32. No se si soy extremadamente sensible o la vida es insoportable

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02 de marzo del 2004...
Narrador...

Los días ya no pasaban para ninguno de los dos. Ambos querían saber cómo estaba el otro, si su vida estaba siendo tan miserable como la suya.

Te puedo asegurar que si.

Hay una frase de Vicent V. Gogh que a Cinco le vino a la mente antes de irse.

"No se si soy extremadamente sensible o la vida es insoportable"

Y es que era verdad. ¿Se estaba rindiendo por cobarde o por qué de verdad lo necesitaba?

En ese momento... para el, era lo único que podía hacer para ya no sufrir más.

Aveces somos egoístas, queremos mantener a lado nuestro a las personas que están sufriendo por estar ahí, te aferras tanto a ello que no piensas en cómo se siente la otra persona, solo quieres que esté contigo. Cuesta entenderlo en su momento pero cuando esa persona se va te das cuanta que la única forma de seguir, es aceptarlo. Aunque aveces duela.

Cinco salió a mirar la luna por última vez, quería irse de una buena manera, recordándola y recordando todo lo que vivió con ella.

Los atardeceres que pasaron juntos abrazados uno de otro, tocando la guitarra, tarareando Coldplay y 3 Doors down, contándose sus planes a futuro y también diciéndose lo mucho que se amaban.

"Por siempre y para siempre perduraremos aquí y en donde sea"

Ese lema se lo repetían ambos cuando tenían miedo al pensar en el futuro, era su lema; te aseguro que aún recuerdan su voz al diciéndolo.

Sus ojos se iluminaban por la luz de la luna y una sonrisa se plasmó en su rostro melancólico.

Ahora, sin miedo, Cinco respiraba el helado aire que corría ahí, lo disfrutaba por primera vez.

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-Lo sentimos mucho, señor Reginald.- dijo una persona al otro lado del teléfono.

-Nos contactaremos luego, adiós.- dijo sin ninguna expresión.

...

-Los he llamado para darles una noticia... acerca de Cinco.- comentó Reginald.

Adeline levantó su mirada de inmediato.

-Ayer, en la madrugada...el...murió.-dijo entre dientes.

A Adeline se le tensaron todos los músculos del cuerpo, la cara, los brazos, las piernas; todo.

Se quedó estática con la mente en blanco sin poder pensar en nada más que en lo que Reginald acababa de decir.

De pronto razono; sus heladas manos comenzaron a sudar, su respiración se aceleró y su ritmo cardiaco incrementó; estaba sudando frío.

El mundo se le cayó encima y ella estaba más débil que nunca.

Klaus formó sus labios en una fina línea al tiempo que rodeaba a Adeline con su brazo.

En ese momento Adeline no sabía cómo había muerto y si lo volvería a ver para despedirse, lo que a ella le desesperaba era que no había manera de poder abrazarlo otra vez, escuchar su voz: que ya no estaba ahí.

En cuestión de segundos los ojos de la chica ya estaban inundados de lágrimas llenas de todo su dolor.

Reginald hizo una pequeña reverencia con la cabeza y se marchó.

Todos estaban helados por la noticia. Adeline se lavando lentamente del sofá en donde estaba y caminó hasta el último piso de la academia, a su lugar especial.

Era muy temprano por la mañana y el aire era frío sin embargo el sol deslumbraba ya.

Soltó un suspiro para poder soltar un poco todos los sentimientos que tenía consigo. Cerró los ojos queriendo imaginar que estaba con ella como siempre, pero no pudo.

Su lugar en el fuerte estaba vacío ahora y ya no había esperanza de que algún día volverá a sentarse ahí con su sonrisa tan cálida que dejaba ver sus hoyuelos y oír su risa que era como recibir un abrazo, uno que no sabias que necesitabas hasta que no lo recibes.
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Mientras escribí esto escuché una playlist que hice para escribir toda la historia, de verdad, las palabras fluyen.

MUCHAS GRACIAS POR LLEGAR AQUÍ, estamos apunto de acabar y es inexplicable lo que me ha hecho escribir esto, gracias 🌠

Pd. Lo sentimos Ade.😔

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