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Pov Lena
Al final decidí no asistir a la noche de juegos.
No estaba de humor para nada y no pretendía ser amable con nadie.
Kara insistió en quedarse conmigo, sin embargo, logré convencerla de que se marchara asegurando que estaría bien y que se inventara una excusa con los demás por mí, nadie tiene que lidiar con mis faltas, mucho menos ella, ya ha hecho mucho por mí.
Permanecí en mi oficina hasta eso de las 2:30 am, armándome de valor para regresar a casa y poder ver a los ojos a mi esposa.
— Esposa… — murmuré mientras reía con amargura.
Nunca pensé que me causaría aversión decir esa palabra.
Me siento tan idiota.
No tengo la más mínima idea de como voy a arreglar esto, pero tengo que.
No quiero perderla, aunque ella en este momento solo tenga la peor versión de mí, la amo, la amo con la locura que nunca imaginé llegar a amar a alguien y puede sonar egoísta y repulsivo, pero no estoy dispuesta a dejar que ella se marche de mi vida.
Subí las escaleras de nuestra casa intentando hacer el menor ruido posible, debe estar dormida y lo que menos quiero es despertarla.
Todavía no sé qué le diré, ni cuál será la primera palabra que pronunciaré, solo sé que esto es una jodida mierda
— Necesito calmarme — cerré los ojos a la vez que llenaba mis pulmones de aire para tomar el valor de seguir
— Señorita Luthor ¿Está usted bien? — pego un brinco asustandome cuando escucho a Ted, uno de mis guardias de la casa — ¿Necesita que la ayude a subir?
— No vuelvas a aparecerte así de la nada — hablo con la mano en el pecho.
— Lo siento señorita, estaba en la cocina y sentí ruidos, vine a revisar que todo estuviera bien.
Relajé mi postura entendiendo que solo hace su trabajo.
— ¿Comió algo? — pregunté intranquila mirando hacia el segundo piso, refiriéndome a Andrea y haciéndome a la idea de que tal vez no lo haya hecho.
— Recibió la bandeja con algunos bocadillos que le preparó Ana y luego se encerró — Ana es nuestra ama de llaves — dijo que estaría viendo series y que no la molestaramos, no ha salido desde entonces.
Terminé por subir las escaleras junto a Ted, me acerqué a la puerta de nuestra habitación escuchando el ruido del receptor a todo volumen, raro, ella no suele ver televisión hasta muy tarde y mucho menos tener el volumen a esa magnitud, así que es muy probable que se haya quedado dormida.
— Gracias Ted, ya no es necesario que estés aquí, te recomiendo revisar que todo este cerrado correctamente
Luego de un asentimiento lo vi alejarse hacía la primera planta.