AJUSTE DE CUENTAS.

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Hemos llegado a la bodega, no hay nada raro en todo el lugar. No hay ni un solo hombre del clan Lombardo esperando por mi.

—Es raro —dice Dante —.Enzo nunca anda solo.

—Lo sé —contesto —.Pero no me importa, lo más importante para mi en estos momentos es el recuperar a mi hijo.

Abro la puerta.

—Déjame advertirte una cosa Dante —volteo hacia el pelinegro —.Si a mi hijo le sucede algo entonces te juro que a ti te haré conocer el verdadero infierno en la tierra. Así que más te vale no hace una idiotez, ¿Has entendido?

—Alessio, no tengo intensión alguna de traicionarte, te ayudaré a rescatar a Alec.

—Espero que estés diciendo la verdad.

Bajo del coche junto con él y los dos caminamos hacia la entrada de la bodega.

Nos adentramos en el lugar. No hay nada más que viejas cajas de madera por todos lados, no veo por ningún lado a Enzo.

—¿Dónde demonios está?

—Él está aquí, solo que le gusta causar misterio —comenta Dante —.¡Sal ya Enzo! —grita —¡Deja de ocultarte cobarde!

El sonido de unos pasos se hace presente y el lobo de Milán sale de detrás de una caja. Trae consigo a Alec, sujetado de la playera.

—¡Papi! —el niño trata de correr.

Enzo lo sostiene con más fuerza y lo jala hacia él bruscamente.

—Me alegro mucho el verte Alessio —dice Enzo y después voltea hacia su hermano —.Hermano traidor, me alegra también el poder verte, aún que...—centra su mirada en mi nuevamente —Te dije que vinieras solo.

—Tengo derecho de estar aquí, ya que me has arrastrado a tú jueguito —le dice Dante.

—Cierra la boca, traidor de mierda.

—¿Me llamas traidor por que no decidí apoyarte en tú locura? —ríe él —.Si que estás mal.

—Ya dejen de hablar —intervengo —.Ya me tienes aquí Enzo, ahora deja ir a mi niño.

—Presiento que eso no va a hacer posible, acabo de tener un deja vu, hace unos años me hiciste acudir a una vieja bodega igual a está para salvar la vida de Elizabeth. Apesar de mis suplicas y de que hice todo lo que me ordenaste le disparaste, le pegaste un tiro en la cabeza sin piedad.

—Sé que estás molesto por ello, sé que cometí un error. Yo estaba ciego en ese entonces, mi padre me había hecho su títere, tienes que entenderme.

—No, por supuesto que no tengo que entender absolutamente nada Alessio. Eres un asesino.

—Tú no eres ningún santo, hermanito. Deja ir al niño, es un inocente y lo sabes bien. Esto podría ser traumático para él, no hagamos un problema.

—Pero problema ya hay hermano. Problema para ustedes dos, a uno lo voy a matar cómo el perro traidor que es mientras que al otro le daré una muerte lenta y extremadamente dolorosa.

—Sé que nada de lo que haga podrá reparar el daño que hice, pero por favor Enzo, deja ir a mi hijo. Él no tiene la culpa de mis acciones, mí niño no tiene que pagar por mis pecados.

Enzo se queda callado, solamente está me observado de una manera muy fija. Tengo que tener cuidado, esté tipo está loco. No quiero que Alec salga lastimado. Esto ya es traumático para él.

—Elizabeth tampoco tenía que pagar por mis pecados.

—¡Enzo por Dios! Date cuenta de lo que estás haciendo. Por una vez en tú maldita vida piensa claramente las cosas. Es un niño al que estás amenazando, es un pequeño que no tiene culpa alguna en todo esto —habla Dante Lombardo —.Piensa en Lizzie, esto no es lo que ella habría querido. Ella te hubiera dicho que te detivueras.

De LucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora