DE LUCA SALVATORE

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—¿Cómo te fue con Alexis? —pregunta Alessio al verme entrar en la habitación.

—Me fue bien. Me disculpe con él y... vamos a tratar de crear lazos de padre e hijo cómo siempre debió de haber sido.

—Cachorro eso es una excelente noticia —me dice con una sonrisa —.Me alegro por ti.

—Gracias. Creo que ahora si podemos estar verdaderamente tranquilos. Alessandro está muerto y ahora la verdad sobre mi origen ya no es más un secreto. Creo que... podemos ser felices tú y yo sin nada que nos pueda hacer daño.

Él se acerca y toma mis mejillas.

—La luz está llegando Alessio.

—Si, lo está —me dice —.Podemos estar tranquilos finalmente y vivir felizmente. Claro que con pequeños cambios en nuestra vida matrimonial.

—Alec.

—Si, ese niño es... especial Dominic. Es bastante alegre y muy juguetón. También es muy educado, no es un niño caprichoso.

—¿Te has encariñado con él?

—Lo he hecho. Me he encariñado con Alec demasiado —responde.

—Él también se ha encariñado contigo de una forma muy rápida, y nada me alegra más que eso. Serás un buen padre para él.

—Tú no te quedas atrás. Alec te adora, al igual que yo —besa mi frente y suelta mis mejillas —.Me has dado... mucho Dominic. Verdaderamente fuiste mi gran salvador.

—Ambos fuimos el salvador del otro. No lo olvides Alessio.

—Si...—asiente con la cabeza —.Lo fuimos.

—¿Alec está despierto?

Él niega con la cabeza.

—No, lo deje dormido. En la tarde lo lleve a la ciudad a comer pastel y un poco de helado. Termino cansado —informa el hijo de Angelo.

—Bien, mañana en la mañana voy a salir ¿Crees qué puedas cuidarlo nuevamente tú?

—¿A dónde vas a ir? —interroga confundido.

—Voy a desayunar con mis hermanos, ¿Puedes hacerlo? Prometo darte una recompensa después.

—¿Y qué tipo de recompensa me dará, señor? —toma mi cintura.

—Ya lo sabes —respondo.

—Entonces no te preocupes, me encargaré con gusto de cuidar al niño.

—Bien...—me acercó a sus labios y lo beso —.Te amo.

—Yo te amo más.

Las horas pasan, todas las luces de la casa ya se encuentra apagadas y Alessio y yo ya estamos en la cama listos para dormir.

—Domi hay algo que quiero decirte.

—¿Y qué es? —cuestiono mirándolo.

—Mi padre vino.

—¿Angelo vino de nuevo?

—Lo hizo.

—¿Y qué quería?

—Molestar, es su tema favorito. Puede que el poder del alcalde de Florencia no le de lo que desee. Conoció a Alec.

—¿Y qué dijo sobre él?

—Es mejor que no lo sepas.

—Si me dices eso entonces me estoy imaginado sus palabras tan crueles hacia él.

—Dice que no quiere a Alec cómo un De Luca. Pero no te preocupes, él no tiene que aceptarlo por que no importa. Él no es ya nadie en nuestras vidas, Angelo no va a afectar nuestras vidas. Alec será dentro de muy poco tiempo Alec De Luca Salvatore.

—De Luca Salvatore...—murmuro.

—¿No te gusta?

—No claro que si me gusta, pero aún no me acostumbro a ser un Salvatore. Toda mi vida fui un Whitmore, será difícil pero... supongo que me iré acostumbrando con el pasar del tiempo.

—Verás que si. Lo vas a hacer amor.

—Si, confío en eso.

—¿Domi? ¿Alessio? —la voz de Alec suena afuera de la habitación.

Alessio se levanta de la cama y va hacia la puerta. La abre y el niño entra en el cuarto.

—¿Qué pasa pequeñito? —le pregunta Alessio —.Es tarde, deberías de estar en la cama.

—Tuve un sueño feo —dice el menor —.Soñe que había un monstruo debajo de la cama. No quiero dormir solito allá hoy, ¿Puedo quedarme con ustedes dos?

—Claro que puedes —responde mi marido, cierra la puerta y carga al niño en sus brazos para venir hacia la cama.

Alessio coloca al niño en la cama con cuidado en medio de nuestros lugares y después él se recuesta.

—Duerme pequeño cachorro —le dice él —.Nada malo te va a pasar, aquí no hay monstruo que pueda hacerte daño.

—¿De verdad no hay monstruo?

—No Alec, no hay monstruo aquí así que puedes cerrar tus ojitos tranquilo —menciono mientras miro al niño con una sonrisa.

El pequeño Alec toma mi mano y la de Alessio. Lentamente va cerrando sus ojitos y en menos de dos minutos se queda dormido completamente.

—Es un ángel...—susurro bajo.

—Veo un toque de demonio en sus ojos, pero es nuestro demonio —comenta Alessio —.Cuándo era un niño pequeño yo también solía ir al cuarto de mis padres en medio de la noche por que tenía pesadillas.

—¿De verdad?

—Si, a mi mamá no le molestaba pero a mi padre si y mucho —contesta —.Mamá se quedaba conmigo en mi cuarto para calmarme.

—Tú madre realmente era una excelente mujer.

—Cómo la tuya. Tú madre tuvo demasiado valor, era una guerrera Dominic.

—Ambas. Nuestras madres eran unas mujeres únicas, ellas en estos momentos nos deben de estar viendo y estoy completamente seguro de que están felices de vernos así. De vernos así con Alec.

—Tienes la razón amor, ahora ellas tendrán un nieto al cuál cuidar desdé allá arriba.

—Si, lo tienen.

—Los voy a proteger Dominic, de cualquier cosa mala que quiera hacerles daño. Tú eres mi marido y Alec es mi pequeño cachorro ahora. Nada malo les va a suceder mientras yo esté con vida. Se han convertido en mi motor en la vida.  Te lo juro amor. Nadie nunca les hará daño.

—Sé que así será... Alessi.

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