Capítulo 17

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Verdad Oculta: En mi día a día, siempre me maquillo y como accesorio personal, me pongo perlas en los ojos.

Me despierto por los quejidos de Hades y le miro.

—¿Otra vez verdad?—Le pregunto mientras acaricio su pelo.

—Peque algún día te cortaré las piernas sin piedad—Hades me contesta con voz cansada.

Desde la primera vez que dormí con Hades, nunca he dejado de pegar patadas mientras duermo. No lo hago queriendo, pero no me doy cuenta al estar dormida.
También alguna vez Trevor o Alec han dormido conmigo y no lo han vuelto a hacer por el mismo motivo.

—¿Nos vamos ya a casa?—Pido a Hades con cara de pena.

—¿No quieres desayunar?

Niego rápidamente y rueda los ojos.

—Venga vamos con Koda—Hades responde como si me hubiera leído la mente y sonrío.

Dos horas más tarde, llegamos por fin a casa, le quité a Trevor a Koda y lo besé varias veces.

—No hagas eso enana, no es higiénico—Tío Brad hace una mueca de asco al verme besar a Koda mientras le fulmino con la mirada.

Si supiera que dejaré a Koda dormir en mi cama...

—Eso, no te entretengas y cámbiate tenemos que entrenar todos—Hades contesta.

Río y le ignoro hasta que pone su brazo en mi hombro seriamente.

—Va en serio, cámbiate.

Miro seriamente a Hades.
Cuanto lo odio.

¿Alguien se ha enamorado y ha experimentado un amor odio?
Porque yo sí y ojalá poder matarlo ahora mismo.

A partir de hoy me pondré en huelga. No dejaré que me toque, me bese, ni le miraré embobada cuando entrene ni...
¿A quién miento? No puedo desperdiciar algo así. Y mucho menos dejaré de desperdiciar unas vistas envidiables.

A regañadientes subo a mi habitación y me cambio rápido para poder estar en el gimnasio lo antes posible.

¿Si entro antes saldré de ahí antes, no?
Porque por mi bien, espero que sí.

Observo a todos entrenar y Hades me hace una señal con la mano para que vaya con él.

—Melisa a partir de hoy aprenderás lo único que te falta. Complementos—Hades me mira seriamente y me señala una mesa.

Que raro escuchar a Hades llamarme por mi nombre.

Nos acercamos hacia la mesa y veo todo tipo de complementos de armas.
Arcos, cuchillos, cadenas...

—Tienes que elegir dos armas, una como esencial y la otra como extra. Las que eliges serán tuyas para siempre y practicarás con ellas cada vez que entrenes. Así nunca perderás la práctica.

Mientras escuchaba a Hades miraba cada arma muy detalladamente hasta que deslicé mis manos y agarré en una mano una pistola un poco más grande que mi mano de color rojo y negro. En mi otra mano, sujetaba dos cuchillos iguales, bastante afilados y anchos. Eran como un pack.

Verdades Ocultas (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora