Swear Not By The Moon [solisaureus] || Traducida al español

Capítulo 11: oh amor bravucón, oh amoroso odio

Las luces brillantes de Rapunzel se dividen en orbes del tamaño de manzanas, y ella los lanza en arcos entre sus manos como si estuviera haciendo malabares. Ella mira a Cassandra con una sonrisa descarada y Cassandra se ríe. "Muy impresionante, Raps", dice ella.

"¿Tú crees?" Rapunzel sonríe, las luces se apagan una a una mientras vuelven a caer sobre su mano. "Solo algo en lo que he estado trabajando".

"¿Has estado trabajando en algo más?" Cassandra pregunta, inclinándose más cerca para envolver su brazo alrededor de la cintura de Rapunzel.

"¡lo he hecho! Descubrí que en realidad soy bastante buena con la magia curativa, en realidad", dice Rapunzel. "La semana pasada, lancé un hechizo de avivamiento a una pobre orquídea que apenas se aferraba a la vida, ¡y se animó de nuevo bajo mi toque! Fue increíble, Cass, desearía habértelo mostrado".

"Eso suena increíble. No sé nada de curación ni de medicina, todo lo contrario. El combate y la lucha son todo lo que se me da bien", dice Cassandra.

Rapunzel lleva una mano a la mejilla de Cassandra. "Eres buena para montar a caballo, bailar bailes de salón y sobrevivir en la naturaleza, eres una conversadora maravillosa una vez que te abres, y aunque no tengo comparación, me atrevo a decir que eres bastante bueno besando".

"¡Bien, bien!" Cassandra protesta, riendo. "Ese no fue un llamamiento a los elogios".

"Aprovecharé todas las oportunidades para recordarte lo hermosa que eres", dice Rapunzel, y Cassandra no puede encontrar su mirada de adoración de la misma manera que no puede mirar directamente al amanecer.

"Eres imposible", dice Cassandra, pero su tono es ligero con cariño en lugar de soportar un regaño real. Ella agacha la cabeza y se encuentra con los labios de Rapunzel, perdiéndose en el ritmo familiar de su abrazo. Es fácil perder la noción del tiempo en los brazos de Rapunzel, y Cassandra se entrega ansiosamente a la dulce neblina.

Es el sonido del susurro de la maleza cercana lo que de repente desvía la atención de Cassandra. Se pone de pie con un movimiento fluido, una mano en la empuñadura de su espada, entrecerrando los ojos mientras escanea los árboles en busca de intrusos.

"¿Qué ocurre?" pregunta Rapunzel, todavía sentada en la manta y confundida acerca de por qué se interrumpió su beso.

"Shh", ordena Cassandra.

El susurro se acerca y Cassandra se relaja un poco cuando determina por el sonido de sus pasos que es un animal de cuatro patas en lugar de un humano. Ella sabe cómo manejar criaturas salvajes, pero tratar con personas que se topan con secretos requiere un toque delicado que Cassandra no tiene. Pero su alivio es efímero, y desenvaina su espada en un instante cuando un lobo atraviesa la línea de árboles, sus ojos hambrientos se fijan en las dos mujeres.

"Quédate donde estás, Rapunzel", murmura Cassandra. "No hagas ningún movimiento brusco".

"Cass... está herido", susurra Rapunzel, y Cassandra se da cuenta de que la flecha rota sobresale de su espalda. Escapó de un cazador, o huyó de un pastor que protegía su rebaño, tal vez.

Rapunzel comienza a ponerse de pie, pero Cassandra la mira fijamente con una mirada urgente. "Los animales heridos son más peligrosos. No hagas nada precipitado.

"Déjame ayudarte, por favor", dice Rapunzel, poniéndose de pie a pesar de la insistencia de Cassandra. "Puedo tratar de curarlo. Si lo dejamos así, podría morir".

"Si te acercas más, podrías morir", sisea Cassandra, manteniéndose concentrada en el lobo pero estirando el brazo en un débil intento por mantener a Rapunzel a distancia. Pero Rapunzel la rodea lentamente, agachándose con una mano extendida hacia la bestia. "¡Raps! ¡Déjalo, solo confía en mí!"