Hᴇsɪᴛᴀᴛᴇ ᶜʰⁱˢʰⁱʸᵃ ˢʰᵘⁿᵗᵃʳᵒ̄ [CANCELADA]

01. 𝖬𝖾𝖾𝗍

Recuerdo la primera vez que vi a Chishiya. Éramos tan solo unos adolescentes de diesciseis años que iban juntos al mismo instituto y al mismo salón, pero jamás notaban la presencia o existencia del otro.

El primer día en el que notamos la existencia del otro, fue aquel en el que la maestra de cuidados maternales nos emparejó para hacer un trabajo acerca del tema como proyecto final de la materia, yo jamás había hablado con el, tal vez nisiquiera sabía que él estaba ahí; jamás hablaba, nunca se hacía notar y definitivamente no hablaba con ningún alma. Apenas y parecía existir.

El primer vistazo que me di fue interesante. Ver su cabello desalineado y sus grandes ojeras debajo de sus ojos fue de tal impresión como ver un fantasma con color. Cruzamos miradas por unos simples segundos, unos segundos bastante largos; pude ver fijamente sus ojos negros y penetrantes, de alguna manera pensaba que estaba entrando en mi alma con tan solo una mirada. Simplemente desvíe mi mirada ante la molestia de sentirme acosada de alguna manera y seguí con mi trabajo, luego hablaría con él para trabajar en el proyecto.

La primera vez que hablamos, nisiquiera fue en la escuela. No planee hablar con él ese día hasta que nos encontramos en un banco muy cerca del muelle que estaba cerca de nuestra escuela en Osaka. Tan solo estaba observando hacia la nada cuando él llegó con esa tonta expresión de neutralidad.

—Hola.—mi mirada se posó fijamente en él, fruncí levemente el ceño al notarlo cerca mío viéndome nuevamente con su vista profunda.

No le respondí, simplemente seguí viéndolo.

—Te he visto en la escuela. Soy Chishiya y tú eres Joshiro.—habló firmemente él sin apartar su mirada de mí.

Tal vez me vi demasiado altanera en el momento en el que decidí no responder. Fui muy grosera con él.

—¿No hablas? Hablas mucho en clases.—quejó levemente Chishiya ante mi silencio.

—¿Tu hablas?

—Me oyes hacerlo ¿O me equivoco?—cuestiono él, para luego sentarse a mi lado y dejar su mochila a su lado.

—Suenas arrogante.

Chishiya a mi lado alzó sus hombros como un tipo de señal de que le daba lo mismo lo que pensará de él.

—¿Sabías que nuestras familias se detestan?—indagó el mientras metía la mano en su mochila, muy probablemente para sacar algún libro.

—Se que detestan a los Chishiya, pero de no ser por la profesora no sería de mi conocimiento el que voy en la misma clase con uno de ellos.—respondí de la manera más calmada y sería que pude, desvíe mi mirada por un momento hacia él, fruncí el entrecejo al ver una leve sonrisa en su rostro.—¿Te causa gracia?

—Me agradas.—dijo firmemente él.—Arrogante y altanera.

En su momento nunca comprendí a Chishiya, tal vez jamás lo comprenda en su totalidad, era una persona muy extraña; demasiado inteligente, pero a su vez era demasiado peculiar.

—Eres raro.

—Gracias.

Definitivamente fue algo incomprensible para mí el que "raro" para el fuese un halago, pero debía acostumbrarme por un tiempo a ello.

Por tal vez una semana o dos tuve que acostumbrarme a su rara manera de ser para poder terminar ese proyecto que teníamos que terminar. Conocí a Chishiya y conforme avanzabamos nuestro conocimiento del otro, era más fácil convivir con el otro; llegamos a caernos bien.

—Debes estar bastante loco para preferir una galleta a tu propia vida.—reclamé a Chishiya, quien había admitido abiertamente preferir la simple galleta en sus manos que a su propia vida en sí.