Vivir en 4 meses

30. Tu y yo vamos a ser nosotros por siempre, no importa donde esté

5 de noviembre del 2003
Narrado por Five Hargreeves...

-¿Que?¿Como que te vas?- exclamo Luther mientras me seguía de un lado al otro mientras empacaba mi maleta.

-Papá nos descubrió, sabe de lo qué hay entre Ade y yo.

-¿Y como se enteró?

-Salimos a la azotea y me tropecé con un mueble, Pogo salió pero no nos vio; Adeline usó sus poderes. Eso es lo más cerca que hemos estado de que papá nos haya escuchado.

Se quedó pensado un segundo.

-Pero... ¿y si no fue papá quien los escucho y fue alguien más?

Me detuve y lo miré.

-¿Crees que alguien nos haya visto y le haya dicho a papá?

-No encuentro otra lógica de por que los descubrió, a menos que papá sepa leer mentes.- bromeo.

-Pues tal vez es eso, no creo que nadie nos haya delatado.

-Yo creo que si.

-¿Y quien supones que nos acusó?- cuestioné.

-Fui yo.- Dijo Diego entrando a la habitación.

Luther y yo nos quedamos quietos y callados.-Me entere que te vas, lo siento, ya no podrás ver a mi Ade, que lástima.

No soporte más todo lo que estaba sintiendo, me acerqué rápidamente y solté un golpe con mi puño sin decir una palabra.

Como era de esperarse respondió con otro y se ocasionó una pelea entre ambos, no sentía nada más que el coraje que me impulsaba a dar un golpe tras otro.

Pogo y papá llegaron por el escándalo y ruido de todos que escucharon los golpes y salieron a ver que pasaba. Entre ellos Adeline.

-¿Que rayos pasa aquí?- gritó Reginald mientras Klaus y Luther nos separaban.

Tenía el labio roto, lo supe por el sabor de la sangre, y comencé a tener punzadas en el rostro.

Adeline se acercó rápido y tomó mi rostro con sus manos.

-¿Estas bien?-pregunto preocupada, a lo que yo asentí y le di una sonrisa a medias.

Diego la jalo del brazo rápidamente para llevarla junto a él, a lo que me opuse y la lleve detrás mío.

-¡No la vuelvas a tacar!- grite advirtiendo.

-¡No lo podrás evitar siempre!- dijo riendo.

-¡SUFICIENTE LOS DOS!- gritó Reginald golpeando el piso con su bastón.- ¡A su recámara todos, Cinco, tienes 10 minutos para terminar de empacar.- dijo y se fue.

Todos comenzaron a irse a su cuarto, Klaus, Luther y Adeline seguían ahí.

-Ouh, nosotros los dejamos, no tarden, papá puede regresar en cualquier momento ¿si?- ambos asentimos.

Klaus cerró la puerta y los ojos de ambos nuevamente estaban al borde del llanto.

Narrador:

Se aferraron uno al otro en un abrazo como si esa fuera su última vez uno con el otro.

Adeline sintió su aroma a café por última vez, vio sus ojos verdes y hoyuelos, de los que tenía curiosidad cuando no se conocían.

Cinco vio sus ojos avellana por última vez, vio sus pecas, tocó sus mejillas y cabello, escuchó su voz por última vez, de la que quería que saliera un "te quiero, Cinco" cuando no se conocían.

Ese día ambos lloraron, sentían que estaban muriendo por lo que estaba pasando. Querían besarse, llorar, amar, pero sabían que tenía que ser rápido.

No les quedaba tiempo.

Los habían lastimado de la forma más cruel que podían hacerlo, las palabras no eran suficientes para explicar cómo se sientan sus corazones y como se sentían ellos.

Todos sus planes juntos parecían irse, y ellos los estaban viendo caer.

Hicieron ese momento suyo, ese abrazo y él último beso que se dieron fue como sellaron su amor fugaz, uno que nunca podaran olvidar.

-Tu y yo vamos a ser nosotros por siempre, no importa donde esté ¿si?- dijo Cinco con lágrimas en los ojos.

-Te extrañare todos los días que no estes aquí.- dijo Adeline con una expresión desgarradora.

-Así pasen, días, semanas, meses, años, recordaré cada momento junto a ti, todo lo que decías que me volvía loco, por que te amo como a nadie y lo seguiré haciendo toda mi vida, cielo.- dijo Cinco mientras miraba a los ojos a Adeline, la miro como nunca lo había hecho, sabía que podía ser la última vez que lo haría.- te cuidare desde allá como lo hacía aquí, no importa la distancia, te adoro, eres mi alma entera.

-No te preocupes por mi, lindo, yo te estaré esperando cuando llegues. Juro que jamas te olvidare.

-Volveré, lo juro.- besó sus nudillos, y su frente, para tomar su maleta e irse.

Y es que aveces tienes que prometer cosas de las que no estás seguro
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Yo si llore, ¿y tu?
(YY)