La Niñera ''adaptada''

•La niñera• |Capítulo 29|

Sinceramente aún no me creía que la ilusión que tenía a tan solo un metro de mí fuera real. No fui capaz de articular ninguna palabra ni ningún movimiento hasta que fui consciente de que él me estaba abrazando.

—Tini, dulce, te extrañé mucho.

Le devolví el abrazo solo por acto reflejo, porque aún no estaba muy segura de qué estaba pasando. Los brazos cálidos y fuertes de Peter me envolvieron y me trajeron de vuelta al mundo real. Esto era real y Pedro Lanzani de verdad estaba abrazándome.

—Peter pero... ¿Cómo...?—Pregunté totalmente sorprendida cuando él se separó de mí y me miró con una brillante sonrisa.

—Volvieron a trasladar a mi padre. Nos dimos cuenta de que la vida en Inglaterra no era para nosotros. No podía acostumbrarse, y yo simplemente te extrañaba demasiado.

—Pero dejaste de escribir.

—Fue porque quería darte una sorpresa. No estaba tan seguro de si podría volver a California, los tramites tardaron unas cuantas semanas.

—Martina si es Jorge puedes decirle que voy a desfigurar todo su rostro de niño bonito—Dijo Lodovica. Se detuvo en seco al ver a Peter. Lo analizó unos 10 segundos antes de correr a abrazarlos: yo había conocido a Peter gracias a Lodo, siempre habían sido amigos, y siempre me daba celos verlos juntos, pero ahora... ni siquiera me importaba. Por alguna razón quería desaparecer de ahí—. ¿Qué haces aquí?

—Volví.

—¿Permanentemente?—Preguntó emocionada sin dejar de abrazarlo.

—Espero que sí.

—¡Oh Peter! No sé de ti hace como... 3 o 4 meses.

—Quería darles una sorpresa—Dijo y me sonrió. —Disculpa a ésta maleducada—Dijo mi hermosa amiga refiriéndose a mí—. Pasa, no vas a quedarte ahí fuera.

Peter entró y Lodovica cerró la puerta. Yo no me habría movido si no hubiera sido porque Lodovica me agarró del brazo y me tironeó hasta que quedé sentada en el sillón. Hablamos unas cuantas cosas de las que ni me enteré. Solo me limitaba a asentir y a responder "sí, claro, perfecto" cada vez queme preguntaban algo.

—Dodo, me gustaría pedirte un favor—Le dijo Peter a Lodovica.

—Lo que sea.

—¿Me darías un tiempo a solas con Tini?

—Claro que sí—Sonrió y se fue rápidamente a las escaleras que daban al segundo piso—. Estaré arriba un rato—Y desapareció. Peter me miró con esos ojos miel tan perfectos, que extrañamente ya no me parecían tan perfectos como antes ni me hacían sentir especial bajo su mirada. Tampoco me ponía nerviosa al mirarlo, todo era tan diferente ahora...

—Martina, sé que te he dejado en claro que solo vuelvo por ti y Lodovica—Dijo y me tomó las manos—. Te quiero, y también lo sabes. También sé que quizás tuvimos que forzar una ruptura, pero necesito saber si aún... sientes algo por mí... ¿me darías una segunda oportunidad?