Capítulo 1

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¿Por qué intentas controlarme?
Yo seré el piloto
Volaré hacia el espacio
Soy yo quien controla el vuelo de mi vida
No me digas cómo tengo que actuar
No me digas dónde debo estar
Te enseñaré cómo debes ser

Un pequeño suspiro detrás suyo interrumpió el cómodo silencio de su habitación, se sentía inquieto y los ojos de Kim estudiando cada uno de sus movimientos no lo estaban ayudando a calmarse. Sabía que caminar de un lado a otro no haría más que estresarlo y por supuesto dejar marcas en el piso, pero ¿qué más podía hacer? Esta mañana había despertado y tan pronto como abrió los ojos su padre mandó a llamarlo, la noticia con la que lo recibió no fue exactamente la más agradable del mundo.

A Porchay le gustaban las fiestas, aunque no era un excelente bailarín siempre disfrutaba de los festejos que se organizaban en el palacio, pero este sin duda no sería uno muy agradable dadas las razones por las cuales se celebraría. Se preguntaba una y otra vez en qué demonios estaba pensando su padre, apenas es un joven de diecisiete años, ese hombre no puede ir y decidir sobre su futuro cuando ni él mismo sabe aún lo que quiere hacer.

-¿Qué piensas sobre esto? Digo... tú debes de tener alguna opinión o al menos un consejo para darme, Kim.
-Sus ojos buscaron los del mayor, encontrando en ellos comprensión, a veces ni siquiera era necesario terminar la oración para que el otro pudiera saber lo que estaba pensando.

-No sé qué decir al respecto, tu padre fue muy claro en cuanto a este asunto. Conocerás a tu futura esposa en este baile y eso es algo sobre lo que no puedes discutir. -Porchay estaba dispuesto a replicar eso, pero tan rápido como abrió la boca el guardia le dio la espalda. -¿Qué dirás de todos modos? ¿Cuál será tu excusa para no casarte?

Kim estaba parado junto al gran ventanal que daba al patio trasero del palacio, su mirada perdida en el exterior ya que desde allí se podía observar a los aprendices de caballero que cada día entrenaban con la espada. Pensaba que él debería de estar allí abajo con los demás dando instrucciones a los recién llegados, no conversando en los aposentos del príncipe. No obstante, debido a su posición como escolta personal del heredero al trono de ese imperio, tenía ciertos privilegios que le posibilitaban escapar del deber de vez en cuando.

-Pero yo no quiero casarme Kim, mucho menos quiero ser utilizado para establecer conexiones con otro reino, sabes que para mí el amor es más importante. -El heredero sintió sus mejillas arder tras su sincera afirmación y rápidamente desvió sus orbes nublados por la frustración y angustia lejos del mayor, temía que sus verdaderos sentimientos fueran descubiertos.

-Eres un príncipe y no uno cualquiera, serás Rey algún día, ¿crees que te dejarán hacer lo que quieras por más tiempo? -Kim seguía sin mirar al otro, el ambiente en la habitación cada vez estaba más tenso y Chay realmente no podía entender por qué el guardia le estaba hablando con tanta dureza.
-Quizás debas comenzar a prepararte, el palacio estará muy ruidoso debido a los preparativos del baile, te aconsejo que no salgas de tu habitación por el momento. Vendré a buscarte a la hora de la cena para escoltarte.

Porchay quería decirle a Kimhan que no se sentía bien, que no deseaba estar solo, pero una vez más se quedó con las palabras en la boca, Kim se había ido demasiado rápido dejándolo solo con sus pensamientos una vez más. Caminó hasta su cama y se tiró allí sin cuidado alguno, su espalda sintió el leve impacto y una mueca se dibujó en sus labios, no estaba seguro si era por la ligera molestia en su columna o por todo lo que estaba pasando en su vida últimamente.

-Eres un idiota, Kim... dejándome con las palabras en la boca, un completo imbécil. -"Uno que amas con locura" dijo una pequeña voz en su cabeza, más ignoró ese pensamiento que solo lograría que su angustia creciera. Cerró los ojos para dormir, se dijo que descansar al menos despejaría un poco sus ideas, pero como últimamente se estaba haciendo costumbre, se equivocó.

No descansó en absoluto, al cerrar los ojos solo pudo soñar con cierto escolta entrometido y para cuando abrió los ojos nuevamente cada una de las extremidades de su cuerpo latían. Claro que fue su culpa por dormirse en una mala posición, por ello se levantó para intentar estirar un poco sus músculos y fijó su vista en la gran ventana de su habitación, afuera ya comenzaban a asomarse las estrellas por lo que pronto vendrían a buscarlo para ir a cenar.



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Hay unas pequeñas modificaciones a los capítulos por lo que los subiré de nuevo y de paso comparto con ustedes el link de Spotify para que vayan escuchando mientras leen.

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