9. Las acciones

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🎶Banda sonora: I feel like i'm drowning - Two Feet🎶

El corazón de Jisung latía rápidamente a mediodía de ese martes. A pesar de lo aburrido y desagradable de su trabajo, hoy había sido un buen día. Cogió el teléfono para contactar con su amigo y avisarle de que tenía que salir.

Sunggie: No voy a comer contigo. Saldré.

Felix: ¿Con tu padre?

Sunggie: No... Minho me invitó, comeremos algo por aquí cerca y vendré después, nos vemos a la salida y puedes quedarte en casa si quieres.

Felix: Ah, bitch, disfruta. Tendré que comer solo.

Se le escapó una risita suave mientras se subía al ascensor. Se acomodó la chaqueta negra del aburrido traje que llevaba puesto. Deseó haber escogido algo un poco más él mismo y un poco menos su padre. Pero tampoco tenía tiempo para ir a cambiarse y no despreciaría la invitación.

Y allí estaba él, saliendo del edificio por la puerta principal, andando hacia el restaurante donde habían quedado. Cuando dobló la esquina, lo vio de pie, junto a la puerta y se olvidó de respirar por un segundo. Le pareció completamente injusto que el hombre se viese así de bien con ese traje gris y una simple camiseta negra. La sonrisa que le regaló cuando le vio tampoco ayudaba a estabilizar los erráticos latidos en su pecho.

—Ehm... Hola... ¿Has esperado mucho rato, Minho hyung? —preguntó nervioso, tratando inútilmente de no balbucear.

—No te preocupes, acabo de llegar —contestó el hombre sin borrar la sonrisa de su cara—. ¿Entramos? no creo que tengas mucho tiempo para comer...

—Oh, sí, vamos.

Dentro, se sentaron en una mesa en el fondo del restaurante. El sitio era acogedor y moderno, como muchos en el distrito financiero. Por unos minutos, cuando les sirvieron agua y les llevaron la carta, Jisung pensó que toda esa cita era una mala idea, que sería realmente incómodo. Al fin y al cabo, solo habían hablado una vez y, claramente, no fue una conversación que debiera tener en cuenta en estas circunstancias.

—¿Has estado aquí antes? —le preguntó dejando su menú sobre la mesa.

—Sí, algunas veces. ¿Por qué? —asintió Jisung mirándole.

—No tengo muy claro qué pedir, la verdad —confesó un poco tímido —. ¿Qué tal si me recomiendas algo?

El enrojecimiento en los pómulos de aquel hombre tan rudo fue completamente inaudito. De verdad que Jisung no entendía qué demonios estaba pasando. Minho no parecía ser un tipo suave, tampoco una de esas personas que dejaría que otros eligiesen la comida por ellos. Él era como un gran felino al acecho, dominante, tremendamente atractivo y absolutamente llamativo.

Sin embargo, ahí estaba la vida sorprendiéndolo otra vez, con la sonrisa pequeña en esos labios y las mejillas del hombre de un suave color rosa. En lugar de un tigre, por un segundo, podría haber sido un gatito. 

—Sí, por supuesto. ¿Comes picante? —dijo Han tratando de contener las ganas de besar esos labios que ahora sonreían más abiertamente.

—¿Tú comes picante?

—Bueno... Siempre que no sea un infierno... —contestó, desconcertado.

—Entonces estoy bien con lo que tú pidas —aseguró, ampliando su hermosa sonrisa.

Estación de lluvias: VERANO | Minsung | ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora