ASHLEY
Cuando era una niña siempre jugaba con muñecas deseando ser así de bonita, Amaia, al contrario, fantaseaba con encontrar a un hombre que la mantuviera para mandarse a cambiar, nunca fuimos lo que llaman familia unida, mi madre era la única que intentaba mantener la armonía de todo, pero cuando ella murió comenzó lo que llaman soledad.
Amaia se la pasaba fuera y cuando volvía los gritos comenzaban, una vez entre a su cuarto cuando ella salió encontrando su pequeña caja abierta, había bolsitas llenas de pastillas, me llamo la atención de inmediato, fui tonta e ingerí una, estuve tres horas inconsciente en el piso de mi habitación.
Papá intento hablar muchas veces con Amaia intentando hacerla entrar en razón, pero jamás logro que ella reaccionara, a los meses ella se fue de casa dejándome completamente sola, comencé a tener ansiedad, pasaba demasiado tiempo sola y mis pensamientos comenzaban a hacer de las suyas.
Lo vi normal hasta que tuve un ataque de histeria, lo oculté diciendo que solo era un mal día, pero continuaron con mayor frecuencia, no podía ni salir de casa, al poco tiempo todo se detuvo, pero no fue por arte de magia si no que la marihuana me mantenía en calma. Adelgace peligrosamente esa temporada, prefería gastar el dinero que mi padre me daba en drogas en vez de comida.
Cuando me pidieron que me hiciera pasar por Amaia por salvarla estaba hasta la mierda de marihuana y acepte, no supe muy bien de las consecuencias hasta que la prensa comenzó a acribillarme de preguntas. Nada parecía calmarlos, eran como buitres, pase algunos meses en la cárcel.
En ese tiempo nadie fue a visitarme, pase los minutos más largos de mi vida esperando a que alguien entrara preguntando por mí, pero nunca nadie fue.
Amalia era una asesina a los ojos de todos, incluso a los de su propio padre.
Me sumí en una horrible tristeza que me carcomía día y noche.
El apellido Jonhson dejo de importar.
Luego de cumplir mi muy acortada condena me dejaron salir bajo fianza, por supuesto, nadie pago. Tuve que esperar a que la remisión condicional me fuera concedida, conseguí un trabajo con el cual pagué mi fianza, cuando estuve afuera supe que ya nada iba a ser fácil si continuaba siendo Amalia, fue entonces cuando nació Ashley.
No me arrepiento de mis decisiones, pero sí de mis actos. Jamás debí dejar que Amaia se saliera con la suya.
Mi cuerpo se siente increíblemente cansado, exhausto incluso al punto en que mis ojos intentan cerrarse.
Había perdido la noción del tiempo, me mantuvo bajo la oscuridad abrasadora que poco a poco iba consumiéndome.
Tengo miedo a la oscuridad porque me recuerdan a las noches que pasaba despierta.
Las noches en las que dormía con un trozo de vidrio en mi mano.
Trataba de volver a sentirme segura, pero nunca lo lograba del todo.
Solloce con fuerza soltando todo aquello que estaba atormentándome, mis heridas dolían con cada movimiento que hacía, el mínimo acto de respirar me provocaba espasmos de dolor, ni siquiera puedo levantarme.
Necesito recuperar mis fuerzas, pero... ¿para qué recuperar algo que yace perdido hace tanto?
Ashley nunca fue fuerte, Ashley era ingenua. De pronto siento toda la negatividad que oculte todo este tiempo, mierda, me siento increíblemente mal.
Me levante con cuidado y las pesadas cadenas casi me mandan al suelo, camine por el recinto todo lo que me fue permitido observando todo con detenimiento.
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Duskwood
FanfictionCuando Ashley se ve involucrada en la investigación de la desaparición de Hannah Donfort toda su vida se puso patas arribas, no dormía bien tratando de desencriptar la nube, no comía porque estaba demasiado concentrada con el caso. Pero sobre todo y...