❝Ella trajo la desgracia consigo, su existencia es una calamidad y una tragedia.❞
→ Daiana sabía muy bien que tener una vida plena y llena de emociones estaba completamente prohibido para ella. Existir era una tragedia para el mundo que la recibió...
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AVANCE.
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Dai miró realmente aburrida cómo el mayordomo de los Zoldyck movía de un lado a otro la moneda, puesto que los había obligado a participar en su juego o perderían la oportunidad de ver al albino. En un primer momento Leorio fue descalificado, después le siguió Kurapika, y cuándo finalmente quedaron tanto ella como Gon el juego comenzó a complicarse, la castaña decidió intervenir en este para burlarse de los mayordomos después de los problemas que le habían causado.
━Muy bien... ¿quién tiene la moneda?━preguntó Goto cuándo varios de los mayordomos se reunieron para dificultar aún más los movimientos.
El Freecs se encogió de hombros, haciendo que el mayor frunciera el ceño.━Tienen dos segundos para contestar o...
━Sí, sí. La moneda la tengo yo.━habló aburrida la castaña mostrando la moneda en su mano, mientras el mayordomo de atrás seguía confundido, preguntándose cómo se la había podido robar sin siquiera moverse. Gon soltó una carcajada y los sirvientes se miraron sorprendidos entre sí.
━¿Cómo...?━murmuró confundido, ya que estaba seguro de que sus ojos habían visto cómo la moneda había caído en la mano del último mayordomo. No creía que fuera el deterioro de su vista, estaba seguro de que se trataba de otra cosa que solo los más expertos conocían y ponían en práctica; y no esperaba que ella también pudiera utilizarlo.
━No dijiste que eso no estuviera en las reglas. Ya me aburrían de lo lentos que iban.━respondió la ojimorada rodando los ojos. Después le dejó la moneda a Gon, y comenzó a mirar a su alrededor en busca de algo que comer.━¡Eh, suéltala ya! ¡No sabes siquiera tratar a una chica, eh!━se quejó, por lo que en cuestión de segundos Canary fue liberada y esta de inmediato le agradeció a la castaña con una reverencia.
Goto parpadeó repetidas veces, comprobando tanto por Zebro como por la misma señora Zoldyck que los rumores acerca de la fuerza y perspicacia de la chica eran completamente ciertos. No por nada había sido mandada a envenenar con la toxina más fuerte para bestias que había en el mercado, con cantidades que ni el humano más fuerte soportaría sin quedar ileso. Pero allí se encontraba ella, mirando aburrida su juego y preguntándole a los mayordomos cuándo traerían los aperitivos mientras continuaban esperando.
