EDDIE:
-¿Aqui esta bien? -Pregunté sosteniendo el pequeño adorno cerca del arbol.
-Se alejó un poco para contemplar de una mejor manera la gran decoración navideña en la sala- Perfecto cariño.
Se acercó nuevamente a mi figura, lo suficiente para que nuestros labios pudiesen unirse en un dulce beso.
-T/n cariño, ¿te encuentras segura en celebrar la festividad en casa? -Pregunté al separarme de sus carnosos y brillosos labios.
-Segura amor, no hay nada que desee más que encontrarme contigo esta noche -Respondió.
-Sin embargo -Continué- Podriamos hacerlo en el exte-
-A solas.
Interrumpió por completo mis palabras. Jaló suavemente los extremos de mi cadera hasta dejar mi cuerpo más cercano al suyo.
-¿No es lo que deseas cariño? -Sus manos se delizaron con lentitud por lo largo de mi torso hasta mi cuello, el cual no dudo en rodearlo y dejar suaves caricias y masajes en este.
Aclaré mi garganta.
-Es lo que deseo en cada minuto de mi existencia, princesa.
Sonrió a lo largo.
-Te encuentras sumiso.
-¿Yo? -Reí por el gracioso comentario.
Podré ser cualquier cosa menos una persona sumisa. Y aunque esta mujer me haga sentir jodidamente loco en cada instante con su persona, no soy sumiso con ella.
-Claro -Subió sus caricias por la delicada piel de mi cuello.
-No lo creo linda.
-Admitelo -Me miró con su burlona pero bella sonrisa.
-Me acerqué lo suficiente a su oido para permitirme susurrarle, una de las principales razones de la presencia de la humedad en sus bragas- Jamas lo soy princesa.
-No funcionara esta vez Eddie -Colocó distancia entre nuestros rostros para que con facilidad observe a detalle mis facciones.
Dejó un corto beso en mis labios.
-Por un instante se me olvidaba por completo mencionarte que con ese pantalón -Hizó una pausa- Tu culo se ve más grande cariño.
Sus manos se estamparon casi de inmediato en mi trasero, provocando que un suave jadeo saliera de entre mis labios al resibir el impacto de aquella nalgada.
Fue inevitable que mi rostro se tornara de un color rosado ante tal acción.
-T/n amor, no me provoques -Advertí.
-Soltó una carcajada- Se que lo disfrutas.
Sonreí. Mi mano antes colocada en su cadera, subió en busca del contacto con su cuello. Al tomarlo, me acerqué lo suficiente para entrelazar una vez más nuestras bocas, lo esquivó.
-Cenemos, ¿si? Me muero de hambre -Comentó sonriente mientras alejaba su cuerpo del mio.
-Hey -Reclamé.
Achiné los ojos mientras continué reprochando al ver que ya se encontraba caminando a la cocina.
-Te equivocas de dirección linda, aqui esta tu platillo especial para esta ocación.
Dijé mientras me dirigia a la misma parte de la casa.
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