Una serie de eventos comienzan a suceder, llenando de pánico y terror a los habitantes de la ciudad. Las voces de que un asesino serial anda suelto comienzan a difundirse.
Él está obsesionado con América, una joven universitaria, querrá volverla lo...
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El terror en los rostros de Owen y Violet le causaba satisfacción, excitación y un sinfín de sensaciones indescriptibles. Owen se encontraba atado a una silla mientras que Violet en una esquina de la habitación luchaba con todas sus fuerzas para intentar soltar el pie que tenía encadenado.
El enmascarado sonrió con suficiencia yendo hacia una mesa donde tenía toda clase de instrumentos de torturas.
-¿Quién eres? Por favor, déjanos ir, no diremos nada a la policía - dijo Owen con desesperación.
-Sí, no diremos nada. Si quieres nos iremos lejos, pero no nos hagas daño - comentó Violet atemorizada.
Sus ojos lucían rojos e hinchados de tanto llorar, igual que sus mejillas. Ella al ver que el enmascarado hizo caso omiso a sus súplicas comenzó a sollozar. Ambos estaban angustiados, Owen no lograba recordar de cómo llegó a ese sitio, solo se acordaba de haber ido a beber cuando salió de la habitación de América, luego subió a la suya sin siquiera despedirse de Candace y despertó atado a una silla.
-¿Por qué haces esto?
-¿Quién eres?, ¿por qué lo haces?, por favor déjanos ir, no nos hagas nada -dijo mientras pasaba una mano por los afilados cuchillos que estaban organizados por tamaño -. No tienes que hacer esto, solo necesitas ayuda -. Sostuvo el cuchillo más grande, la hachuela, ese que era utilizado más que todo por los carniceros -, pero yo no necesito ningún tipo de ayuda. Eso es lo que nadie entiende, todo lo que hago es porque me gusta la sensación que siento cuando la sangre cae sobre mi cuerpo. -Sonrió mirando el filo del cuchillo.
Los llantos de Violet retumbaban en el lugar. Temerosa miró a Owen pidiéndole que la ayudara, pero su amigo estaba en la misma posición, ellos intuían lo que iba a pasarles, en muchas ocasiones vieron las noticias de los sucesos horripilantes que él hacía, solo que nunca imaginaron que serían parte de sus víctimas.
-Puedes dejarnos ir, no tenemos a quien acusar, no te hemos visto el rostro.
El enmascarado sonrió, dejó la hachuela en su puesto y se dio la vuelta quedando frente a ellos. Se quitó la máscara dejando expuesto su rostro. Tanto Owen como Violet jadearon sorprendidos, ellos lo conocían, estudiaban con él en la misma universidad.
-¡Problema resuelto! -Esta vez no hubo necesidad de hablar grueso para ocultar su voz. Ahora estaba expuesto y sabía que por nada del mundo podían escapar, porque era obvio que irían a la policía.
-¡Qué mierda! -dijo con asombro. -Eres...
-¡Cállate! -El sujeto le cubrió la boca a Owen -. No te atrevas a mencionar mi nombre -espetó soltándolo con brusquedad.
-Nos engañaste a todos. Eres un maldito enfermo. ¿Tú asesinaste a todas esas personas?, ¿eres tú el asesino de Corbin?
-Lastimosamente no, pero me hubiera gustado serlo, nunca me cayó bien.
