𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐃𝐎𝐒
(𝐒𝐄𝐆𝐔𝐍𝐃𝐎 𝐕𝐎𝐋𝐔𝐌𝐄𝐍)
Luego del incidente que Marlene Lockley tuvo con su mejor amigo Jadon Sancho, la inglesa busca olvidarse del romance pero un cierto argentino que fue el principal problema en su relación con Jadon no...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El trabajo se me estaba juntando cada día más provocando que llegara demasiado tarde a mi casa y ni tiempo me daba para al menos mantener una conversación con mi hermana. También afectó el hecho de que pudiera hablar con Licha pues no quería distracciones y al mismo tiempo tampoco quería iniciar algo con él hasta que terminara en definitiva con Rúben lo cual ni siquiera he tenido oportunidad de hacer.
Me encontraba organizando horarios para mañana la conferencia de prensa previa al partido del fin de semana cuando alguien toca mi puerta -Mar, estás ocupada?- se asoma Rashi.
-Un poco. Pero dime qué quieres?
Marcus se sienta frente a mi escritorio -es acerca de Lizzy- da inicio.
Aquello hace que detenga mis acciones -todo bien con ella?- estaba consiente de que últimamente estaban saliendo muy seguido. E incluso ayer en la noche que llegué al depa, Lizzy no estaba dándome a entender que estaría en casa del atacante.
-Han pasado unas semanas después del incidente con Rodrigo y como sabes, hemos estado conviviendo casi diariamente- da una pausa -crees que esté lista para que la invite a una cita?- pregunta con timidez.
Su pregunta ocasiona que me atragante con el café -a ver, espérate!- toso para poder hablar -qué?!
El británico desvía la mirada -pensé que te lo había dicho.
-Decirme qué?
Rashi se aclara la garganta -ayer nos acostamos...- menciona en voz baja.
-QUE USTEDES QUÉ?!- grito sin creerlo provocando que alguien más entre a mi oficina y para mi mala suerte era el argentino.
-Mar!! Qué sucede?!- cuestiona preocupado.
Intento procesar lo que me dijo -nada! Es solo que...- estaba sin palabras -tanto trabajo ha consumido mi tiempo que ni oportunidad he tenido para hablar tan siquiera con Liz- confieso culpable.
Es Licha quien se acerca a abrazarme para sentirme relajada lo cual funciona -es normal cuando subes de puesto en el trabajo- decía -pero una vez que aprendas a manejar y organizar tu tiempo, podrás tener más descansos- convence el argentino.
Yo lo miro -lo siento- me disculpo -yo sé que por mi culpa no nos hemos visto desde hace mucho y...
-Hey hey- me toma de mis mejillas -te entiendo completamente, además que no te estoy culpando de nada. Vas a ver que luego estaremos los dos solos un buen de rato- me besa la nariz.
