado y sobre todo atractivo... ¿Quién d...