Capítulo 6

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Es difícil
Los días simplemente parecen demasiado oscuros
La luna y las estrellas son nada sin ti
¿Puedo acostarme a tu lado? 
Junto a ti
¿Y asegurarme de que estés bien?
Cuidaré de ti

Los labios de Kim eran ciertamente tan suaves y dulces como Porchay siempre imaginó que serían, la calidez emergente del contrario lo obligó a suspirar y apretó su agarre en la cintura del mayor pegándose a él tanto como le fuera posible. Estaba feliz, realmente emocionado de que a pesar de todo lo que había estado ocurriendo durante las últimas semanas, este momento entre ellos dos opacara los problemas reemplazando su malestar por algo mucho más placentero como lo era este, su primer beso. 

Sonrió sobre los labios ajenos y deseó con todas su fuerzas que el tiempo se detuviera y pudieran estar así de juntos por siempre. Lamentablemente Kim no pensaba igual que él, o eso le dio a entender al separarse lentamente del beso con una clara expresión de arrepentimiento en su rostro. 

—No... no irás a decirme que esto fue un error y que no querías que esto pasara. —El príncipe pegó su frente a la del mayor y cerró sus ojos con fuerza sintiendo la respiración errática de Kim chocar contra su boca. —Solo no uses una excusa para herirme. 

—Jamás haría eso Chay, nunca en la vida ha existido un solo momento en el que pueda atreverme a pensar en la posibilidad de herirte. —El más joven sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al oír la voz profunda del contrario y aún sin separar sus frentes unió sus labios una vez más en un corto beso que para su tranquilidad no fue rechazado. 

—He esperado durante tanto tiempo poder estar así contigo, sentir tu calor más allá de la maldita distancia que debes mantener conmigo. —Sus ojos se abrieron lentamente para observar las largas pestañas del guardia, admiró como incluso en esta situación Kim podía verse tan bonito con el ceño fruncido y los labios ligeramente arrugados, su mirada buscaba con desesperación conectar con la contraria, pero el mayor aún se rehusaba a corresponder el gesto. —¿No has sentido lo mismo? La necesidad de probarme, de estar así de cerca como lo estamos ahora. 

—Lo he hecho, innumerables veces he pensado en ti y en como quebrar esta barrera invisible que nos separa, pero tú sabes tan bien como yo que esto es imposible. —Frustrado consigo mismo y con Kim, el heredero rompió el contacto entre ambos cuerpos y fue a sentarse a la orilla de la cama. 

—Esto definitivamente no sería imposible si tú estuvieras dispuesto a escucharme. —Sus ojos brillaron con tal intensidad bajo la luz de las estrellas que fue inevitable para Kim no asentir lentamente en su dirección. 

—Escapar... —Tan simple como era la idea en la mente del príncipe soltó aquella palabra que podría encerrar inmenso significado para ambos y para su vida misma. —Todo lo que tenemos que hacer es escapar de este maldito reino y seremos libres, podremos hacer lo que queramos y no tendremos que ser esclavos del rey ni de su gente.  

Los ojos de Kim se abrieron con tal sorpresa que por un segundo Porchay vaciló con respecto a su propuesta. Sin embargo, esa duda solo duró un par de segundos antes de que el menor de los dos saltara de la cama y volviera a su posición inicial frente al caballero que parecía no saber cómo reaccionar ante la idea. 

—Porchay, discúlpame pero estás completamente loco. ¿En estos últimos días en los que me comporté como un idiota contigo te hicieron esto? —Kim fue bastante expresivo a la hora de señalar al menor de pies a cabeza.
—Sinceramente no encuentro sentido a la tontería que acabas de decir, yo... 

—Puede que sí, es muy probable que este loco, pero sabes una cosa Kim, al menos yo estoy pensando en soluciones, no veo que tú hagas lo mismo y no, alejarte y esconderte de mí no es una solución. —El disgusto en la voz del menor se sentía como un balde de agua fría para Kim, quien nunca antes había tenido la oportunidad de experimentar este tipo de comportamiento en el príncipe siempre suave y obediente que conocía hace años. 

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