No sabia nada de el ,solo que era el heredero al trono ,el futuro rey.
El en cambio en cuanto miro mi sonrisa supo todos mi secretos mas ocultos.
Mara se a pasado toda su vida viendo como las chicas de su edad intentan ser perfectas. Ella nunca a en...
-Estaré bien, Mara.-Hunter repitió la misma frase por décima vez en el día, pero eso no hacía que la ansiedad que me provocaba que se fuera se calmara.
-¿Estás seguro de que quieres ir?-pregunté nerviosa.-¿Y si es una trampa?-si era una trampa estaba segura de que Hunter ganaría, pero algo me decía que no lo dejara irse.
-Cariño, todo irá bien, solucionaré los problemas con ellos y con su apoyo buscaremos al que nos amenaza, lo encerramos y nos casaremos y te daré la vida que te mereces-apoyó su frente contra la mía-la vida que siempre te has merecido, mi amor.
-Ten cuidado, por favor-Hunter se dio la vuelta y empezó a caminar hacia el transporte que llevaba una hora esperando a que me despidiera.-¡Hunter!-se giró a mirarme-vuelve, por favor, te suplico por lo que más quieras que vuelvas.
-Volveré, te lo juro-me sonrió y antes de cerrar la puerta del trasporte me dio una última mirada-Te quiero Mara, más que a nada en este mundo-dicho esto cerró la puerta y unos minutos después no quedó nada más que Diago y yo en la entrada del castillo.
-Él estará bien majestad, siempre lo está-Diago toco mi hombro dándome apoyo.
-Lo sé, pero se me hace imposible no preocuparme -me sonrió triste.-Será mejor que entremos, me estoy congelando.
Una vez dentro comencé a explicarle a Diago que quería unas cuentas cosas antes de que Hunter regresará, una vez que volviera tendríamos más tiempo para nosotros y quería aprovecharlo al máximo.
-¿Diago estás apuntando todo lo que estoy diciendo?-me gire para mirarlo, pero detrás de mí no había nadie, lo que era extraño debido a que juraría que Diago venía detrás de mí.
-¿Diago?-empecé a caminar otra vez por el mismo camino por el que había venido, mientras seguía avanzando los ruidos que provenían de una abertura a otro pasillo llamaron mi atención.
-¿Diago eres tú?, esto no tiene gracia-poco a poco fui llegando a la esquina de donde provenían los ruidos y ahí estaba Diago, tirado en el suelo, había una poco sangre que surgía de su cabeza, pero todavía estaba vivo.
-¡Diago!-me arrodillé a su lado mientras intentaba no llorar de la impotencia.
-Es-cape, no deben atrapar-la.-parecía que quería decirme algo más, pero no dijo nada.
-¿Diago?- intenté moverlo, pero no reaccionaba-¡Diago!
-Parece que diego no está aquí para ayudarle mi lady-iba a girarme, pero él fue más rápido y me golpeo en la cabeza dejando todo negro.
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No sabía dónde estaba.
Solo que hacía frío.
Mucho frío.
-Al fin despiertas, pensaba que nunca lo harías y lastimosamente no tenemos mucho tiempo -lo miré con asco mientras él solo sonreía.
-¿Por qué estoy aquí?-pregunté, me tenían atada de manos y pies y había una venda en mi cuello como si me hubieran tapado la boca con ella.
-Porque tienes que morir, ¿no está claro todavía, mi lady?-me sonrió.
-Cómo... ¿Cómo puedes hacerme esto a mí?, ¿Cómo puedes hacerle esto a tu propio hermano?-Carl solo se rio en mi cara.
-En primer lugar, Hunter no es mi hermano, solo lo es en parte, y tú eres su mujer, yo sabía que estaba enamorado de ti desde que era pequeño, hasta un niño de seis años veía cómo se escapaba para verte, un día lo seguí, solo soy 3 años más pequeño que Hunter y en cuento te vi supe que serías para mí.
-No soy un trozo de carne-escupí mirándolo.
-Para mí sí que lo eres mi lady, pero como iba diciendo te pedí que te casaras conmigo y me rechazaste, mi padre te impuso el castigo de irte con Hunter sin escuchar mis consejos, asique puse el plan B en marcha, hacerme de tu confianza y hacer que aceptaba vuestra relación, no te lo voy a negar creo que Hunter sospechaba algo, pero juego con el papel de ser su hermano el gracioso que no haría daño a nadie, y eso me dio ventaja, mucha ventaja.
-Me das asco-me soltó una bofetada.
-No me importa, ahora mi padre está orgulloso de mí, por qué te voy a matar, Hunter no accedes al torno porque no aceptara casarse con otra que no seas tú y mi otro hermano no quiere ser rey, así que el trono será para mí.
-¿Y a qué esperas para matarme?-pregunte.
-Quiero disfrutar un poco más de ti, tú destrozaste mi corazón, es hora de hacer lo mismo, pero en vez de golpear tu corazón como tú hiciste conmigo, lo haremos con tu cuerpo.-detrás de él aparecieron 2 hombres y la señorita Bentley.-Puedes hacer lo que quieras con ella, pero la quiero viva cuando vuelva.
-Tranquilo, estará lo suficientemente viva-Carl salió de la habitación mientras los 2 hombres se ponían a cada lado de la puerta.-Vas a desear no haberme quitado a Hunter.
Y lo que vino después de aquella frase me hizo saber que hay veces que la idea de morir no suena tan mal como a veces pensamos que es.
Empezamos la cuenta atrás,mañana subiré el siguiente,y si no cálculo mal después de ese solo quedará el último y el Epílogo...
