Capítulo 20 "Obsesión"

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Después que terminamos de limpiar y lavar, miré que eran las diez de la noche

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Después que terminamos de limpiar y lavar, miré que eran las diez de la noche. Cogí mi teléfono, encontré varias llamadas perdidas de mamá y también de Mich. Le envié un mensaje diciéndole que estaba en casa de Judith y que iría dentro de un rato.

Me dejé caer en el sofá, estiré la mano para agarrar otro trozo de pizza.

—Todo quedó perfecto —dijo Judith, ella se sentó en un sillón—. Huele rico.

—Sí, todo se ve impecable. Tengo que irme ya. Es muy tarde.

—Sí, ¿te llamo un taxi?

—Descuida, yo lo hago. —Cogí el teléfono y pedí un taxi.

Minutos más tarde, me despedí de Judith, recordándole que vendría mañana para que fuéramos a mi casa. Me dirigí a la puerta, inmediatamente escuché un claxón. El taxista había llegado, apresuré el paso y entré al auto.

Respondí unos mensajes de Jose y me recosté en el espaldar del asiento. Mi mente viajó al día en que Ángelo me besó en el lago, luego en su casa. Sin darme cuenta, me encontré acariciando mis labios mientras sonreía.

«¿Qué tienes que me atrae, Ángelo».

Al llegar a casa, fui directo a mi habitación. Mamá apareció en unos minutos, preguntándome dónde estaba. Le dije que había conseguido empleo, ella se alegró por mí y me dio un abrazo, luego se marchó.

Me di una ducha para acostarme a dormir. Mañana tendría mu primer día de trabajo.

Al día siguiente, me desperté más temprano. Después de arreglarme bajé a la cocina. Mamá preparaba el desayuno, le di los buenos días y busqué una taza para vertir un poco de café.

—¿Qué haces despierta tan temprano? ¿Saldrás a algún lado? —preguntó mientras servía los huevos revueltos en un plato. Sacó los panes de la tostadora.

—Conseguí trabajo en una cafetería, ¿no te parece genial?

—¿Y qué harás?

—De camarera —dije, ella colocó el plato frente a mí, y luego el suyo.

—Está bien, hija. Esto es solo temporal, hasta que tu padre tenga un empleo.

—No te preocupes, mamá. Quiero ayudar. —Ella me sonrió.

Empezamos a desayunar, mamá me contó que hoy mismo comenzaría a hacer pasteles y postres, todo con la ayuda de Becka, ya que Mich le comentó que ella era buena en la cocina.

Mich también buscaría un empleo, lo más seguro era que se iría a la playa, pues allá tenía conocidos, personas que lo ayudarían con facilidad.

Cuando él bajó, ya iba de salida, solo cogió una manzana y se despidió de mamá. Se ofreció a llevarme porque no le gustaba la idea de verme caminar.

Acechada por el mal |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora