26. El último verano🔞🔥

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🔞Aviso: Capítulo +18 y LARGUÍSIMO. Lean bajo su responsabilidad, si no les gusta este tipo de contenido les ruego amablemente que pasen de largo. #NoMeReporten

🎶Banda sonora: Love - Nathan Wagner🎶

Sabía que no tenía que estar ahí de nuevo. Sabía que no tenía que estar abrazado al cuerpo caliente tumbado en el sofá.

El pelo de Jisung le hacía cosquillas en la nariz cuando se reía porque movía la cabeza hacia atrás y soltaba esas carcajadas escandalosas que lo hacían sonreír también. Sus manos estaban alrededor del chico, las piernas enredadas, los dos ocupando el espacio pequeño, sosteniéndose el uno al otro.

Minho no debía estar ahí, pero ahí había acabado. Otra vez. Y esta vez sí que sería la última. Quería decirle la verdad, quería convencerlo para que se fuera lejos, al menos durante la próxima semana. Quería que no estuviese en casa cuando viniesen a por él en unas horas. Tenía tantísimo miedo que estaba a punto de echarse a llorar.

—Quokka —murmuró Changbin, de pie, en medio de la estancia, esquivando la mirada—, me preguntaba si...

—¿Qué? —respondió Jisung sentándose en el sofá. Minho lo dejó ir, aunque era lo menos que quería hacer en ese momento. El más alto los miró a ambos con las mejillas rojas.

—Voy a... —Dudó un segundo y tragó saliva—... Voy a salir con Felix... —informó en un susurro tan bajo que casi no le oyó.

—Ah, bien, está bien, eso es bueno —aseguró Jisung, levantando los pulgares con una sonrisa que le levantó las mejillas—. Pasadlo bien.

—Quizá no vuelva hasta por la mañana —añadió Changbin, antes de darse la vuelta y huir a su habitación.

Jisung lo miró con una sonrisa confundida y él sintió el irrefrenable deseo de besarlo, así que se incorporó y tiró de su nuca para llevarlo contra sus labios. El calor de su boca lo hizo gemir. Dios santo, le gustaba tanto besarlo.

Minho se sentía como un hombre hambriento cuando saboreaba la saliva de Jisung. Como si el único sustento que necesitase para vivir fuese esa boca que ahora se movía contra la propia. Sabía que no debía estar besándolo en ese momento. Pero aun así no había otra cosa en el mundo que pudiese estar haciendo.

—Me voy —interrumpió Changbin con un carraspeo. Se separaron y Seo miró directamente a Minho—. Lo dejo a tu cargo.

—No soy un bebé, lárgate —se quejó el joven maestro con un puchero que sí le hacía parecer un bebé.

—Minho hyung, no dejes que se queme nuestra casa —concluyó saliendo. El pecho de Minho dolió y las lágrimas picaron en sus ojos.

—Qué idiota es a veces, he vivido solo cuatro años y nunca he causado un incendio. —Jisung se levantó y fue a la cocina.

Jisung nunca había causado ningún incendio, y Minho estaba a punto de pulsar el detonador que arrasaría todo hasta los cimientos, como una bomba de hidrógeno. Sabía que aunque el chico saliese ileso, cosa que dudaba tratándose de Dongyoon y I.N, nunca se recuperaría. Las personas no se recuperan de cosas así. No las buenas personas, al menos. Él y su hermano no eran buenas personas y tampoco se habían recuperado de lo que pasaron.

Fue a la cocina. El chico servía dos copas de vino blanco que parecía lujoso, aunque Minho prefería el sabor de Jisung al de cualquier otra cosa.

—Tengo un hermano —le dijo de repente—. Es inteligente, él sí fue a la universidad.

Estación de lluvias: VERANO | Minsung | ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora