Kaden me lleva por una carretera a las afueras de la ciudad. Ahora mismo podría pensar que me lleva a algún sitio alejado para asesinarme o puede que para usarme en un ritual.
Tengo la ventanilla abierta de par en par y mi pelo se mueve con el movimiento del viento. Kaden ha puesto la radio y en ella suenan distintas canciones que reconozco y a su vez paso por desapercibida las miradas que me echa Kaden de vez en cuando. Intento ignorarlo y pensar solo en las preciosas vistas, todo a nuestro alrededor está lleno de verde. Vamos por un camino en medio de un prado con varias casetas que vemos al pasar.
No hemos dicho nada en todo el camino, pero el silencio que nos envuelve no es incómodo. Cierro los ojos para disfrutar del la brisa que choca con mi cara y me sumerjo en la canción que suena en estos momentos Dancing in the Dark de Rihanna.
Tarareo la canción sin importarme que Kaden llegue a escucharme. No sé cuánto tiempo he pasado con los ojos cerrados envuelta en mis pensamientos. Pero en cuanto los abro me encuentro en frente de una casa.
—¿Me vas a enseñar otra de tus casas?
Kaden no responde, de lo contrario baja del coche y cuando voy a abrir la puerta está se abre sola.
Arqueo una ceja y salgo del coche.
—Que caballeroso.
Escucho muchos ladridos provenir de la casa. Cuando me fijo más en ella me doy cuenta del cartel que cuelga con letras grandes donde pone Refugio canino del prado.
Arqueo nuevamente la ceja mirando a Kaden, quien me sostiene la mirada.
—No todo mi dinero va dirigido a ropa y lujos — dice metiéndose las manos en los bolsillos de su sudadera y mirando en dirección a la caseta —. Los animales son una de mi debilidad. Pensar que muchos de ellos no tiene hogar o que son maltratados me pone enfermo. Contacte con varios refugios y les propuse un lugar más amplio para que puedan rescatar a todos los animales que necesiten ayuda.
Le miro escuchando atentamente.
—Hace aproximadamente un año, regresaba a mi casa después de un entrenamiento de rugby en la ciudad donde vivía antes — hace una pausa aun con la mirada perdida en el refugio — Opté por coger otro camino, uno más largo y pase por al lado de un callejón y entonces la escuché.
Kaden regresa su mirada a mí.
—Vi correr hacia mi dirección un cachorro. Pero era un cachorro bastante grande. No podía dejarlo Alaska, no podía irme a dormir sabiendo que ese pequeñín pasaría hambre y frío. Pero tampoco me lo podía llevar, no quieras saber que podría hacer mi padre si se entera de que he traído un animal callejero a casa.
—¿Qué hiciste entonces? — esta vez me sonríe y siento que es una sonrisa dulce y sincera
—Era de noche y a todas las protectoras que llamaba saltaba el contestador. Entonces me quede con ella.
—¿Toda la noche? — asiente
Kaden Reyes, en que momento pensaría yo que te quedarías toda una noche en la calle para hacerle compañía a un cachorro. Como podría saber yo que detrás de todo su ego exite una persona amable y bondadosa.
—A la mañana encontré esta protectora, dispuesta a cuidar de él. Vi las condiciones en las que estaban, casi no tenían espacio para más perros, las casetas tenían goteras, iban escasos de dinero y no pude irme sin remediar eso. Les ayudé con todo lo que pude, a ellos y a muchas más protectoras con la misma necesidad de ayuda.
Me quedo callada, no sé que decir respecto a todo lo que me acaba de contar. Me sorprende el hecho de que Kaden me esté contando esto a mí. Que se ofrezca a llevarme a sus sitios importantes y que me deje entrar a su vida.
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Kaden Reyes
RomanceSi me dijeran que describa con una sola palabra a Kaden Reyes te diría que es un engreído. Un engreído, pesado, odioso, estúpido, presumido, vanidoso, sobrado... pero también es atento, divertido, valiente, educado y sobre todo atractivo... ¿Quién d...