CAPITULO 15. POV RAMSES . TÚ Y TUS JUEGOS PELIGROSOS... (segunda parte)

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—¡Que mal momento para tener un infarto!—Hayden se quitaba la bata manchada de sangre.

El paciente sufrió una anomalía cardiaca poco después de terminar la sutura, fue el mejor momento y el mejor lugar para tenerla, y por suerte ya habíamos cerrado, yo, había cerrado la herida porque así pudieron concentrarse en sacarlo del infarto donde había caído. Los vi trabajar con más destreza que antes, con una velocidad impresionate, ya no había un Hayden narrando lo que hacía y hasta eso fue más emocionante.

Pedía con rapidez todo lo que necesitaba, ordenaba lo que se tenía que hacer y sin decir nombre, esa persona lo ejecutaba.

No era el momento, pero estaba maravillado.

—Por un segundo pensé que había sido por la sutura—confesé.

—Que va, fue una mala casualidad, eso es todo. La vida está llena de causalidades...

Hayden apretó mi hombro y vi cuando el paciente era retirado por los enfermeros, lo llevarían a cuidados intensivos para que terminase de recuperar. Algunas enfermeras se acercaron hasta donde estábamos y nos felicitaron a ambos por igual, aunque el medico era Hayden y el que le salvó la vida al paciente.

Entonces no pude contenerme más, porque mi cuerpo exigía espacio para retener todas las emociones que estaba experimentando.

—Coltón nos drogó en la última fiesta que fuimos y Gabriel y Amelia terminaron enrollándose como consecuencia de eso.

Vomité preso de la misma emoción del momento. La euforia me hizo tener una verborrea. Hayden abrió su boca y boqueó como pez que busca agua, sin poder articular palabra. Y como si eso no fuese suficiente seguí hablando, detallándole todo lo que había pasado entre ellos y por supuesto entre nosotros, y como a duras penas Amelia y yo logramos superarlo pero las secuelas de inseguridad que quedaron en mí.

Salimos del pabellón y Hayden seguía enmudecido. Se sobó varias veces el puente de la nariz, despeinó su cabellera y hasta balbuceó algunos saludos distraídos mientras caminábamos por los pasillos. Finalmente me condujo hasta las afuera del hospital, cruzamos la calle y llegamos a un pequeño restaurante, donde nos sentamos y ordenamos una comida.

—Entonces ¿ahora Gabriel tiene un pase libre para conquistarla?—Hayden preguntó anonadado después de toda la información que le di y yo asentí mientras comenzaba a comer.

—Y hasta ahora solo ha logrado que ella lo deje en la friendzone.

—Necesito saberlo Rámses, ¿Qué buscas con esto? Porque de verdad que no entiendo a lo que estás jugando. Estas manipulando a tu hermano, manipulando a tu novia, jugando con los sentimientos de todos. Sigo sin entender lo que pretendes.

—Quiero que Gabriel tome una posición definitiva con Amelia; que Amelia defina sus sentimientos por él si es que los tiene. Yo no puedo vivir en un triángulo amoroso. Me niego.

—El triángulo amoroso lo tienes en tu cabeza, no, escúchame, lamento que no te guste lo que te voy a decir, pero alguien debe decírtelo. Eres un imbécil manipulador a quien todo esto se le vendrá encima un día y podrá destruir todo lo que tienes. ¿Qué crees que pensará Amelia si descubre cómo has manipulado las cosas a su alrededor? Estas inseguro de ella, de sus sentimientos hacía ti, estas dudando de ella y en vez de enfrentarla, juegas con toda la realidad a su alrededor. Esto puede terminar muy mal. ¿No has pensado la posibilidad de que ella te termine porque se sienta muy mal de interponerse entre dos hermanos? Porque te cuento que eso es lo que puede pasar.

Una corriente de agua helada corrió por mis venas. Esa posibilidad no... no la había considerado.

—Te das cuenta de lo estúpido que es todo esto ¿no? Ella podría dejarte porque te empeñaste en recrear una situación que no existe. Por lo que me cuentas ya Gabriel dejó su postura bien clara y sin embargo lo mandas a seducirla. ¿Y si Gabriel vuelve a retomar los sentimientos por ella, Rámses?¿Acaso no te importa lo que él sufra?. Eres un egoísta, no estás haciendo esto por Gabriel, ni siquiera por Amelia, lo estás haciendo por ti, porque tienes miedo de todo lo que estas sintiendo por Amelia. Es un clásico síntoma de miedo al abandono, la amas y no quieres perderla y antes de que alguien te la arrebate prefieres perderla en tus propios términos, cuando tú decidas y con quien tú decidas.

No Juzgues La Portada. Ahora contada por ellos 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora