Gabriel bajó la mirada avergonzado de mis palabras y fue toda la confirmación que necesité para saber con seguridad de que aunque estaba bebido, tuvo más consciencia de lo que hacía que la misma Amelia. Se aprovechó de ella. Alcé mi brazo hasta atrás y lo estrellé con todas las fuerzas que fui posible en su rostro, mi mano me dolió por el impacto, pero Gabriel se lo merecía y lo sabía, porque ni siquiera se molestó en defenderse esta vez.
Fue Amelia nuevamente la que evitó que lo golpease otra vez, cuando se volvió a interponer en su defensa.
—Y dice que estaba borracho. Mientras tú estabas drogada sin saber lo que hacías, él estaba mucho más consciente que tú de lo que estaba pasando.
Listo, sal ahora de ésta puto portugués aprovechado de la mierda.
— J'étais ivre, j'en ai pris trop. J'ai des traces dans ma mémoire depuis que je suis arrivé dans cette maison - Estaba borracho, tomé demasiado. Tengo borrones en mi memoria desde antes de llegar a esa casa—dijo Gabriel.
Sé que desde pequeños nuestros idiomas natales han sido nuestros escudos protectores, los limites que no violamos, las reglas que no rompemos. Sé que acordamos nunca mentirnos en nuestros idiomas, pero no sé si puedo creerle ahora. Su rostro... eso es otra cosa, su mirada es desesperada y aunque me moleste reconocerlo es sincera. Me debato entre creerle o no, pero es difícil porque el dolor no me deja pensar, las cosas que pasaron entre ellos... ¿Cómo podría estar seguro que todo esto no es una venganza por Andrea?.
Maldito sea el día que me acosté con ella. ¡Mierda! Pero es que ni siquiera lo disfruté por lo menos... Esto es lo que me merezco, pero Dios...
No sé si pueda soportar perder a Amelia, menos por mi hermano... él... él....
Quise volver a pegarle pero Amelia puso su mano en mi pecho y evitó que lo hiciera. Su contacto se sintió frío, mi cuerpo hervía.
—Es suficiente. Explícate por favor, necesito que me digas por qué, por el bien de nuestra amistad, de tu relación con tu hermano, necesito que me digas...
Dijo amistad... a esos pequeños detalles me aferraré pero tampoco le puedo dejar el camino tan fácil a Gabriel. No puedo... no quiero. Ella es mía, me sabe a mierda Andrea, él no tiene derecho y yo no pienso ceder los mios.
—Porque te ama. É isso. Você fez isso porque a ama, certo?- Es eso. Lo hiciste por que la amas, verdad?.
Mi hermano me miró sin poder responderme y no entendía por que no lo hacía o quizás si... porque él sabía que Amelia no le correspondería. Ojala yo pudiese estar tan seguro como él. Puse distancia entre Amelia y yo, necesitaba calmarme pero el martilleo de lo que quedaba de mi corazón no me lo permitía. El aire volvió a faltarme cuando mi mente traicionera volvió a recrear escenas imaginarias donde Amelia gemía con Gabriel, y él con ella. Me senté en la silla y presioné mis globos oculares con fuerza, para que el dolor despejara la imagen de ellos juntos.
La sentí dar unos pasos nervioso hasta mí y temí por lo que me diría. Quizás me anunciaría que se marcharía, que todo estaba echo demasiada mierda para quedarse, que lo que sentía por él la confundía...
—Tengo que ir a hablar con él— mi corazón se volvió cenizas, me va a dejar—. Es tú hermano Rámses, tú sangre, no un extraño que puedes dejar de ver o de hablarle. Necesitamos arreglar esto, déjame ir a hablar con él y regresaré aquí.
Intenté analizar sus palabras, pero solo podía pensar en que iría a consolarlo a él cuando yo la necesitaba a mi lado. Las lágrimas quemaron mi garganta y picaron en mis ojos, desesperadas por salir.
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No Juzgues La Portada. Ahora contada por ellos 2
Teen FictionAmelia contó su historia, pero es hora de que conozcamos el punto de vista del resto de los personajes. ¿Qué sintió Rámses? ¿Qué pensó Fernando? ¿Qué pasaba dentro del corazón de Gabriel?. ¿Como llevan los papás la paternidad?. Conoceremos la visión...