Antes de ir a la segunda clase que me toca me dirijo a mi taquilla, la cual ahora está siendo invadida por el engreído. Y qué menos esperar que me lo encuentre justo sacando sus libros de ella.
—Eh idiota — me acerco a él parando a su lado — ¿No te dije que te buscaras otra taquilla?
—Me gusta más esta.
Termina de guardar los libros en su mochila y se aparta dándome espacio. Esta vez soy yo la que empieza a rebuscar mis libros. Es casi imposible encontrar algo con tantas cosas dentro.
—Veo que leíste mi nota.
—No lo hice.
—Claro que lo hiciste — se apoya en las taquillas mirándome con picardia — La vi encima de tu mesita y estaba completamente abierta.
Mierda. Me ha pillado.
No digo nada y simplemente termino de guardar los libros cerrando la taquilla de un golpe.
Me dirijo a mi próxima clase, pero todavía siento su presencia cerca de mí.
—Porque me sigues — ni siquiera le miro.
—No te sigo. Te recuerdo que vamos a la misma clase — tiene razón.
No me dirige la palabra en todo el trayecto y una vez entramos a clase voy directo a las filas del fondo. Tomo asiento y empiezo a sacar el material ordenandolo sobre la mesa.
Escucho la silla de mi lado arrastrarse. Muevo la cabeza para ver de quién proceden esos movimientos.
—¿Qué haces? — como no, Kaden siempre estorbando.
—Sentarme con mi compañera de equipo — él también procede a sacar el material y no paso por desapercibida como ordena cada cosa poniéndolo en un sitio concreto — Nos toca historia ¿recuerdas?
—No vas a ser mi compañero Kaden.
—Ya lo creo que si mi preciosa Alaska. Porque no te queda nadie más — señala hacia una dirección y lo sigo con la mirada — Tu amiguito el empollón ya tiene una compañera.
Me giro a el y lo fulmino con la mirada. Pero tiene razón, no me queda nadie más que él. Le odio.
La profesora entra al aula, dando por comenzada la clase. Los primero minutos se dedica a explicar las pautas que debemos seguir para el trabajo. Y los minutos restantes sigue con la teoría.
El timbre suena dando por finalizada la clase. Todos van con prisa, seguramente para llegar primero a la fila de la cafetería. Yo en cambio me tomo mi tiempo.
Una vez lista me dirijo a la puerta y para mi sorpresa Kaden me espera en ella y estoy más que segura que me espera a mí porqué no queda nadie más en la clase.
Me dirijo hacia él sin decir ni una palabra y justo cuando intentó pasar por la puerta me detiene posando un brazo en el marco.
Subo la cabeza para mirarle a los ojos.
—Ven hoy a mi casa — arqueo una ceja — Para hacer el trabajo Alaska, no seas mal pensada.
Nuevamente pronuncia mi nombre con lentitud, como si quisiera saborear cada letra de él.
Me quedo unos segundos más pensando.
—No — tomo una pausa — Iremos a la biblioteca — Me mira con curiosidad ladeando su boca formando una sonrisa — Te espero en la entrada del instituto cuando terminen las clases, sé puntual.
—Está bien preciosa.
Paso por debajo de su brazo dirigiéndome a la cafetería para encontrarme con Aria
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Kaden Reyes
RomanceSi me dijeran que describa con una sola palabra a Kaden Reyes te diría que es un engreído. Un engreído, pesado, odioso, estúpido, presumido, vanidoso, sobrado... pero también es atento, divertido, valiente, educado y sobre todo atractivo... ¿Quién d...