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Narra Natasha
Hace unos meses y después de un proceso difícil, por fin he firmado el divorcio con Wanda…
Hacía mucho que ya estábamos en planes diferentes, teníamos que cerrar este ciclo.
Las cosas no fueron las mismas, nuestro amor como pareja se acabó, pero la sigo admirando a ella como persona, como madre y no puedo negar que mientras estuvo conmigo fue una excelente esposa.
La gente está acostumbrada a hablar cosas que no sabe, especulan todo el tiempo y se meten en la vida de los demás constantemente.
Wanda nunca me puso el cuerno como todos insinúan, si estuvo con otra persona mientras vivía en casa pero ya no eramos nada, nadie sabía eso y tampoco teníamos que salir aclarando lo que sucedía entre las dos.
Las cosas se acabaron, el amor se acabó y eso puede pasar, así que no podíamos seguir de esa manera, discutíamos mucho y estaban en medio nuestros dos hijos, teníamos que velar por ellos y que nada de esto les afectara, incluso por ellos intentamos recuperar nuestro matrimonio, duramos dos años en eso, en recuperar todo lo que construimos, pero no pudimos
¿Cómo recuperas algo así? algo que ya está roto hace mucho.
Así que cada una rehizo sus vidas, ella con alguien más y yo por el momento solo quería disfrutar de mis hijos.
Eso hasta que apareció ella…
Aquella chica en silla de ruedas de la galería en la que no he podido dejar de pensar en toda la tarde.
Sus ojos azules grisáceos son imposibles de olvidar.
Ella es imposible de olvidar.
Fue demasiado amable, su sonrisa no desapareció ni un instante a pesar del incidente que tuvimos, se tomó el tiempo de preguntarme si estaba bien, de recomendarme un buen libro para mi regalo.
Tuvimos una conversación corta, pero en la vida había disfrutado tanto hablar con alguien como lo hice con ella.
Joder… si tan solo le hubiese sacado su número.
— Tierra llamando a Natasha.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me había dado cuenta de la presencia de Yelena frente a mí en la isla de la cocina.
— ¿En qué piensas? O mejor dicho ¿En quién?
— ¿Por qué tiene que ser en alguien? — recompuse mi postura tomando la taza de té y tratando de no parecer nerviosa
— Jaaaaa — ahí está ese grito que no me gusta
— No hagas eso, pareces un chivo — rueda los ojos
— Ignoraré que me acabas de comparar con un animal porque quiero saber el chisme, es que hubieses visto tu cara, no sabes disimular querida hermanita ¿Has arreglado las cosas con Wanda?
