DANTE LOMBARDO.

5.6K 541 1
                                    

La fiesta sigue. Ya es demasiado noche y sin hay demasiada gente. Estoy cansado, muy cansado de todo y de todos. Hasta ahora todas mis palabras hacia esas personas han sido muy cortantes. Trato de mantener mi distancia. Ya bastante tengo con Alessio y su padre.

Me he alejado un poco de todos para poder tomar un pequeño respiro.

Mi vida está pasando ahora mismo cómo una jodida película. No puedo creer que mi vida haya empeorado más de lo que ya estaba. No debí de haber venido a Florencia. Debí de haberme quedado en Estados Unidos. Tal vez así me habría evitado toda está maldita mierda.

Demonios... maldito a ese maldito infeliz que puso esa puta memoria en mi bolsillo.

Jamás le he deseado mal a ninguna persona, pero a ese bastardo le deseó lo peor. Por su culpa es que estoy metido en todo esto.

—No me parece apropiado que uno de los novios se escape de su fiesta, eso se podría malinterpretar demasiado —una voz me saca de mis pensamientos.

Volteo hacia la derecha.

Un joven de traje negro se acerca con una copa de vino en su mano y con una sonrisa amable. Sus ojos son marrones, tiene cabello corto negro y una piel algo clara.

Él posee el mismo tatuaje en el cuello que vi en Enzo Lombardo.

—Por tú expresión puedo ver que te encuentras cansado y muy fastidiado.

Esté sujeto no tiene pinta de matón. Siento la misma vibra que cuándo estoy cerca de Beatrice. No siento algún peligro.

—¿Y tú eres...?

—¡Oh! Es verdad. No me he presentado —me extiende su mano derecha —. Un placer señor De Luca. Soy Dante. Dante Lombardo.

—Es un... placer —estrecho mi mano con la de él por un momento —. Eres un Lombardo, ¿Entonces eres hermano de Enzo?

—Si. Se nota que ya conoció a mi hermano.

—Tuve el privilegio hace unas horas.

—Si es que mi hermano hizo un comentario nefasto, me disculpo en su nombre. Él es así. Siempre se comporta de una manera muy insoportable. Aquí entre los dos, Enzo es muy idiota.

—Bueno... supongo que todos los hermanos mayores se comportan así.

—¿Tienes hermanos?

—No. Yo soy hijo único. Pero a lo largo de mi vida he conocido hermanos mayores idiotas.

Alessio De Luca por ejemplo.

—¿Puedo preguntar el por que se ha alejado de todos? Es su boda, debería de estar muy feliz y con Alessio en estos momentos.

—Yo... solo necesitaba un respiro eso es todo. Un poco de tiempo a solas.

—Pues si le soy sincero señor De Luca...

—Dominic —interrumpo sus palabras —. Solo dime Dominic, háblame de tú.

—Muy bien, Dominic. Si te soy muy sincero no te ves muy feliz. Te ves demasiado infeliz.

—¿Infeliz?

—Mi madre decía que tenía un don para ver atraves de los ojos. Que yo podía ver su verdadero sentir con tan solo verlos. Ya saben lo qué dicen, que los ojos son la ventana del alma. Y tus ojos muestran un dolor inmenso, uno que no se puede describir tan fácilmente.

—Bueno yo...

—Dominic —Alessio se hace presente interrumpiendo mis palabras de golpe —. Hasta que te encuentro, me estaba comenzando a preocupar bastante por ti —se coloca aún lado de mi y voltea hacia Dante —Dante —suena frío y cortante.

—Alessio. Me alegra verte —responde.

—Lo mismo digo. ¿Dónde está tú hermano? por lo general siempre andan ustedes dos. No se separan jamás.

—Siempre hay una primera vez. Sabes cómo es Enzo, hay ocasiones en las que me resulta muy insoportable. Quería alejarme de él aún que sea por un momento.

—Te entiendo perfectamente.

—Me retiro. Tengo que volver con mi padre y con mi hermano —nos dice —. Fue un placer hablar contigo Dominic. Les deseó toda la felicidad del mundo en esté nuevo capítulo en sus vidas.

—Gracias por tus deseos. Puedes estar muy seguro de que seremos muy felices —responde Alessio.

Si cómo no, tonto.

Dante sonrió y después se retira dejándome completamente a solas con Alessio.

—¿Por qué te alejaste? —él me mira serio —.¿No sabes qué es de mala educación irse así?

—Claro que lo sé. Pero cómo está boda es un teatro que tú padre y tú armaron la educación aquí no importa nada.

—¿Qué le dijiste a ese Lombardo?

—Nada. No le dije nada. Solamente estábamos hablando tranquilamente hasta que apareciste con tú mirada de demonio.

—No quiero que le vuelvas a dirigir la palabra.

—¿Ahora piensas prohibirme hablar con las personas?

—Si. Así mismo. Ahora eres mi esposo. Debes de hacer todo lo que te diga.

—¿Pretendes manipularme cómo si fuese un maldito títere?

—Si.

—No puedes hacer eso. No me puedes controlar.

—Dominic claro que puedo controlarte. Eres mío. Cada parte de ti me pertenece ¿Comprendes? hablaras cuándo yo te de el permiso y hablaras con quién yo te autorice —toma mi barbilla —. Ahora eres un De Luca, así que puedes comenzar a comportarte cómo tal.

—No puedo creer que exista en el mundo una persona tan fría, tan cruel y tan maldita cómo tú. Eres en definitiva un monstruo.

—Piensa lo que quieras de mi. Me da lo mismo —responde —. Ahora es tiempo de que volvamos. Mi padre hará un brindis y no nos lo podemos perder por estás tonterías.

—Te odio. Me das asco y siempre será así.

—¡Oh Dominic! Solo es cuestión de tiempo para que todo eso cambié. Eres una presa difícil de domar. Pero tarde o temprano caerás completamente ante mi.

—Ni en tus mejores sueños, Alessio. Yo nunca llegaré a sentir nada más que odio hacia ti ¿Oíste? Tú no te mereces nada. No mereces que alguien te ame. Jamás.

El oji-azul no dice nada. Suelta mi barbilla y me toma con demasiada fuerza del brazo derecho.

—Nos vamos —ordena y me hace caminar.

Maldito hijo de perra. Tarde o temprano la misma vida se va a encargar de darle su merecido. Está completamente equivocado si piensa que caeré ante él. Jamás va a pasar eso. Antes me mato que sentir algo más que odio por Alessio De Luca.

De LucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora