❛𝐅𝐈𝐍𝐄𝐋𝐈𝐍𝐄❜ ᵃⁿ ᵃᵉᵐᵒⁿᵈ ᵗᵃʳᵍᵃʳʸᵉⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ✓

epílogo

La casa del dragón había entrado en una de las guerras más sangrientas que había tenido Westeros en su historia, lo que significaba, además de montañas de muertos, mucho trabajo para los maestres que debían reescribir esa historia.

Miles de muertos, muchas pérdidas, varios dragones. Valyria peleó al lado de su padre cargando el resentimiento y dolor en su corazón, había decidido ser la mayor molestia de los verdes en la guerra y una de las Targaryen más recordadas en los libros de historia por los eventos importantes que formó parte.
La visita a Borros Baratheon fue solamente el principio, fue regañada por los Lords por haber tomado esa decisión sin consultar pero cuando el tiempo pasó le dieron la razón al ver que no tener los soldados de Baratheon en el campo de batalla había sido de mucha ayuda y les había dado cierta ventaja.

Ni bien comenzó la guerra, los negros tuvieron que mudar su cuartel a otro lugar más lejos de King's landing por cuestión de seguridad. Allí se encontraron con sus aliados, uno de ellos Cregar Stark quien cautivado quedó al conocer a Valyria. Para ese entonces la princesa era más fría y seria que de costumbre, la decepción y el dolor la había consumido terminando por crear un arma de guerra letal. No le prestó atención al Lord que intentaba hacer lo posible para acercarse a ella, estaba muy ocupada hablando con su padre sobre cómo derrotar a los verdes.

Él también se había dado cuenta que su hija mayor había cambiado, cada vez que agarraba su espada o montaba su dragona para ir a la pelea se convertía en una persona diferente, con sed de sangre y sin piedad.

Se negaba a qué sus hermanas lucharan cuando comenzó a perder personas que amaba de nuevo, Jacaerys, Rhaenys, cada pérdida la hacía sentir que perdía la cabeza cada vez más y temía perder a sus hermanas también. Amenazó con encerrarlas en el norte y no dejarlas salir, ofreció llevarlas a las islas de Pentos para que estén seguras pero ellas deseaban pelear más que nada en el mundo.

Fue gracias a la amistad que formó con Cregar que volvió a recuperar la cordura y a pensar con claridad. El muchacho se esforzaba todos los días para que ella lo quisiera un poco más y confiara en él. Deseaba que ella lo viera con los mismos ojos que él a ella.

Valyria tenía en claro cuáles eran los sentimientos del hombre del norte, sus insinuaciones eran más que claras y sus cortejos vistos por todos. Pero no estaba lista para dar lo que quedaba su corazón a nadie por más sincero que pareciera Cregar. La herida que había dejado Aemond era aún fresca y dolía todos los días, intentaba sanarla pero se abría cada vez que veía su dragón de lejos en las líneas de batalla y cuando escuchaba su nombre en las conversaciones sobre sus hazañas.

Aemond había escuchado las suyas también y se maldecía cada día de su vida por lo que había provocado. También le llegó el comentario que el joven lobo no solamente había estado coqueteando a su amada sino que también había cierto romance entre ellos haciendo que hiciera hasta lo imposible para ser él quién sea el que se cruzara con Cregar y asesinarlo. Pero no pudo hacerlo, Valyria siempre estaba del lado del joven Stark por decisión de su padre y juntos eran los líderes de un ejército que no había perdido ni una batalla, no quería cruzarse con ella y ser el responsable de su muerte. Ella se había ganado el respeto del norte completo quien hacía canciones en su honor y decía su nombre cada vez que iba a comenzar una batalla.

El grito "por Valyria" fue descrito en los libros como uno de los más curiosos para los Maestres quienes por años habían presenciado un norte exclusivamente fiel al norte.

Valyria y Aemond se cruzaron una sola vez más luego de la última vez que se vieron. El dolor en sus ojos se podía notar a kilómetros y cualquiera se hubiera dado cuenta que en el pasado había algo entre ellos si los hubieran visto, para su suerte estaban solos y aunque ambos sabían que debían pelear como era su deber, no lo hicieron.