Capítulo 5:

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Shaera:

Mi día no termino tan mal, en un momento pensé que me mataría seguramente su cita con la rubia no salió como lo esperaba, aunque regrese a buscar mi tarjeta para comprar el vestido y escuche barios gemidos que se convirtieron en gritos de reclamaciones, me dio un poco de riza y salí rápido de ahí, al parecer le dijo el nombre de otra, la rubia estaba que echaba chispas

Después de regresar de la tienda me baño y quedó inconsciente hasta el nuevo día, despertándome la maldita alarma del teléfono, cuánto la odio

Ya en la empresa entró rápidamente al ascensor tengo que llegar antes que imbécil, pero para mí mala suerte ahí está el, con un traje azul marino de tres piezas, de esa manera que lo hace ver tan sexy, debo de admitirlo, es el hombre más guapo que he visto, es perfecto, sin corbata al parecer no le agradan, su pelo alborotado, labios entreabiertos, suspira

-Buenos días señor, se encuentra bien

Pregunto un poco preocupada por su actitud, me mira llevándome contra la pared del ascensor, quedando su pecho en mi cara, es sumamente alto, sus manos descansan en dicha pared, hiperventila fuerte, levanto levemente mi mano, ¿tendrá un ataque de pánico? quien sabe talvez no le gustan los asesores

-Al parecer no -roso suavemente su mejilla y el gruñe

-Creo que tiene fiebre-se separa poniendo su mano en el rostro

-Estoy bien, solo necesito aire, volveré pronto -se queda en la primera parada, creo que lo que necesita es un psiquiatra

Comienzo mis labores no hay mucho que hacer, él es muy ordenado, prácticamente hace mi trabajo, supervisa todo lo que se realiza en la empresa, estoy en especial para llevar su agenda, para que llegue a tiempo a cada lugar, suele ser muy olvidadizo se concentra demasiado, mejor dicho la olvidadiza soy yo que pongo alarma en cada evento, justo ahora tengo que recoger su traje en recepción lo coloco en su despacho, aún no ha regresado, se habrá  desmayado o algo, estaba un poco mal, sumamente caliente, las puertas son abiertas entrando en mi campo de visión

-Se encuentra mejor señor-pregunto cundo veo que su respiración se agita un poco

-Si solo un pequeño mareo, no había desayunado -asiento, pero si estaba caliente no eran fatigas por un ayuno

-Deje su esmoquin en el despacho-le informo no quiero que luego me regañe, suele ponerse de mal humor por cualquier razón

- ¿No te arreglarás? -pregunta confundido

-Si, no se preocupe, estaré lista a la hora, permiso

Sin más salgo, no sé porque me está resultando todo un poco incómodo, me dirijo al pequeño despacho de mi amiga que ya está completamente arreglada

-Empecemos-me dice con una inmensa sonrisa y se que el resultado n me gustará

Después de minutos, horas, no sé bien cuanto realmente, cada milésima fue torturas para mí, pero valió la pena estoy preciosa, aunque lo que si me deja sin palabras es el hombre que espera. Con ese prefecto esmoquin negro, no entiendo como cada jodida prenda que se pone le queda para comérselo, un hermoso reloj plateado en su mano izquierda y unos finos aros en sus dedos, los preciosos rizos están bien peinados en un moño alto, dejando ver a la perfección su rostro, esto sí que es un espectáculo

A través del tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora