「09」

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El rubio estaba atento a la mirilla y al sonido de cualquier cosa que pasase. Esperaba a que Raúl saliese de su apartamento para hablar con él, porque lo necesitaba.

Ya iba vestido, llevaba una sudadera blanca con el logo de su canal en negro, unos pantalones anchos negros también y unos deportes blancos que siempre utilizaba cuando quería estar arreglado.

Llevaba dos horas con la mirilla levantada mirando a través de esta, hasta que por fin salió el castaño.
Esperó unos segundos a que se acercase a las escaleras —que estaban al lado de su puerta—, y salió. Aunque no sin antes acomodarse el cabello que se le había olvidado peinar.

— Buenos días, Raúl —habló de manera contenta mirando al mayor.

— ¿Estabas esperando a que yo saliera para tener una charla "casual" conmigo?

— Claro que no, egocéntrico. A demás, hoy dormí con Samuel.

— Pues muy contento no habría quedado, porque no se escuchó nada en toda la noche.

— Tú que coño sabrás

— Me quedé despierto, ¿vale?. No podía dormir.

El falso albino suspiró— Vale, no estuve con nadie, ¿contento?

— Mucho. Tenía que ponerte en tu sitio.

— ¿Dónde vas? —preguntó cuando el más bajo ya se veía dispuesto a bajar.

— A ti qué te importa.

— ¿Con Borja?

— ...Sí, me espera abajo.

— Raúl por favor, entra un momento. Tenemos que hablar.

— ¿Qué parte de "Borja me espera abajo" no entiendes?

— Escuché lo que dijiste sobre mí la otra noche, cuando entraste a mi casa.

— ¿E-el qué? —a Raúl comenzaban a temblarle las piernas y los labios.

— ¿Necesitas que te refresque la memoria?

— ¡Va-vale, hablemos!  Ya le diré a Borja que llegaré más tarde.

Raúl sacó su móvil de su bolsillo y marcó a Borja para informarle de que podía irse, él no podía ir hoy a su casa ya que su madre le había suplicado pasar una tarde con su hijo. Fue lo primero que se le ocurrió.

Al entrar, Rubén cerró la puerta tras él y miró serio y Raúl.

— Tú dirás —dijo el más bajo—, estoy esperando.

— No tiene sentido

— ¿Qué no tiene sentido?

— Todo —exclamó revolviéndose el pelo—. Primero Borja te llamó y aquel día ya no volviste, al siguiente me dijiste que estabas con él y ni siquiera quedáis, siempre estáis separados el uno del otro.

Raúl se mantenía callado, sentado en el sofá.

— Después viniste a mi casa a romper definitivamente conmigo y por último hablas de mí como si estuvieras perdidamente enamorado. Me gustaría que fueras sincero conmigo.

— Bien. ¿Quieres sinceridad?, pues vale.

El castaño se levantó con brusquedad y el ceño fruncido.

— Hablo de ti de esa manera porque sí estoy perdidamente enamorado. Borja me engañó, ¿vale?. Utilizó la excusa de que ne extrañaba y que últimamente no pasaba tiempo conmigo y el muy hijo de puta aprovechó para violarme cuando llegué a su casa porque sabía que tú no estabas y mucho menos te habrías visto dispuesto a enfrentarlo. Y cuando por fin se cansó de metérmela el pedazo de cabrón me dijo que como te contara algo de esto o simplemente pasara tiempo contigo te mataría. Yo... no tuve alternativa, ¿está bien?. Ni quería ni quiero que te mate.

— Raúl... —el falso albino se acercaba a él a cuidadosos pasos, hasta que llegó al de piercings para poner su mano sobre su mejilla, haciendo que este la agarrara con las suyas.

— Esa es la verdad. Tú me sigues gustando, Rubén. Pero mientras ese capullo no esté entre rejas o en un manicomio nosotros no podremos estar juntos. Espero... espero que me comprendas.

— Te entiendo, tú tranquilo. Trabajaremos juntos para que todo esto pase, ¿si?

— Sí. Te amo, Rubén.

— Y yo, min lille gutt.

Raúl le sonrió con algo de tristeza y se dieron un beso lento y tierno. Realmente echaban mucho de menos los labios del otro.











































































Este fue mucho más corto que el anterior pero espero que les guste que lo hice con mucho amor, siksi.

Se acerca el final de la historia, aunque creo que esto ya lo dije en otro capítulo)?

En fin, espero les haya gustado un poquito.

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Besitos en el siempre sucio

I Love You, Auron | ʳᵘᵇⁱᵘˢᵖˡᵃʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora