—¿Después de las clases te vienes a tomar algo con los del grupo?
Aria y yo nos encontramos en la cafetería del instituto casi acabando nuestros almuerzos.
—¿Vais al centro comercial?
—Sí, y para tu sorpresa seguí tus consejos de mejor amiga y he invitado a Matt a venir con nosotros — casi me atraganto con el trozo de pizza al escuchar las palabras de mi amiga.
—Aria eso está súper bien — la emoción de mi amiga es tan grande que se lanza a darme un abrazo
—A que sí, tengo tantas ganas. En un principio he pensado en pedirle salir nosotros solos, pero he hablado más de la cuenta y han salido las palabras ven a tomar algo conmigo y mi grupo y no he podido aguantar las ganas de llorar.
—Mira el lado bueno, no salís a solas, pero al menos salís.
—Sí — alarga la i como una niña pequeña a la que le han dado una piruleta de regalo
—¿Paso a por ti con el coche?
—Claro, no me apetece nada ir caminando hasta el centro.
—Podrías decirle a tu amiguito el ricachón buenorro y musculoso que venga — esta vez casi me atraganto con el agua. Toso para aliviar el dolor. Aria me mira levantando las cejas una, dos, tres veces con una sonrisa de lado a lado — Así sería como una cita doble, pero con amigos a nuestro alrededor.
—¿Estás loca? — le doy un sorbo a mi botella de agua — No pienso invitar a ese engreído con nosotros.
—Pensaba que erais amigos.
—¿Qué te hace pensar eso? — mi amiga encoge los hombros
—¿Aria? — alargo la a de su nombre, acercándome poco a poco para intimidarla con la mirada. Parece ser que lo consigo porque Aria no se atreve a mirarme a los ojos.
—No, sé — le da un sorbo a su café y yo vuelvo a retomar mi postura — Esta semana os he visto tener varias conversaciones por el pasillo y a veces le pillo mirándote cuando no te das cuenta.
—¿A veces le pillas que?
—¿Es con lo único que te has quedado?
Esta vez soy yo quien aparta la mirada desviándola en cualquier otro lugar para que mi amiga no note el rubor de mis mejillas.
—No sé — acabo diciendo, volviendo mi atención a Aria — No sé si seremos amigos, pero lo que sí sé es que no lo soporto.
Suena el timbre y la gente de nuestro alrededor empiezan a irse, pero mi amiga aún me sigue mirando dudosa. No dice nada y simplemente asiente mientras se levanta, recoge su bandeja y mochila y me vuelve a mirar.
—Te recojo a las 5:30 — asiento
—Hasta luego — veo como mi amiga se marcha por la puerta principal de la cafetería
Decido hacer lo mismo para no llegar tarde a clase. Dejo la bandeja en su sitio y me encamino por el pasillo hacia mi próxima clase, anatomía humana. Recuerdo que el aula de esta asignatura está en el segundo piso, así que acelero mi paso empujando a unos cuantos de por medio y recibiendo algún que otro insulto.
Tengo suerte de que el profesor no ha llegado aún y me dirijo hacia la última fila, no me doy cuenta hasta llegar cuando veo una figura sentada justo al lado de mi mesa.
—Hola, preciosa.
Kaden.
Lo ignoro y me siento al lado de él sacando todos mis apuntes y apilándolos sobre la mesa. No es hasta que termino que me doy cuenta de que Kaden está dibujando. Y no son dibujos cualquiera, sino cuerpos de mujeres. Los está haciendo muy bien. Lo miro durante un buen rato.
ESTÁS LEYENDO
Kaden Reyes
RomanceSi me dijeran que describa con una sola palabra a Kaden Reyes te diría que es un engreído. Un engreído, pesado, odioso, estúpido, presumido, vanidoso, sobrado... pero también es atento, divertido, valiente, educado y sobre todo atractivo... ¿Quién d...