❝Ella trajo la desgracia consigo, su existencia es una calamidad y una tragedia.❞
→ Daiana sabía muy bien que tener una vida plena y llena de emociones estaba completamente prohibido para ella. Existir era una tragedia para el mundo que la recibió...
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CACERÍA.
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Para llegar a la segunda fase del Examen de Cazador, debían de cruzar aquel peligroso pantano lleno de criaturas que tratarían de engañarlos para luego devorarlos. Varios de los aspirantes ya habían sido engullidos por esas grandes bestias que se escondían entre la neblina, y probablemente no llegarían siquiera vivos la mitad de ellos para el final de la primera prueba. Y aunque muchos vieran aquella situación como su inevitable muerte, para la castaña era realmente todo lo contrario; porque realmente tenía hambre y estaba buscando una manera de liberar todo el estrés y los nervios que había acumulado durante los últimos días.
━¿A dónde vas Dai?━preguntó confundido Killua al verla detenerse para observar a los monstruos que se estaban comiendo a algunos participantes del examen. Una sonrisa traviesa cruzó el rostro de la chica y se giró hacia sus dos amigos, quienes cruzaron miradas al momento.
━Voy a buscar algo de comer, no tardaré mucho.━contestó confundiendo a ambos.
━¡Pero Dai, es peligroso!━dijo Gon preocupado.
━¿Peligroso? Para nada. Es mejor que os preocupéis por Kurapika y Leorio, creo que esos dos sí que tendrán problemas.━respondió encogiéndose de hombros.━¡Nos vemos en un rato!━terminó por decir mientras alzaba la mano para despedirse y su figura se perdía entre los árboles y la pesada niebla.
━No te preocupes por ella Gon, seguro que estará bien... aunque me pregunto qué hará para conseguir comida aquí.━mencionó el albino dando pequeñas palmadas en la espalda del peliverde.
━No estoy preocupada por ella.━contestó negando con la cabeza y haciendo que el Zoldyck alzara una ceja.━¡Estoy preocupado por lo que le pase al bosque, no sabes lo bruta y peligrosa que Dai-chan puede llegar a ser!━dijo teniendo una gran confianza en las habilidades de supervivencia de su compañera.
En efecto, la ojimorada no corría peligro. Daiana era el peligro sin lugar a dudas, y eso era demasiado evidente cuando dejó a Hana en el suelo y esta la observó sabiendo perfectamente lo que iba a hacer. La castaña estiró un poco y después le encargó tanto su bastón como su mochila a su gata, quien tenía la capacidad de modificar su tamaño y en esa ocasión se agrandó para poder cargar con ambas cosas. Por esa extraña habilidad suya es que era capaz de encoger y viajar bajo el sombrero de su dueña sin siquiera ser vista, desde luego ambas ocultaban mucho más de lo que podía parecer a simple vista.
