Capítulo 12

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Solo puedo preguntar
Pero mi corazón no me ha dicho por qué
¿Que estuviéramos juntos antes fue porque te amé?
No lo sé
Mi corazón todavía no puede traducirlo
Solo sé que mi corazón no puede aguantarlo
No puede soportarlo
Cuando se trata de tí
No sé nada en absoluto


No había delicadeza alguna en los pasos que recorrían los pisos de cerámica de la mansión Theerapanyakul, era inevitable para Big mantener su habitual estoicidad con las lesiones que el último encuentro con la mafia italiana le había dejado. Caminaba hacia la oficina de Khun Korn con una variedad de hipótesis rondando en su mente, preocupándolo en exceso. ¿Acaso su jefe lo reprendería por no haber sido lo suficientemente eficaz al proteger a su heredero? ¿Lo suspendería de sus funciones o lo desecharía sin más preámbulo?

Hacía ya muchos años que Big prestaba servicios a la organización principal, de hecho, fue capaz de ascender al puesto de líder dentro del equipo de seguridad personal de Khun Kinn. No podía negar que albergaba esperanzas de que sus méritos acumulados en ese tiempo fueran considerados a la hora de decidir qué pasaría con él de aquí en más. Una vez frente a la imponente puerta del recinto, intercambió rápidas miradas con los guardaespaldas que allí se encontraban e ingresó con ímpetu resignado a afrontar lo que ese día le deparara.

Como de costumbre, Khun Korn y su mano derecha, Chan, estaban en medio de una intrincada partida de ajedrez, a penas mostraron signos de haber notado su intrusión en la habitación. Se aproximó a su mesa y se inclinó en una reverencia antes de dirigirse a ellos.

-Buenas tardes Khun Korn -dijo, haciendo una breve pausa, conteniendo el suspiro que ansiaba escapar de entre sus labios-. ¿Me mandó a llamar?

Finalmente, después de escuchar la levemente temblorosa voz de Big, Korn desvió la mirada del juego en curso para prestarle atención. Se irguió en el sofá individual en el que estaba sentado e hizo un gesto simple con su mano para que su subordinado se acercara.

—He decidido que debido a tu accionar en la última misión, no estás lo suficientemente capacitado para cuidar de Kinn. A partir de ahora, te encargarás de servir a Kimhan, considero que es lo más apropiado teniendo en cuenta tu condición actual.

Sin intención de hacer contacto visual, Big agachó la cabeza y mordió sus labios, reprimiendo cualquier impulso de emitir queja alguna, realmente disgustado por su nueva labor. Simultáneamente, Korn y Chan intercambiaron una mirada cómplice al notar las señales de descontento, el esfuerzo del más joven por ocultar su reacción negativa había sido en vano.

—Espero que al menos tus oídos me sean útiles —indicó Korn con una sonrisa de superioridad en su rostro.

La realidad era que el hecho de que Kim hubiera insistido en mantenerse lo más alejado del negocio posible y vivir fuera del complejo familiar, no era en absoluto del agrado de Korn. Su hijo menor, quien más se le parecía en intelecto y actitud, era demasiado valioso como para que su tiempo se siguiera desperdiciando en asuntos tan irrelevantes como la música. Quizás las desafortunadas circunstancias que habían puesto en riesgo la vida de Kinn, terminarían siendo favorables para él si Big conseguía recopilar información clave, buscaba que Kimhan se viera obligado a volver a la mansión.

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No había cosa peor que el tráfico en la ciudad de Bangkok y la paciencia no era una cualidad que caracterizara particularmente a Kim. En esos momentos odiaba verse obligado a cumplir con el compromiso de asistir al evento de su facultad, sin embargo, debía admitir que en lo más profundo de su consciencia, había una pizca de curiosidad por saber si volvería a encontrarse con el dueño de la voz que días atrás lo había cautivado por un instante.

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⏰ Última actualización: Feb 13 ⏰

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