Swear Not By The Moon [solisaureus] || Traducida al español

Capitulo 6: créeme amor, era el ruiseñor

La espada de Cassandra resuena cuando desvía un golpe desde arriba, pero la fuerza del golpe la empuja hacia atrás y su espalda golpea contra el suelo cuando cae.

"Tu postura era demasiado estrecha", dice su instructora de esgrima, una mujer mayor llamada Adira. Aparentemente, la madre de Cassandra la había sacado del éter para entrenar a su hija en el combate, y lo único más sorprendente que su habilidad con una espada es el poco esfuerzo que se hizo para descubrir cualquier cosa sobre sus antecedentes antes de colocarla frente al heredero del reino.

"Lo sé", gruñe Cassandra, levantándose y sacudiéndose el polvo de la espalda. Se aparta el flequillo de la cara, aunque algunos mechones rebeldes se le pegan a las sienes sudorosas. "Otra vez", ordena, entrecerrando los ojos.

Adira levanta las cejas hacia ella, pero se encoge de hombros y salta hacia adelante para golpear a Cassandra con su Claymore de dos manos. Cassandra esquiva sin esfuerzo el golpe, se hace a un lado a la derecha de Adira y lanza su propia espada en un corte hacia arriba. Adira detiene su golpe y los dos intercambian golpes hasta que Cassandra es empujada hacia atrás contra la pared del campo de entrenamiento. Cassandra lucha contra la presión del arma de Adira, y hace un movimiento para agacharse debajo del codo de su oponente y golpear su flanco. Pero Adira lee claramente su intención y hace tropezar a su estudiante con un pie extendido, nivelando la punta de su Claymore en su barbilla cuando vuelve a caer.

Cassandra resopla y aparta la punta de un manotazo para poder ponerse de pie, pero Adira presiona la parte plana de su espada contra su pecho para mantenerla agachada. Casandra frunce el ceño. "¿Qué estás haciendo?"

"Tu cabeza no está en esto, Príncipe", dice Adira, metiendo un mechón blanco suelto de su cabello en su moño mientras se amarra la espada a la espalda. "Ve a lavarte, hemos terminado por hoy".

"¿Qué? ¡No!" demanda Cassandra, sentándose. "¡Apenas hemos comenzado a entrenar!"

"Sí, y ya te he vencido dos veces. Nunca eres tan descuidada. Si quieres que te enseñen, entonces espero que actúes como tal".

Cassandra tartamudea durante unos segundos, pero ahora sabe que no debe discutir con su maestra, que es tan terca como excéntrica. Se conforma con fruncir el ceño antes de darse la vuelta, levantarse y salir de la arena. Mientras se lava el polvo y el sudor de la cara, se frota con demasiada dureza debido a la indignación por los comentarios de Adira. Odia cuando esa mujer tiene razón; por mucho que aprecie la oportunidad de aprender de un verdadero maestro, su actitud le sienta tan bien a Cassandra como a una trucha de una semana.

Pero no se puede negar que está distraída. Hoy es el día en que ella se escapa de las murallas al sur de Diadem para reunirse en secreto con Rapunzel por primera vez desde el festival de Corona el año pasado. Si la atrapan, es posible que nunca pueda volver a verla, así que, por supuesto, está nerviosa.

Bueno, eso no es cierto. Cassandra encontraría una manera.

Ha tenido todo lo que se necesita para el viaje empacado en sus habitaciones en el fuerte durante los últimos dos días, pero eso no le impide revisar una vez más antes de cargarlo todo en Fidela y viajar para Corona. Una manta grande fue lo primero que pensó en empacar, para que no tuvieran que sentarse en la hierba entre el barro y los insectos. Luego arrojó algunas almohadas (para mayor comodidad, no porque Rapunzel mencionara los fuertes de almohadas) y algunas manzanas cuando pensó que podrían tener hambre. Antes de llevar todo a los establos después de la puesta del sol, también toma algunas manzanas adicionales para Fidela.

Fidela relincha feliz cuando ve a su jinete dirijirse hacia el establo, asegurándose de que la puerta se cierre lentamente para que no chirríe. Cassandra monta su caballo en silencio, amarra su bolso a un lado de la silla y envaina una espada en el otro.