—Vístete que perderemos la reservación.
Palmeé su trasero desnudo haciéndola reír. Se levantó apresurada a la ducha mientras yo comenzaba a vestirme.
Ese restaurante era uno de los lugares más exclusivos de Italia y solo pude conseguir reservación porque mostré mi identificación diplomática.
Caminé por la suite mientras recogía la ropa que hace poco nos arrancamos apresurados. De su ropa interior de encaje negro solo sobrevivió el sostén, el resto lo deseché en la papelera. Mi corbata tenía restos del nudo que usamos, y algunos hilos sueltos donde sus afilados colmillos la rompieron; terminé desechándola también.
Este viaje ha resultado mejor de lo planeado. Ciertamente comenzó como un viaje de trabajo, pero los últimos dos días lo menos que habíamos hecho era trabajar. Cuando Johana apareció en aquel almuerzo con el vestido rojo corto y esa abertura en la espalda, decidí tomarle la palabra a Hayden.
Ella no tardó en responderme el coqueteo. Teníamos mucho tiempo jugando peligrosamente con eso, solo habíamos estado una vez juntos y muchas otras veces solo encuentros frustrados que empeoraban las ganas.
Coloqué toda la ropa que recogí en la cesta de la tintorería, el servicio estaba incluido en el costo de la habitación, así que más valía aprovecharlo.
Cuando terminé de vestirme me coloqué el reloj, los gemelos que los chicos me regalaron para mi cumpleaños, tomé mi cartera, la llave de la habitación y finalmente mi celular.
Salí al balcón para respirar un poco el aire de la fría noche de Italia. Era imposible que estuviese acá y no recordara a Karen, aunque era difícil que yo estuviese vivo y no la recordase. Suspiré con su recuerdo como siempre, creo que eso nunca cambiará.
Encendí mi teléfono y comenzaron a llegarme los mensajes de mi familia. Tenía 6 mensajes de Gabriel reclamándome celoso porque consideraba exageradas mis reacciones a sus conflictos mientras que con Amelia ni siquiera la había bloqueado de mi WhatsApp. Sus emoticones y gifs animados me hicieron reír, Gabriel tenía un don para siempre sacarme una sonrisa, incluso cuando estaba siendo serio, porque creo que de verdad estaba celoso e indignado.
Le dije que estaba ocupado y lo bloqueé para molestarlo. Solté una carcajada solo de imaginármelo.
El chat de la familia estaba atestado de mensajes, más de 500 sin leer y que no leería. Borré todas las fotos y memes que llenaron mi galería, la mayoría eran de Amelia en alguna pose de pelea salvaje, aunque guardé el montaje que hizo Hayden de Amelia siendo Rocky Balboa, ese realmente me dio mucha risa y el de Rámses de Linda Blair. Dudaba mucho que a Amelia le diera tanta gracia.
También tenía varios mensajes de Rámses, Hayden y Mike. El primero me preguntaba por si llegaría a tiempo para arreglar las cosas con la "perra tía de la puta Marypaz", le respondí que sí y que por favor cuidara su lenguaje, era una pérdida de tiempo, pero me sentía mal como padre si no intentaba corregirlo. Los de Hayden eran solo fotos de boas y culebras entrando a madrigueras. Le mandé varias caras sonrientes. Y los de Mike eran fotos del documento que estaba preparando para el instituto, con los cuales pretendía no menos que dejarlos en la bancarrota. También le mandé mi aprobación y le pedí que elaborara un documento donde pudieran ser ellos también responsables por Amelia, su respuesta me llegó segundos de haber enviado mi pedido: "Ya lo tengo casi terminado..." y me mandó fotos de los preliminares del mismo.
Planeaba seguir escribiéndole pero la caricia suave de Johana sobre mi nuca me hizo guardar el teléfono.
Johana llevaba puesto un muy ajustado vestido azul marino con un escote en V y con su espalda, por donde ahora yo la acariciaba, estaba completamente desnuda.
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No Juzgues La Portada. Ahora contada por ellos 2
Teen FictionAmelia contó su historia, pero es hora de que conozcamos el punto de vista del resto de los personajes. ¿Qué sintió Rámses? ¿Qué pensó Fernando? ¿Qué pasaba dentro del corazón de Gabriel?. ¿Como llevan los papás la paternidad?. Conoceremos la visión...