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- Hija, te he traído un poco de té -- sonrío al ver que mi madre entra a la habitación con un ánimo esplendoroso, se acerca para entregarme lo que trae en la mano y luego se posiciona frente a la cuna de mi hijo, he estado aquí sentada vigilando sus sueños y cuidandolo, la veo observarlo con ilusión y tomo de mi taza de té viendo tan tierna imagen sonriendo -- ¿Está hermoso, cierto? -- pregunto dándole un sorbo más a la bebida caliente -- Se parece mucho a ti.
-- No mientas, claro que no se parece a mí -- contesto amargamente.
-- Claro que si se parece, tiene tus cejas y tu nariz -- dice sincera, no dejaba de acariciar el rostro de mi bebé.
-- Es lo único, creeria, jodidos nueve meses en mi vientre y tuvo que parecerse a ella, al único ser que lo desprecia.
-- Cariño, ella no lo desprecia.
-- Ya... Entonces si no lo desprecia ¿Por qué no está aquí, eh? a su lado, con su hijo -- reproché -- No estuvo durante el embarazo, si me daba algún antojo no estuvo ahí, si me sentía terriblemente baja de ánimo no estuvo tampoco, no estuvo cuando supimos que era un niño, no estuvo durante los controles, no estuvo en el jodido parto que se complicó, no sabe ni siquiera su nombre -- hablé alterada.
Mi madre me observó con tristeza.
Sabía perfectamente que nada había dejado de doler para mí, que no había superado nada porque había decidido no hablarlo, ni siquiera con ella y hacer como si no hubiese sucedido, incluso como si no hubiese conocido a Natasha.
Dolía y duele todavía. Por supuesto que sí, no es fácil olvidar la manera en que te despreció la persona que amas, me hizo daño, terminó de agrietar mi corazón.
Y yo que pensé que sería diferente a los demás.
Mi embarazo fue jodidamente terrible, lo pasé mal emocionalmente y creo que hubiese cometido una locura si no hubiese tenido a mi familia, recordándome siempre que tenía un bebé en mi vientre, ilusionados ante su llegada, atentos a todo lo que pasaba conmigo.
-- ¿Te digo que es lo mejor de todo esto? -- mi madre se acerca a mí, colocandose a mi lado, colocando su mentón en mi cabeza -- te tiene a ti, esa criatura no puede tener mejor madre que tú -- me deja un beso en la cabeza y se posiciona ahora en frente agachandose un poco -- también tiene una gran familia que lo ama y que siempre estará para él, Lila y Cooper lo adoran y se pelean a veces por quién lo cuidará, Nathaniel quiere comérselo a besos cada que lo tiene cerca.
-- ¿Qué le diré cuando sea un adolescente y pregunte por su padre o en este caso su otra madre?
-- Creo que eso el tiempo y la circunstancia lo dirá cielo -- sonríe mientras se sienta ahora en la cama que está frente a mi y toma mis manos, lo hace cuando quieres que le preste mucha atención -- ahora si lo que quieres es una respuesta específica, entonces te diré que le digas la verdad, no puedes engañarlo porque lo descubrirá de todas maneras algún día, debes decirselo de una manera en la que él no se sienta culpable, debes hacerle ver qué la decisión que Natasha tomó fue libre, ella eligió no creerte, y que podía haberse quedado si, pero eligió marcharse y que tenía sus razones, razones que ella algún día le explicará, le dirá su versión.
