Becka se la pasó consolando a Candace. Yo muy poco conversaba con ella desde que la vi con mi hermano. Me molestaba el hecho de que ella sabía lo mucho que nuestra amiga le gustaba Mich y, aun así, no le importó.
Sopesaba la posibilidad de que Benjamín fuese el asesino. Pero, ¿qué ganaba asesinando a Corbin y a los otros? Estiré el brazo y apagué la luz, a continuación hundí la cara en mi almohada.
Yo no me sentía segura estando aquí, por eso después de tanto hablarlo con los chicos llegamos a la conclusión de que nos iríamos al amanecer. No podía dormir, cogí el teléfono viendo que eran las diez de la noche. Rebusqué en mi mochila el frasco donde estaban las pastillas que tomaba cuando me sentía intranquila y nerviosa. Me serví un poco de agua de la jarra que yacía en la mesita de noche y luego me tragué la pastilla.
No pasó mucho tiempo, cuando sentí mis parpados pesados.
Vi a mamá limpiando el jardín de la casa, a su lado estaba Corbin, ayudándola. Caminé hacia ellos y les ofrecí limonada.
—Gracias, hija —dijo mamá, dio un sorbo al refresco.
—Sabes que te amo, ¿verdad? —Corbin me atrajo a su cuerpo.
—¡Hey! —Tomé distancia entre los dos, evitando que la bandeja donde estaban los vasos y la jarra cayera al suelo —. Ten el tuyo —. Le entregué el vaso y él lo sostuvo.
—América, cielo. Te amo. —Corbin me besó con dulzura.
—Yo también te amo —dije acariciando su mejilla.
—¡Bien! Creo que sobro. —Reí al escuchar a mi madre —. Dame eso, yo lo llevaré —. Le entregué la bandeja.
—Mamá, no te vayas...
—¡Regreso enseguida! —anunció camino a la entrada de la casa.
—Ya quiero que vivamos juntos, que tengamos una familia. ¿Te imaginas? Ver a nuestros hijos corriendo por el jardín.
—Sería lindo —dije con ilusión.
De pronto se escucharon ruidos. Corbin me miró y rápidamente corrimos hacia la casa. Parece que habían roto un cristal. Al abrir la puerta, mis ojos recorrieron el lugar buscando alguna pista de lo que estaba pasando, pero todo se veía tranquilo.
—América —me giré hacia Corbin viéndolo al lado de la escalera —, mira, el ruido que se escuchó fueron los vasos y la jarra.
—¡Mamá! —Iba a subir, pero sentí que me sujetaron por el brazo, haciendo que me detuviera —. Tengo que ir a buscarla, algo tuvo que pasarle.
—Él la tiene. —Fruncí el ceño, no entendía a qué se refería, no hasta que seguí su mirada. El enmascarado que me había estado siguiendo tenía a mi madre. Ella estaba de espaldas hacia él, mientras que la amenazaba con un cuchillo. Mamá me miraba asustada, parecía petrificada.
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Acechada por el mal |COMPLETA|
Mysterie / ThrillerUna serie de eventos comienzan a suceder, llenando de pánico y terror a los habitantes de la ciudad. Las voces de que un asesino serial anda suelto comienzan a difundirse. Él está obsesionado con América, una joven universitaria, querrá volverla lo...