Capítulo 10

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He esperado cien años, pero esperaría un millón más por tí
Nada me preparó para lo que el privilegio de ser tuyo me haría
Tu amor es mi página de inicio donde solo las palabras más dulces permanecen
Aunque estemos atados a la historia que debemos contar
Cuando te ví supe que la contaríamos bien
Con un susurro domaremos los mares viciosos
Como una pluma que pone a los reinos de rodillas


Anong había estado ansiosa esperando noticias de la emboscada que el rey Khemkhaeng planeaba hacerle a su hermano, sus manos temblaban y apenas podía dormir, había recibido una nota hace dos días que no daba muchos detalles, pues solo era para informarle que su hermano pronto llegaría a casa de nuevo y que la boda se llevaría a cabo a pesar de la desagradable traición que el príncipe cometió al escapar con su escolta.

Fue una mañana nublada después de una noche tormentosa en que las puertas del castillo se abrieron revelando lentamente a un pelotón de soldados y dos carruajes con símbolos conocidos del reino de Betelgeuse, aunque intentó controlar sus emociones le fue imposible no aligerar su paso para llegar hasta la entrada y poder ver de primera mano la cara derrotada de su bastardo hermano. Fue inmensamente satisfactorio para ella llegar y ver al menor en un estado por demás deplorable, lleno de sangre seca, importándole muy poco su condición procedió a buscar entre la multitud de caballeros a Kimhan y al no encontrarlo paulatinamente comenzó a darse cuenta de la situación, congelada en su sitio con dificultad consiguió dar una reverencia aceptable al rey Khemkhaeng y su hijo quienes se acercaron a ella con una sonrisa.

-Querida princesa, como dije en mi nota hemos traído a tu hermano, no podemos quedarnos mucho tiempo, pero déjame felicitarte por tu colaboración y darte tu tan ansiada recompensa. -El tono alegre del hombre al hablar desentonaba con el ambiente a su alrededor y Anong estaba por demás confundida, tal desentendimiento se reflejaba claramente en sus rasgos faciales.
-Veo que no lo recuerdas... en mi carta mencioné que serías gratamente recompensada y es por eso que mi hijo se unió a mí en el camino hasta aquí para darte juntos la noticia.

-Así es. -Prosiguió con el discurso el príncipe Charan. -Después de demostrarnos tu lealtad al entregar a tu propio hermano padre y yo hemos hablado mucho sobre tí, debo decirte que llegamos a la conclusión de que serías una buena compañera para mí. -El aludido tomó la mano de Anong y la llevó a sus labios para dejar un suave beso que en otras circunstancias habría hecho realmente feliz a la princesa desacostumbrada a recibir atenciones de ese tipo. -Entraremos para hablar con tu madre la reina sobre nuestro futuro compromiso mi lady.

-Sí. -Confirmaba el rey Khemkhaeng asintiendo a la par. -Le hemos avisado con anterioridad de nuestra llegada así que no tienes de qué preocuparte, descansa y por favor encárgate de tu hermano, necesito que esté completamente saludable y bien dispuesto para contraer matrimonio con mi hija. -Sin más que decir ambos hombres se perdieron dentro del pasillo por el cual llegarían al ala del castillo que habitaba su madre.

Esperó a que sus siluetas desaparecieran en su totalidad para girar y encontrarse una vez más con Porchay, ambos cara a cara, uno completamente destrozado y otra en extremo furiosa, se acercó al menor y comenzó a golpearlo con todas sus fuerzas, puede que esto no le represente alivio alguno y quizás al contrario, lastime sus manos mucho más de lo que pueda herir el rostro ya de por sí magullado de su hermano, pero igualmente no se detuvo hasta que sus criadas llegaron y la separaron de manera forzosa del contrario, quien no había hecho absolutamente nada para defenderse aún cuando debiera ser él quien se encuentre enormemente ofendido por la bajeza de su hermana al delatarlo. Anong finalizó su escena con una última mirada llena de odio y dejó al más jóven allí, corrió a sus aposentos con lágrimas en los ojos, entendiendo que aunque había conseguido lo que tanto quería y su madre de una vez por todas estaría orgullosa de ella, eso no significaba nada si no podría volver a ver el rostro de Kimhan que tanto anhelaba.

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